El comienzo del desastre eminente III - II
Cuando empezo a acercarse la hora en la que teníamos que subir al camión, nos fuimos del salón para acercarnos al estacionamiento.
En el momento que fue la hora, subimos al camión.
El camino fue largo y sobre todo por el hecho de habernos perdido, pero ibamos platicando sobre música y juegos que teníamos descargados en el celular. Y en un instante incluso empezamos a tomarnos fotos.
Al observar lo que se veía por las ventanas, no podía saber exactamente donde estabamos.
En cuanto se detuvo por un momento el camión y el profesor bajo, me di cuenta de que estabamos cerca de la fábrica al igual que muchos compañeros.
El profesor al poco rato volvió a subir indicandole al camión que tenía que entrar por un portón donde habían abierto para después empezar a darnos a nosotros la indicación de que no teníamos que llevar pulseras, collares, aretes, el cabello amarrado en caso de que las mujeres lo llevaramos suelto y tampoco anillos, que todo eso lo dejaramos en nuestra mochila. Porque de cualquier forma regresariamos al camión.
Cuando dejamos nuestras cosas, bajamos siguiendolo, para después encontrarnos con una mujer vestida muy formalmente con un traje rojo y una blusa blanca.
La cuál nos dios la bienvenida y nos pidió que la acompañaramos a un pequeño salón donde se daban conferencias y cursos, a pesar de parecer más un simple salón de clases. Donde nos empezó a introducir sobre la empresa: Arcos; nos dijo que el nombre había sido dado por los consumidores porque en un lugar donde había unos arcos, fue donde empezaron con la venta de los jabones hechos a mano, porque a espaldas de los arcos, se encontraban unos grandes baños públicos donde los dueños se dieron cuenta de la oportunidad para fabricar jabones y empezar a venderlos a la gente que iba.
Tal fue la aceptación que empezaron no solo quedaron con jabones para bañarse, sino también como detergente, entre otros.
Fue lo único a lo que realmente le presté mi atención, porque al final mis pensamientos se desviaron a pensar sobre cómo sería la fábrica. Cuando termino la presentación nos dieron un casco a todos por seguridad y nos dijeron que no tocaramos nada en algún proceso del que veríamos.
Realmente me llamaba mucho la atención, estaba claro que no sería como Charlie y la fábrica de chocolates pero tenía que ser realmente fénomenal para ser de las pocas que aún hoy en día eran de las que aún se mantiene presente.
Una vez que nos dijeron eso y todos nos pusimos los cascos, la mujer que nos había recibido volvió a irse, dejandonos con el profesor en el salón, para después regresar y dirigirnos a donde podíamos ir.
Lo primero que hicimos fue pasar a donde se encontraban máquinas cortando bolsas de plástico para después en otra máquina llenarlas de jabón en polvo y sellarlas de nuevo, para después pasarlas por un verificador de cierto ingrediente para que funcione correctamente el jabón por que de lo contario, regresarían todo a revisión para volver a hacer el proceso.
Debido a que nos dijeron que no podíamos pasar a la zona de laboratorio por motivos de seguridad.
Vimos como los metían en cajas, para después ver si acaso a una o dos personas contando que hubiera la cantidad correcta de bolsas en las cajas.
Nos llevaban de tal forma que caminabamos sin pasar la línea de seguridad, y caminando más rápido cuando los transportes utilizados para cargamento se iban a mover.
Llegamos a donde estaban amasando una pasta de diversos colores para después darles forma de una masa larga y rectangular para cortarlas de esa misma forma y después ser depositadas todas en un gran anaquel sellado con vidrio por fuera para poder ser secadas con hélices.
También en la misma parte se vio como cortaban el papel con el que las envolvían y las que se encontraban secas se empaquetaban, como también se revisaran que todas estuvieran sin defectos y se colocaban en cajas, eran un proceso hecho por máquinas que en el único proceso en el que se veían personas era para verificar la cantidad de jabones en la caja.
Luego de eso, nos llevaron a otra parte de la fábrica donde encontramos nuevamente más máquinas, pero estás incluso podían moverse de un lado a otro, era algo impactante de ver, debido a que también tenían brazos con los que empaquetaban cierta cantidad de cajas con hule adherible y después llevarlas a donde se encontraban unos tablones de madera para colocar los suficientes y ser todas movidas al camión que las llevaría a distintas distribuidoras.
Era sorprendente incluso que cojieran las cajas de las cintas móviles y las clasficaran incluso a donde tenían que ir, debido a que la empresa fabricaba una cantidad de jabones que lo único que la diferenciaba era como olían e incluso los colores y algunos cuántos ingredientes agregados, dependiendo el uso.
Ahora realmente entendía porque no estaban permitidos los laboratorios a las personas en general, como museo, porque si se movía alguna cantidad en los químicos, esto iba a hacer que nuevamente el proceso reiniciara.