Quedamos ahí frente a frente con aquella mujer. Yara no reaccionaba y eso me preocupaba. Incluso hice un chasquido frente a su rostro y ni se dio cuenta. Qué raro, ¿no? De tanto estar como estatuas y no entender porque se observaban así, Nataly decidió romper el silencio que había a nuestro alrededor cuando empezó hablar.
—Hola. Mucho gusto, me llamo Nataly y ellos son Bruce, Erick, Steve, Alan y ella... pues es Yara. Queríamos saber si podríamos alojarnos aquí hasta mañana, es que ya va a anochecer y no tenemos ningún lugar para quedarnos. Por favor, podríamos ayudarte en cualquier cosa que necesites hacer —cuando Nataly habla, Yara por fin reacciona.
—H-Hola, hermana... —pestañea mirándola y se queda seria. Esperen un momento. ¿Acaso Yara le dijo hermana?, ¿es su hermana?, ¿qué está pasando aquí? No entiendo nada. Toco mi barbilla pensativo y dirijo mi mirada a un árbol perdido, mientras que los demás no saben qué hacer y murmuran entre ellos.
De tanto pensar y analizar que está pasando, escuchamos una voz que empieza a tomar el mando de la conversación. Ahí es donde volteamos todos y vemos como aquella... Según, la hemana de Yara, empieza hablar formal.
—Hola, ¿cómo estás? Parece que bien— al observarla su postura demuestra elegancia, confianza y firmeza. Se ve que es responsable y tranquila, creo que me agradaría si la conozco más, aunque admito que amo conocer gente —Tú y yo deberíamos hablar algunas cosas, ¿no crees? —de repente mi mirada pasa a Yara con cara seria.
—Sí, eso creo —afirmó Yara preocupada. Si que esta nerviosa, solo con escuchar su voz lenta y carrasposa es muy obvio.
~*~
Entramos en la casa de la hermana de Yara, que la verdad es un lugar acogedor. Es una cabaña pequeña; el jardín esta debajo del suelo ya que es transparente, se pueden observar algunas ha- das volando en sus camas de hojas, un puente y una cascada en el centro. Tampoco podemos olvidar la decoración tan elegante y a la vez campesina, es decir, muebles hechos con madera fina, cuadros pintados sobre bosques con un laberinto de camino y lo demás ya se habrán imaginado que todo está ordenado con plantas alrededor, sin dejar de mostrar su elegancia. Se nota que a aquella chica le gusta la naturaleza divina y limpia; ni olvidemos su vestimenta, ya que lleva un vestido blanco con mangas hasta los codos, tiene algunas transparencias por los muslos, piernas y brazos, tiene una corona elegante hecha de flores, una bata blanca detrás del vestido, su cabello medio corto ondulado rubio y por último, sus zapatillas de plata.
~*~
Nataly, Steve, Alan, Erick y yo nos quedamos sentados en la sala, mientras Yara hablaba con su hermana —cuyo nombre es Alicia—, sentadas en el comedor que quedaba al lado de la cocina campestre.
—Entonces, ¿no vas a decir nada? —Alicia la mira fijamente.
—Es que no sé por dónde empezar; pero primero, dime tú, ¿por qué te fuiste de casa? —Yara se rasca la nuca nerviosa, intentando cambiar de tema.
—En serio no sabes, ¿cierto? —preguntó entre sorprendida y confundida. Y se nota más por como abre los ojos y alza un poco las cejas.
—No. Te fuiste ahí mismo con tu "HorLas" Coral (es un caballo que puede volar, color lila con blanco), y yo te vi, pero no pude saber por qué te fuiste, ni alcancé a despedirme— agacha la cabeza un poco triste, levanta un hombro y luego lo baja, para así después volverla a ver recomponer su postura y sonreír como si nada, para que su hermana no se preocupara.
—¿Enserio? No sabía que tú no sabías; pero bueno, te contaré. Ponte cómoda —Toma aire y empieza a relatar —Okay, te voy a contar. Me fui porque no quería ser reina. Nuestros padres me estaban obligando a serlo, pero no quería. Por eso me fui. Lo que quiero en realidad en esta vida es divertirme y hacer lo que más me gusta, Yiri (apodo que le da a su hermana). Pero ellos no me entendieron y por eso me fui, tuve que alejarme si quería ser libre, independiente y empezar desde cero, a realizar mis sueños. Si, no me gustan que me aten, necesito saber que hago las cosas por mi cuenta— cierra los ojos, mientras aprieta sus labios y con un puño en la mano derecha, hasta que vuelve a abrir los ojos y mira a su hermana decidida y segura con sus palabras.
—¡Oh, hermana! No puedo creer lo que me acabas de contar. En serio, no puedo creer que mis padres no te hayan entendido; pero estoy contigo, Ali. No importa lo que decidas, siempre estaré para ti— Yara se tira encima de ella y la abraza por un momento, para luego volver a su asiento y sonreír.
—Gracias, hermana. Pero bueno, no soy la única que tengo que explicar algo. Cuéntame ahora tú, ¿qué está pasando de verdad en Midgar Fantasy? —después de risas y cariño, el ambiente se vuelve un poco tenso. Alicia mira serio y su hermana se muerde el labio inferior nerviosa.
—Bien, te diré. Es que... le pedí un favor a un Big Troll y él no quería quedarse sin pedirme otro a cambio. Pero las cosas se complicaron tanto en estos días... —intenta respirar y mueve sus manos ansiosas.
—¡Oh, hermana!, ¿cómo pudiste pedirle un favor a un Big Troll? ¡Tú sabes que ellos son maléficos, tramposos y son los grandes enemigos de Midgar Fantasy! —se toca la frente con la mano izquierda preocupada y un poco exaltada.
—Lo sé y por eso me arrepiento, pero ahora tú me tienes que ayudar en algo urgente —habla con precaución sin que a su hermana le de otro ataque de pánico.
—¿Ahora qué, Yara? ¿Qué pasó? Dime, sabes que te apoyo, somos familia— intenta calmarse, pero su respiración la delata. Se ve que esta agitada.
—Bueno, es que mira, el Big Troll sí me hizo el favor que le había propuesto, que era que me encontrara unas pociones para que me ayudaran a sentirme más segura de mí misma —sigue hablando con calma y cuidado, para no alarmarla más. Aunque sigue tocándose las manos entre ellas nerviosa.
—¡¿Qué?! ¿Por qué esas pociones? —salta impactada de su asiento, abriendo los ojos. El gritó fue tan fuerte que nosotros en la sala dimos un brincó del susto y miramos hacia el lado de ellas, a ver por qué tanto ruido.