Capítulo 16 Hay que actuar ¡YA!

Seguíamos allí sin ninguna idea de cómo detener a estos Big Trolls. Estábamos congelados, no sabíamos si movernos o no. De tanto estar quietos y no pronunciar ni una palabra, bajo mi mirada al suelo donde hay un dibujo que marca la hora de este mundo y me despierto rápido al darme cuenta de que hemos estado así tres horas. Entonces decido despertarlos con un aplauso bien fuerte y llamarlos con la mano para que entren a la casa.

~*~

Ahora que estamos adentro, todavía no tenemos ideas. Sí, estamos aquí aburridos en la sala pensando que se nos ocurre, pero nada, la mente está en blanco. Pero después nos cansamos y ahora Alicia habla con Erick de algún tema que a él intrigaba sobre este mundo y Yara también está con ellos, y yo me quedé a explicarles a Steve y a Alan lo mío con Nataly.

—Okay, ¿tú no tienes nada que explicarnos? Habla rápido,

¿cierto, Alan? — me mira Steve serio, alzando una ceja.

—¿Qué? Me perdí, ¿de qué estábamos hablando? —contestó Alan mirando a todos lados y luego nos mira a nosotros perdido.

—De nada, mejor deja que hable Bruce —habla mirando a Alan rodando los ojos, tocándole el hombro derecho y luego decide mirarme a mí.

—Bien, les explico. Nataly y yo anoche hablamos sobre nosotros. Le empecé a hablar y le dije que ella me gustaba desde que éramos pequeños, pero en aquel tiempo no nos hablábamos mucho. También me dijo, que gustaba de mí. En ese momento la besé y por eso estamos así tan juntos. Sin embargo, decidimos ir poco a poco con la relación —Steve se quedó mirándome sin decir una palabra; y Alan... pues seguía siendo él, además de estar con la mi- rada perdida mirando a no sé qué y sin saber qué estaba pasando.

Pasaron unos segundos, hasta que por fin Steve recuperó la compostura y habló.

—Bien. tú piensas que estoy feliz... —cuando pone esa mirada de serio, admito que me empiezo a asustar un poco —Pues déjame decirte que no estoy feliz... ¡Estoy completamente orgulloso por ti, hermano! —no me esperaba esa reacción, el más relajado del grupo, felicitándome. Estaba sorprendido. Pero igual nos damos un abrazo y me pone contento poder contarles a mis amigos algo tan lindo que aprecio mucho en mi vida. Tener mi primera novia.

~*~

Mientras Steve y Alan me felicitaban por contarles que al fin se lo había dicho a Nataly, Alicia, Yara y Erick se acercaron a nosotros demasiados serios. Y yo intentando no orinarme en los pantalones del pánico, en serio, estoy un poco nervioso. No le suelto la mano a Nataly de lo asustado que estoy, necesito relajarme, lo se.

—Bien, ya hablé con Yara y Erick. Me dijeron que mientras ustedes iban caminando en busca de lo que quiere el Big Troll, se encontraron un agujero profundo que brillaba. ¿Estoy en lo correcto? —habla con los brazos cruzados, con mirada seria.

—Sí —asentimos—, pero no sabemos adónde lleva ese aguje- ro. Ni siquiera Yara lo sabía. ¿Y tú?, ¿podrías saber adónde lleva? —suspiro y luego intento hablar calmado.

—Obvio que sé, porque ese agujero conduce a mi guarida —todos nos miramos entre sí, sorprendidos.

—¿C-Cómo que, a tu guarida, hermana? —preguntó Yara frunciendo el ceño.

—Sí, como lo oyeron. Ahí guardo muchas cosas importantes y también es mi lugar para alejarme de todo, meditar conmigo misma para olvidar todo lo que pasa ahí afuera. Creo que necesitamos en este momento ir hacia allá. ¿Vienen conmigo? —nos lanza una mirada sonriendo, sonriendo y esperando a nuestra respuesta.

—No sé. ¿Tú crees? — me toco la cabeza dudoso.

—Sí, porque como Erick, Yara y yo todavía no hemos podido encontrar un gran plan, opino que, si vamos para allá, pensaremos mejor en uno —alza las cejas decidida y ansiosa. Pareciera como si hace tiempos que no va allá, porque agranda más su sonrisa.

—Bien, bien. Yo digo que vayamos— Erick alza la mano con- vencido.

—Estoy de acuerdo con Erick, y Alan también. ¿Cierto, Alan? —preguntó Steve mirándolo alzando las cejas.

—¿Eh? Sí, sí, lo que dijo él —definitivamente Alan siempre está perdido de todo. En este momento veo como juega con una pelusa que se salió sin querer de una almohada del sofá. Mientras lo observo, rodeo los ojos riendo.

—Okay, solo faltas tú, Bruce. ¿Qué dices? —Steve me mira y me quedo pensando en qué decir, si ir o no. Es que no se, y si... Saben, dejaré de pensar tanto e iré, necesito dejarme fluir.

—Bien, vamos— concluí sin elección.

—También cuenten conmigo. — Ah, me había olvidado de que Nataly estaba a mi lado. Ella habla con una sonrisa amable.

Salimos todos de la cabaña y nos dirigimos por donde habíamos venido, que era el bosque que «brillaba». Paramos cuando vimos otra vez ese agujero. Alicia movió su mano con un gesto que implicaba que entráramos al agujero. No sé, pero se veía tan profundo que no me daban ganas de entrar. Sí, como lo oyeron, nosotros los hombres también tenemos miedos. Pero bueno, Alicia entró, después Yara, Nataly luego entro y así sucesivamente.

Entramos y aquello era como un lisadero de esos que hay en los parques. Todos gritaron de emoción y yo grité de auxilio dentro de mí. «¡Auxilio, auxilio, sálvenme del monstruo negro». Está bien, exagere un poco, lo siento.

~*~

Un par de minutos, después de que pasáramos por eso tan horrible, ya estábamos abajo y vimos que Alicia tenía de todo allí: trajes de armadura, armas de defensa, pociones, hasta un patio grande de criaturas gigantes, pequeñas y mágicas. Había como tres especies nada más. Un unicoave (unicornio con alas de ave), hanejo (hada con cuerpo de conejo), sireleon (sirena con cabello de león). Eran varios tamaños, mientras que algunos comían, otros jugaban, era asombroso.

—Bien, aquí estamos. Les voy a dar varias pociones y armaduras para que se preparen. — nos mostró todo lo que tenía allí adentro, a cada uno nos dio un traje mágico, un arma diferente y una poción.

—Gracias, pero ¿cómo se usan y qué significan? — indagué curioso.