Capítulo 35

Jhon me mira con atención. Se supone que él junto a mi bastardo novio estarían en Alemania, pero ahora lo tengo con la vista hacia donde la mujer pomposa estaba parada y luego se perdió. Tengo sentimientos contradictorios porque sé que si él está de regreso muy posiblemente Dominick también lo esté. Esta esa sensación molesta de emoción y enojo. No me decido cual es la que me gobernará, así que camino rápido hacia mi auto abriendo la puerta e ignorando el llamado de Jhon. Estoy molesta también con él porque hizo justamente lo mismo que Dominick; mantenerme fuera de todo.

Se supone que somos una pareja, aunque ahora que lo pienso Dominick nunca me ha pedido que sea su novia de manera oficial, pero igual para mi él es mi novio. No me gusta que me oculten cosas, y la manera en la que él ha estado huyendo de mi me molesta. Viajó sin siquiera tener la decencia de decírmelo para evitar que como la idiota que soy me preocupe por él. Ahora que creo que volvió siento mucho más elevado mi enfado. Creo que si lo veo justo ahora lo único que recibirá de mi parte es una patada en las bolas por ser un maldito.

Dos jodidas semanas y no recibí una llamada o un mísero mensaje que me confirmara que estaba a salvo, que no tendría que preocuparme, pero no. Al parecer eso es demasiado para el jodido señorito que simplemente me dejó de lado y eso me tiene sumamente cabreada. Se supone que si hay problemas él debe compartirlo conmigo. No soy simplemente la mujer divertida con la cual estará, no soy solo para buenos momentos. Si somos parejas quiero apoyarlo en los malos momentos y abrazarlo cuando tenga problemas para que sepa que sigo aquí para él, pero al parecer Dominick piensa con el culo y eso lo olvidó por completo.

Enciendo el auto y Jhon me mira por la ventana. Estoy tentada a dejarlo atrás, pero me apiado y bajo el vidrio del coche viendo como sus mejillas se encuentra rojas y él me regala una sonrisa tentativa que me hace rodar los ojos. Creo que la mirada que luego de eso le regalo lo deja sin habla, puede ver que no me hace gracia saber que ellos son dos malditos conmigo.

Tal para cual. Se supone que Jhon se lleva mal con Dominick, pero ya ves, cuando necesito que esté de mi lado el muy bastardo se va del lado del idiota ese. Es que en este momento tengo ganas de verlo para golpearlo, insultarlo, besarlo... olviden el besar. Solo son mis locos deseos por él saliendo a la luz. Él no merece que lo bese, además, estaba muy de manitas con una mujer en una jodida fiesta que esa es otra cosa que Dominick Vlad debe explicarme. Porque en el tiempo que él estuvo en Alemania yo no estaba de manitas calientes con un hombre en una fiesta glamurosa.

—¿Qué?—le pregunto finalmente a Jhon apiadándome un poco de él—¿hablarás o simplemente decidirás que es más divertido no hacerlo y hacerme perder el tiempo?—cuestiono mirándolo fijamente, él se remueve un poco incómodo—porque déjame decirte que estoy sumamente cansada y si no hablas rápido me largaré, ¿bien?—él asiente tragando en seco.

—Solo que deberías tener cuidado porque esa mujer está un poco loca, Dominick...

—¿Dominick volvió?—le pregunto cuando él hace silencio luego de mencionar el nombre del idiota que me mantiene en espera.

—Si—asiento y lo miro.

—Dile a ese imbécil que sabe dónde vivo—es todo lo que le digo antes de poner en auto en marcha haciendo que él se aleje. Le doy una última mirada por el retrovisor suspirando con cansancio.

Cuando llego a casa me encuentro a Alice haciendo yoga, o intentado romperse la cabeza porque ella es malísima en el yoga, pero continua con la esperanza de que algún día lo hará bien, como soy buena amiga la dejo soñar para que sea ella sola que se estreche contra el suelo. Literalmente.

—Buenas noches bombón ardiente—saludo regalándole una sonrisa. Ella se levanta respirando de manera rápida y si su piel fuese más clara estoy segura de que sus mejillas estarían muy sonrojadas en este momento. Ella se acerca besando de manera sonora mi mejilla.

—Ya me hacías falta Bre, ¿Qué tal voy?—dice señalando la televisión donde hay una mujer haciendo una posición muy incómoda que estoy segura que yo no tendría la flexibilidad para hacer—creo que por fin domino esto—asegura y veo la capa de sudor en su frente y cuello.

—Lo único que vas a dominar es romper tu cabeza algún día—aseguro y ella comienza a reír antes de rodar los ojos.

—Deja la envidia, sé que mis dotes en el yoga son lo mejor, pero como sé que eres sensible en la parte de ser mala en esto, me apiadaré de ti—ruedo los ojos porque por supuesto que yo soy la mala, mala es ella que lo practica y lo hace todo mal—mejor cuéntame de tu día cariño, ni siquiera tuve tiempo de despedirme en la mañana porque iba tarde—dice caminando a la cocina. Yo lanzo mi bolso al sofá y la sigo en silencio.

La veo tomar una botella de agua y darle un trago enorme. Me siento en el taburete más cercano y me quedo mirándola en silencio. Ella espera con paciencia a que hable y sonrío un poco porque sé que no tardará mucho para que su paciencia se agote por mi continuo silencio.

>> Sigo esperando que hables, a menos que no quieras hacerlo—me dice frunciendo su ceño—y eso causará curiosidad en mí, así que hazlo—ruedo los ojos y ella se sienta frente a mí.

—Dominick volvió—ella abre sus carnosos labios y sus ojos negros pareciendo muy sorprendida de mi declaración, lo que me hace entrecerrar los ojos hacia ella—espera un momento... ¡sabias que él está devuelta!—grito señalándola. Ella levanta las manos en señal de paz, pero ahora me siento traicionada por mi mejor amiga.

—No es cierto, me enteré por accidente y fue hoy mismo—dice con rapidez y yo niego.

—¡Eres una traidora, vende patria!—grito de manera muy dramática y ella jadea siguiéndome el drama.

—¡Breanna!—chilla en un puchero que hace babear a los hombres—no es cierto, me enteré porque Aarón fue en mi hora de almuerzo al trabajo, recibió un mensaje y como estaba ocupado dijo que lo lea y así fue como me enteré que el bombón de Dominick estaba de regreso—dice con tanta rapidez que me encuentro sorprendida de haber entendido todo.