Miro a Dominick en silencio quien mira las notas sobre la mesa pareciendo angustiado. Yo me quedo en silencio en la espera de que él hable y me explique algo, tengo miedo porque es la primera vez que me pasa algo similar. Veo como sus ojos se enfocan en las dos últimas que me enviaron.
La segunda es clara: ERES ENEMIGO, TE MATARÉ
Y la tercera me hace querer vomitar: NO ES UN JUEGO, TE METISTE DONDE NO DEBIAS, TE METISTE CON EL HOMBRE EQUIVOCADO, AHORA ACEPTA QUE VAS A MORIR EN CUALQUIER MOMENTO, YO QUE TÚ REALMENTE ESTARÍA TEMIENDO AHORA.
Si el plan era causar temor en mi lo están logrando porque no estoy para nada acostumbrada a recibir este tipo de amenazas. Veo a Dominick mirar con mucha rabia las notas y tomo su mano dándole un suave apretón que le recuerde que continuo a su lado en todo momento. Él me regala el intento de una sonrisa, pero no le sale tan natural como antes, veo la preocupación en sus ojos y como su cuerpo continua muy tenso. Me acerco robándole un beso que desvía su atención a mis ojos, esos ojos grises parecen realmente preocupados.
—¿Qué pasa Dominick?—pregunto—no quiero que te preocupes, quiero hablar las cosas y que busquemos una solución, ¿sí?—él suspira y sin que lo espere me estrecha en sus brazos hundiendo mi rostro en su pecho lo que causa que todo su aroma me envuelva.
—Tengo miedo, tengo mucho por ti Breanna—murmura bajo—que algo pueda ocurrirte me hace sentir mucho enojo, quiero creer que esto es una simple broma, pero no sé si es una y la posibilidad de que las amenazas vayan en serio, aun siendo pequeñas, me hace temer porque no sé de lo que sería capaz si alguien se atreve a dañarte—me separo para poder mirarlo a los ojos.
—Hey, estoy justo aquí, estoy bien, nada malo me pasará—le digo acunando sus mejillas en las palmas de mis manos. Los ojos de Dominick parecen que quieren decir más, por cual me quedo quieta—¿hay algo que yo no sé?—pregunto y él asiente.
—Hace un tiempo, antes de Patricia yo intenté tener algo con una chica, tuvimos una cita, fue divertido y luego cuando íbamos por una segunda ella dijo algo sobre notas y cortó toda relación conmigo, creo que ella también fue amenazada—muerdo mis labios porque escucharlo decir eso es para preocupar—antes no presté mucha atención, pedí una explicación pero ella solo me dijo que conoció a alguien más, por lo que la dejé en paz—él suspira—no te vayas a enojar—me dice—pero contraté personas para que cuiden de ti cuando viajé a Alemania—aparto mis manos y solo lo observo—ellos han estado cuidado de ti, ellos me notificaron que había alguien extraño frecuentando tu edificio, pero se les perdía con facilidad, por lo que puede ser alguien que trabaja en el edificio—paso las manos por mi pelo comprendiendo.
—Puede ser—susurro—esto está de locos—es lo que digo y Dominick toma mis manos entre las suyas.
—Deja que ellos cuiden de ti Breanna, déjame investigar contrataré a quien sea necesario con tal de mantenerte segura, déjame hacer esto por favor—sus ojos grises son dos preciosos grises llenos de súplica, por lo que trago y asiento.
—Pero con la condición de que me notificaras todo, no quiero que me ocultes las cosas Dominick, por favor—él asiente y suspiro—hoy tengo pensando ir a un lugar, ¿me acompañas?—pregunto metiendo en mi bolso las notas.
—Claro—pago la cuenta antes de que él pueda hacerlo y camino a su lado para salir de la cafetería. Siento como entrelaza nuestros dedos, pero yo solo miro a mi alrededor para saber si es verdad que hay personas siguiéndome y yo ni los había notado. Dominick me distrae cuando me gira para besar mis labios con suavidad, sonrío sobre los suyos porque él siempre tiene un buen método de distracción.
—No te preocupes Breanna—murmura sobre mis labios—quiero que confíes en mi—me separo un poco para visualizar sus ojos.
—Confió completamente en ti Dominick, que no te quede dudas de eso—él sonríe y envuelve sus brazos en mi cintura.
—No he podido sacar de mi mente la manera en que parecías una Diosa mientras llegabas al orgasmo—susurra en mi oído y me estremezco en sus brazos sintiendo como mi corazón comienza a latir de manera apresurada.
—¿Piensas hablarme sucio?—cuestiono mordiendo mi labio y subiendo mis manos por su pecho sintiendo como se tensa ante mi tacto.
—No, solo quise recordarte una de las mejores noches de toda mi vida—sonrío un poco enredando mis manos en su cuello y haciendo que él se incline hacia mí para besarlo.
—También fue una de las mejores noches de mi vida—susurro separándome para llegar a mi coche—¿me sigues?—él asiente y subo a mi coche emprendiendo mi viaje hacia la casa de papá. Él y el abuelo han estado algo histéricos de que yo no los visto, así que decidí pasar a darles cariños.
Cuando llegamos ambos nos estacionamos y Dominick me mira como si fuese una traidora lo cual me hace reír divertida de su cara y tomo su mano para tocar, es papá quien abre luego de largos minutos y rápidamente suelto a Dominick para envolver mis brazos a su alrededor. Él parece sorprendido de mi visita, pero yo besuqueo su rostro haciéndolo reír.
Me aparto para fruncir el ceño cuando veo a mi padre en fachadas cuestionables cuando él no es así. Elevo una ceja mirando sus mejillas sonrojadas, su cabello alborotado y sus ojos brillantes. Entro a la casa dejando que él y Dominick se saluden para ver que todo está en perfecto orden, a excepción de que el abuelo que a esta hora debería estar viendo un programa televisivo no se encuentra donde siempre haciéndome sospechar de inmediato.
—¿Y el abuelo?—le pregunto a papá quien pasa las manos por su cabello alborotado.
—Salió—la sorpresa debe ser muy expresiva en mi rostro.
—¿Salió?—él asiente—pero, ¿con quién?—papá suspira como si le molestara mi presencia justo ahora.
—Breanna, ¿Por qué mejor no venimos otro día?—pregunta Dominick con una pequeña sonrisa y cruzo mis manos a la altura de mis pechos.
Editado: 14.01.2025