La voz de tu corazón

Días dificiles

—Elian, no puedo contarte cosas sobre Naomi cuando ella no lo hace por sí sola. No seas curioso. —La voz del jefe se escuchó del otro lado de la pantalla.

—Pero necesito saber para entenderla. Estoy preocupado por sus reacciones. Hasta un día podría afectarla en el trabajo. —Lo que había vivido en la noche había sido suficiente para comenzar a meterse en su vida personal. Si Naomi no lo contaba, lo iba a averiguar por otro lado.

—Lo único que puedo decirte es que estuvo en terapia por muchos años. De pequeña no recibió el afecto esperado y por su forma de ser la humillaban constantemente, usando la violencia psicológica contra ella —contó a pequeños rasgos lo que conocía—. Cuando recibe una crítica, es normal que se deprima. Por eso, como buen amigo, dale aliento y acompáñala a superar las mentiras que le dicen.

—No es suficiente lo que me dice. Hay algo más. Estoy seguro.

—¿Por qué lo piensas?

—Porque anoche soñó que una sombra la atacaba y se sobresaltó cuando la toqué. Antonello fue duro con sus palabras, pero no tanto para creer que le daban golpes. —Hizo una pausa, temeroso de seguir—. ¿Acaso también la golpeaban?

—Sí, Elian, también recibió ese tipo de agresión —dijo muy bajo.

—¿En serio? ¿Por qué? —La respuesta del jefe le hizo sentir un vacío en el estómago.

—Hasta ahí llega mi explicación. No voy a divulgar la vida privada de Naomi.

—¿Por eso estuvo un tiempo en coma? —insistió.

—¿De dónde sacaste eso? —la pregunta de Elian lo tomó por sorpresa.

—No importa. ¡Solo dígame!

—¡Ya basta, Elian! —lo detuvo con firmeza—, y más vale que Naomi no se entere de que me llamaste porque no le gustará —lo amenazó para que mantuviera el secreto.

—No podría enojarse...

—Por favor, deja todo como está o me harás enojar.

—Entonces, tampoco le caerá bien saber del error que cometió Naomi. —El ánimo de Elian estaba aplacado.

—No me lo cuentes porque ya estoy enterado. Gioia me avisó ni bien terminó el programa.

—¿Se molestó? —Elian inquirió.

—No, al contrario, está de acuerdo con lo que hizo. Nada más se siente preocupado por lo que Antonello pueda hacer.

—Pero supongo que Naomi está protegida por él, ¿no?

—Claro. El nombre de Gioia también pisa fuerte. A Naomi no van a echarla, pero que le pondrán trabas no hay duda. Cuídala, y cualquier percance se lo comunicas a Gioia. Mientras no descubran su punto débil, estará bien. Por eso, Elian, te encargo que no dejes que la angustia la domine. Seguramente la conocerás un poco más, pero por ahora no insistas. Hay oídos en todas partes y podrían usar cierta información en su contra. ¿Entiendes?

—Sí. Le prometí que nunca dejaría que su luz se apague, y lo voy a cumplir.

—Perfecto. Nos hablamos luego. Cuídense. —Cortó la llamada y dejó a Elian muy pensativo.

Con lo que acababa de descubrir, comenzaba a darse cuenta de que, en los dos años que había trabajado junto a Naomi, jamás la había llegado a conocer por completo. Recordaba que en las prácticas siempre la veía sonriente, y parecía que disfrutaba mucho de su trabajo, al igual que su vida. En ese momento ¿usaba una máscara para ocultarse de sus temores? ¿O era ella misma? Se arrepentía por no haberse tomado la molestia de hablar un poco más sobre otras cosas que no fueran solo trabajo; de esa manera, podría haberle dado la confianza que necesitaba para estar tranquila y hablar con él de aquello que la angustiaba.

Era casi mediodía cuando Naomi despertó. Pensaba que Elian aún iba a estar a su lado; sin embargo, se percató de que había quedado sola. Se sentó en la cama pensando lo bien que había dormido gracias a los cómodos brazos de su héroe. Se sonrió al pensarlo. Era algo muy loco que algo así hubiera pasado.

Se desperezó tranquila y se giró a ver la hora, para saber cuánto tiempo le quedaba para prepararse antes de comenzar con su agenda. Al descubrir que faltaban pocos minutos para que el reloj marcara las doce, se levantó de un salto. Temprano tendría que haber estado en una radio para realizar una entrevista. No podía creer que se había quedado dormida y que Elian no la hubiera despertado.

Apurada, entró al cuarto de Elian para avisarle del problema; sin embargo, no estaba allí. Bajó las escaleras aún más de prisa y, antes de girar hacia la cocina, se frenó de golpe al verlo sentado en el sillón de la sala, todavía con el pantalón del pijama puesto.

—¡Elian! ¡Nos pasamos de la hora! —Se paró delante de él preocupada.

—Tranquila. Cancelé la entrevista. —Se sonrió para ocultar la tristeza.

—¿Por qué? —preguntó y abrió grandes sus ojos.

—Porque no estabas en condiciones de asistir debido a una angina. —Se puso de pie—. Lo mismo hice con los demás programas a los que tenías que ir. —Caminó hasta la cocina.

—Pero no es cierto. Estoy bien. —Lo siguió.

—Así es, por eso solo dejé pendiente la cena en el restaurante. —Sacó una olla para poner agua a calentar—. Y no te preocupes, que te mandaron buenos deseos para que te mejores pronto y programaron la entrevista para tres días.

—¿Lo hiciste por lo de anoche? —Elian asintió—. No era necesario.

—Descansa bien para tener energía y cumplir con tu agenda. De paso, le hacemos creer a Manna que estás arrepentida de tu error y que prefieres evitar la prensa para no causar más problemas —explicó con calma.

—No suena mal. —Se sentó un poco más tranquila.

—Así que disfruta de estar en pijama todo el día. —Soltó una risa mientras se dedicaba a preparar el almuerzo. Por el momento, le daría su espacio, sin tocar el tema que le preocupaba.

Durante el día, Elian prestaba mucha atención al comportamiento de Naomi. Parecía que lo vivido durante la noche había sido un mal sueño. Se notaba que Naomi era muy buena ocultando sus temores y por eso había momentos en los que explotaba en un mar de lágrimas. Algo que no le parecía bueno, pero tampoco podía obligarla a demostrar lo que sentía a cada momento. Por un lado, estaba tranquilo de verla como siempre, pero, por otro lado, estaba preocupado por no saber qué pasaba realmente por su mente.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.