El comienzo del desastre eminente III - I
Suspiré mientras pasaba mis manos por mi cabello suelto; tratando de estar más despierta y de alejar un poco las palabras que habían dicho tanto mi madre como mi hermana, había pasado hace unos días desde lo que me había dicho tanto mi madre como mi hermana y al pasar los días tenía que estar más tranquila y tratar de aparentar que nada había ocurrido pero era complicado.
Dejé mis manos sobre el escritorio para tratar de ponerle atención al profesor sobre la salida que haríamos.
—Bueno chicos, antes de que sea hora de poder subir al camión, ¿Alguien tiene alguna duda con las que pueda ayudarles? — Preguntó el profesor.
Yo sabiendo que era mi oportunidad, levanté mi mano y después de que me diera la palabra, pregunté: —¿Qué opina de economía? ¿Es buena opción para estudiarla?— Sabía que si le preguntaba sobre danza no podría contestarme con certeza, pero sin embargo sobre economía si podría porque él como profesor de administración se relacionaría más a ella.
—Mira, ahora sí que te responderé con lo que conozco, no es mala de hecho pues algo que seguirá viendo en el futuro y pues en muchas veces será necesaria, si tú decides estudiarla pues si tendrías que esforzarte porque a veces es más probable que le den empleo a un contador que un economista, ¿Si respondí a tu duda?— Asentí ante su pregunta, de cierta forma me encontraba indecisa, realmente me llamaba la atención economía como danza, pero de entre esas dos sería la disputa si de mí fuera posible.
—¿Y de actuaría que opina?— Preguntó un chico que no había visto antes pero que se encontraba en la otra esquina del salón.
—Está bien, al parecer, es más fácil que un actuarío encuentre trabajo que un contador y un economista, porque así le han dado prioridad; es decir, antes que un economista, está un contador y antes que un contador se encuentra un actuario. Buscan muchos actuarios actualmente.— Respondio.
Cuando llegará de la excursión, lo más seguro es que remarcaría el símbolo que deje en actuaría.
Al estar pensando en ello, no noté cuando llegó mi amiga: Danna y al saludarme, decidí dejar de lado mis pensamientos para poder respirar un poco ante todo lo que pensaba.