Hoy lunes por la mañana, me levanté a alistarme para ir al colegio y aprender cosas nuevas. Mientras me estaba alistando, mi madre preparaba el desayuno para mi padre, para mi hermana menor y para mí.
─¡Bruce, baja a desayunar! ¡Ah, y recuerda bajar a tu hermana! ─dijo mi mamá gritando desde la cocina.
─¡Ya voy, mamá! ¡Ok, yo la bajo! ─Fui al cuarto de mi hermana y la llevé hacia el comedor.
─Aquí está tu desayuno, Bruce ─dijo mamá dejando el plato delante de mí.
─Gracias, mamá. ─Me senté y empecé a comer los ricos waffles que hace mamá.
Cuando ya había terminado mi desayuno, fui a mi cuarto a preparar mi mochila y a la cocina a preparar mi lonchera.
─Hijo, ¿ya estás listo para irnos al colegio?
─Sí, papá. Y mi hermana ya está lista para irse a la guardería.
—Entonces, ¿qué esperan? ¡Vámonos!
Cogí de la mano a mi hermana y nos fuimos corriendo hacia el carro.
Y tras unos segundos en el carro, llegamos por fin a la escuela Weed High School, que queda muy cerca de mi barrio, Brooklyn. Me bajé y saludé a mis amigos, que ya habían llegado.
─Hola, ¿cómo están? ─Los saludé con la mano y con un abrazo.
─Bien, ¿y tú?, ¿estudiaste para el examen? ─preguntó Erick.
─¡Claro que sí!
─¿Qué? ¿Cuál examen? ─dijo Alan sorprendido.
─¿Cómo? ¿No estudiaste para el examen? ─insinuó Erick, sabiendo cómo es Alan de olvidadizo.
─Yo sé por qué no estudió ─intervine.
─¿Por qué? ─preguntó Steve intrigado.
─Porque en vez de poner atención en clase, se pone a jugar con sus lápices y borradores. Él piensa que le hablan.
─¡Claro que no! Yo sí pongo atención en clase ─protestó Alan un poco alterado.
─Ah, ¿sí? ¿El examen de qué materia es? ─interrogué poniendo a prueba a Alan.
─Pues, el examen es de la materia... mmm...
─No te esfuerces, amigo ─dijo Erick, y todos nos empezamos a reír.
─¡Ay, amigo!, ¡ja, ja, ja! ─exclamamos al mismo tiempo Erick, Steve y yo.
Mientras nos reíamos, acabó de sonar la campana y nos fuimos directamente hacia el salón, donde cada uno se sentó en su escritorio. Cuando llegó el profesor, toda la clase se quedó callada y él empezó a hablar.
─Buenos días, ¿cómo están? ¿Están preparados para el examen?
─¡Sííí! ─dijimos todos al mismo tiempo.
Y el profe empezó a repartir los exámenes.
De ahí todos empezamos a hacer nuestro examen. Cuando terminamos, sonó la campana y fuimos a recreo. Yo me senté con mis amigos y empezamos a platicar sobre dónde iríamos a investigar primero acerca de todas esas curiosidades que nos gustaria saber.