Gianluca

Desde temprano Elian comenzó a darle indicaciones a Naomi de cómo iniciaba su agenda y cómo iba a terminar. Los nervios de ser expuesta en tantos lugares comenzaban a torturarla. Aparecer en la televisión no era lo mismo que estar sobre un escenario. La cantidad de gente que la iba a mirar iba a ser mucho mayor y

Cuando terminaron de desayunar y de repasar las actividades del día, Elian llamó al taxi que los llevó al canal de televisión donde Naomi iba a realizar la primera entrevista para darse a conocer en el país.

Al llegar, una secretaria los recibió de manera amable y los acompañó hasta el camerino.

En el momento en que Naomi era maquillada, peinada y vestida, Elian aprovechó a conocer el estudio de televisión y su personal. A algunas personas ya las tenía vistas, pero con otros se presentaba y les ofrecía su ayuda en lo que fuera necesario. Por supuesto que no faltaban las asistentes que estaban enteradas de quién era el joven atlético que se paseaba por el lugar, e intentaron acosarlo con preguntas molestas con tal de obtener su atención. Sin embargo, Elian les marcó hasta dónde podían llegar con su curiosidad.

Mientras Naomi se encontraba preparándose en el camerino, golpearon la puerta. Era el productor que deseaba hablar con la invitada del día. Por suerte, ya habían terminado con los preparativos y Naomi estaba lista para conocer el desarrollo del programa.

El productor, luego de presentarse como Davide, la invitó a pasar a una pequeña sala. Había una mesa amplia de vidrio y sobre ella había esparcida una importante cantidad de hojas con el cronograma y el cuestionario por responder. Cuando Naomi tomó asiento, entró la conductora del programa junto a un joven de ojos claros, que resaltaban en su rostro con una cuidada barba.

-Buenos días, Naomi. ¡Bienvenida al canal! -saludó con simpatía la conductora. Era una mujer esbelta con una cabellera ondulada, larga y rubia. Sus ojos también eran claros y estaban maquillados de manera sutil. Su tez blanca resaltaba gracias al labial rojo en sus labios-. Mi nombre es Isabella y esta no será la primera vez que nos veremos. ¡Vamos a trabajar juntas en varias oportunidades!

-Encantada de conocerla -Naomi saludó con timidez.

-Mucho gusto, yo soy Gianluca. -El joven se adelantó para saludarla también con una voz clara que marcaba su acento italiano y extendió su mano-. Al igual que Isabella, nos veremos muy seguido por aquí.

-¿Eres Gianluca Manna? -El asombro de Naomi fue grande y poco después se transformó en molestia. Que Gianluca estuviera allí le quitaba la pequeña esperanza que le quedaba para creer que el programa no iba a ser tan injusto.

-Veo que has estado averiguando sobre mí. -Sus ojos se posaron en los de Naomi, que los observaban con desconfianza.

-Más bien me han informado antes de venir -explicó lo más amablemente posible, aunque le era difícil al saber que el italiano tendría el control del programa y ya nada sería transparente

-Entonces no habrá necesidad de presentarme. ¡Ya me conoces! -Sonrió de lado, confiado de su reconocido nombre.

-A medida que avancemos en el programa, iré conociéndote mejor. -Quería dejar en claro que no se confiaba con lo que oía.

-También estaré muy interesado en conocerte. Seguramente serás una excelente jurado. -Se dedicaba a dar cumplidos. Creía que Naomi quedaría impresionada por su personalidad si lo hacía.

-¡Dejen algo para hablar en el programa! -bromeó Davide-. ¿Por qué mejor no comenzamos con la reunión?

-¡Por supuesto! -respondió animada Isabella y tomó las copias con el orden de las actividades.

Naomi escuchaba con mucha atención lo que debía hacer, y aquello que no llegaba a comprender lo preguntaba con delicadeza.

Gianluca se había sentado al lado de ella, haciéndola sentir incómoda, no por el hecho de saber quién era, sino más bien porque él no dejaba de mirarla. Parecía hipnotizado, por lo que Naomi no sabía si lo hacía con intención de molestarla o de verdad le llamaba atención tener a alguien extranjero a su lado. A él se lo veía bastante distendido, por estar acostumbrado a aparecer en canales de televisión. Aceptaba todos los términos y agregaba nuevas ideas, a lo que Davide no se rehusaba, porque serían buenas opciones para atrapar a la audiencia.

Cuando la reunión terminó y todos se pusieron de pie, se despidieron para ir a ocupar sus lugares, pero, antes de que Naomi pudiera salir, Gianluca la tomó de la mano al ver que ya estaban a solas en la sala. Era su oportunidad de confesar lo que el primer encuentro había provocado en él.

-Si cada uno hace bien su trabajo, claro. -Apartó su mano para que no se sintiera con tanta confianza de acercarse.

-Creo que no me entendiste... -Volvió a sujetarla de la mano. Quería que captara su mensaje.

-Lo entendí. Ahora suéltame, por favor -pidió con amabilidad, pero Gianluca no lo hizo; al contrario, se acercó más a ella.

-Entonces, no pienses solo en el trabajo. -Se acercó a darle un beso en la mejilla con demasiada confianza, y Naomi sintió embriagarse en su dulce perfume-. Nos vemos luego, bella -agregó seductor.

El corazón de Naomi se aceleró por el gesto, pero enseguida se limpió la cara ni bien Gianluca se apartó. Se sentía aturdida. Nunca antes había recibido un beso de un extraño con tanta confianza. El único beso sorpresivo había sido el de Elian, el cual le había parecido un gesto lindo de su parte. En cambio, la actitud de Gianluca no lo había sido.

Retrocedió unos pasos, como si de esa forma pudiera alejarse de la extraña sensación que su cuerpo había sentido. Su vista se clavó en la espalda de Gianluca, que atravesó con pasos seguros la puerta de salida. Naomi sacudió la cabeza, y la invadió el malestar. No quería volver a tenerlo cerca ya que no estaba segura de qué más podía insinuarle. Pero sabía que sería imposible, ya que el joven italiano tenía pase libre para andar por el canal gracias a la orden de su abuelo, así como también tenía la posibilidad de asistir a las reuniones del personal para no perderse ningún detalle de cómo sería su anunciada victoria.