Capítulo 39

Estoy sentada tomando un café mientras espero a los hermanos Vlad en la cafetería en la cual acordamos encontrarnos. Levanto mi taza y la elevo levemente mirando como el vapor sube, eso antes de que lo lleve a mis labios dándole un largo trago.

Miro a la entrada donde Dominick junto a Amanda aparecen. Amanda al verme sonríe con timidez haciendo que enarque una ceja en su dirección. Muy al contrario de su hermana, Dominick me lanza una mirada que me hace estremecer, la sonrisa pícara en sus labios me recuerda cómo se sintió tenerlo completamente unido a mí.

—Perdón por la tardanza—habla Dominick tomando asiento a mi lado y Amanda hace lo mismo frente a nosotros—alguien estuvo todo un buen rato pensando que la odiarías y no quería eso—dice rodando los ojos. Amanda se sonroja y lo mira furiosa.

—Eso no es cierto—hace un puchero que me hace reír.

—Entonces saluda a Breanna—la reta y Amanda con las mejillas sonrojadas me mira, enarco una ceja sin ponerle fácil las cosas que la hacen sonrojar más viéndose muy dulce.

—Hola Bre—saluda—y antes de que hables no te estaba evitando, lamento no buscarte, supongo que esperaba que... ni sé que esperaba, pero quiero que sepas que te extrañé mucho—asiento con una sonrisa mirándola.

—Me alegro que ya no me evites, todo bien—miro a su hermano—¿Qué?—pregunto ante la mala mirada que me da.

—Bueno, cuando yo te evité no fue así como me recibiste—dice y juro que trato de no explotar en carcajadas.

—Estás loco—es lo único que me sale decir, él sonríe divertido. Y mi sorpresa y la de Dominick es mayor cuando un joven que se me hace vagamente conocido se acerca a nuestra mesa deteniéndose frente a nosotros.

Es un chico alto, por lo cual tengo que levantar la mirada para poder visualizar el cabello negro que hace un contraste hermoso con su tono de piel pálido. Unos grandes ojos azules que nos observan con mucha curiosidad, tiene labios bonitos. No es musculoso, pero por la forma de su cuerpo es notable que se ejercita. Debe rondar algunos años más que Amanda. Hablando de Amanda ella ahora se encuentra tan sonrojada que creo que se desmayará en cualquier momento.

—Buenos días—saluda con una sonrisa—Amanda me invitó al desayuno familiar—justo en ese momento Dominick que está tomando un poco de agua se atraganta y comienza a toser con fuerza. Yo le doy palmaditas en la espalda y Amanda gira el rostro luciendo avergonzada.

—Oh, no sabía que teníamos invitados—es lo que digo con una sonrisa—puedes tomar asiento—él sonríe sentándose al lado de Amanda, él se inclina dejando un beso en su mejilla y tengo que tomar la mano del hermano que lo mira como si lo fuese a matar. Tiene el ceño fruncido mientras no parece nada divertido con el joven frente a nosotros—tú debes ser Breanna—me dice sonriendo—eres más hermosa de lo que Amanda pudo describir—sonrío encantada con el chico.

—Tú eres un encanto—digo haciendo que Dominick gruña.

—Tú eres un jovencito muy confianzudo—es lo que dice mi novio haciéndome rodar los ojos.

—Compórtate Dominick---es lo que digo y Amanda me mira con los ojos muy abiertos. Ya voy entendiendo todo, lo trajo ahora para que yo pueda calmar a la bestia del hermano que cuando se pone insoportable no hay quien lo aguante.

—Me presento—habla el joven—soy Erick Nowell—se presenta con una sonrisa—novio de Amanda—es una suerte que Dominick no esté bebiendo nada o le da algo aquí mismo.

—Vaya Amanda, que calladito lo tenías—es lo que comento—pero debo decir que estoy feliz contigo. Ahora, Erick, creo que debes saber que Amanda es una chica sensacional y si la lastimas no seré tan dulce—él asiente mirándome.

—Lo tengo claro—sus ojos pasan a Dominick quien mira a su hermana con incredulidad.

—Amanda Vlad, explica esto—gruñe por lo bajo el ogro.

—¿Qué explicará?—pregunto—que tiene un novio que se me hace conocido—digo mirándolo, él sonríe.

—Ya nos habíamos vistos, ustedes me vieron tocar—hago memoria y es como si una bombilla se prendiera en mi cabeza.

—¡Ya te recuerdo!—grito causando que otros clientes en la cafetería volteen a mirarnos—lo siento—sonrío avergonzada girando hacia Erick—cantas hermoso, ese día corriste ante la mirada de ogro que te dio Dominick—señalo a Dominick quien me mira como si no debo aportar nada más.

—Me intimidé ese día, pero Amanda me gustó y conocerla fue de las mejores decisiones que he tomado—le toma la mano y Amanda sonríe—¿Qué dices?—le pregunta y ella suspira.

—Dominick—ella lo llama con firmeza que por un momento me recuerda a la joven fastidiosa que, hacia todo por arruinarle el día a Patricia, parece que eso fue hace años y no apenas meses—Erick es mi novio, se lo que vas a decir y todo el drama que seguro armas—lo calla—pero quiero decirte que me gusta mucho y me siento bien estando con él—le dice—me respeta, me comprende y me entiende. Me apoya y me siento feliz a su lado, así como te apoyé con Breanna quiero que lo hagas ahora—sonrío como una madre orgullosa de ella quien mantiene la seguridad intacta mirando a su hermano en espera de una respuesta.

—¿Qué le ofreces a mi hermana?—le pregunta Dominick a Erick.

—Todo lo que tengo para darle y no hablo de lo material solamente, hablo de mis sentimientos a ella, quiero darle todo lo bueno que tengo—Dominick mira a su hermana y suspira.

—Creo que no tengo mucho que decir, pero trata de sentarte hablar conmigo antes de arme tantas sorpresas—ruedo los ojos por lo dramático que es este hombre—y Erick—lo mira—te estoy dejando en tus manos lo más preciado que tengo, cuídala, porque de lo contrario quiero que sepas que no soy responsable de mis actos—lo amenaza.

—¿Qué tal si ordenamos?—pregunto dejando caer mi cabeza en el hombro de Dominick—tengo mucha hambre—él ríe y llama a uno de los meseros. Le sonrío al chico mientras cada uno ordena con tranquilidad, cuando el chico se marcha suspiro cerrando un poco los ojos.

—¿No dormiste bien?—pregunta de Dominick apartándome para verme a los ojos—tienes ojeras muy pronunciadas—él acaricia mi pómulo con suavidad.