----࿐♡♡♡࿐----
Martín
—¿Qué estamos haciendo!? ¡Esto no debe…! —Un golpe de razonamiento intenta hacer estragos en ella.
Sin poder controlarme, mi pecho se acelera porque lo último que quiero es parar. Anclo mi mirada en sus enormes ojos, y sin duda en esos iris que no me canso de halagar, puedo ver claramente que aun cuando tiene dudas, ella tampoco quiere que este sea el fin de nuestro encuentro. Encierro su rostro entre mis manos, acerco mi boca a la suya y le doy un beso sutil.
—No quiero frenar y sé que tú tampoco lo deseas —me sincero, dejando fijos mis ojos ansiosos en los suyos — Pero, si decides que hasta aquí llegamos, lo aceptaré y me conformaré con haber besado tu boca. —hablo bajito, notando como su mirada se torna más oscura y más intensa, revelándome que ambos anhelamos exactamente lo mismo.
Sus ojos no se apartan de los míos, mientras su pecho sube y baja a todo motor igual que el mío.
—¿Frenamos? —pregunto, rogando por dentro, que me diga que no…
—¡Al carajo la prudencia! ¿Cierto? —Me pregunta, pegando sus labios a los míos y sonríe para mí, logrando que mi pecho se acelere.
—¡Sí, al carajo, la prudencia! ¡Al diablo, la razón y todo aquello que quiera impedir que vivamos esto! —reitero sus palabras y vuelvo a apoderarme de sus labios. Nos dejamos llevar, los dos perdemos por completo la noción del tiempo y toda nuestra realidad, para dedicarnos este instante..
Retrocedo lentamente afianzando más mis brazos alrededor del cuerpo de la chica que me está regalando el momento más hermoso de mi existencia. Legamos hasta dormitorio, frenamos, me quedo frente a ella y con una extraña ilusión miro sus iris, como si mi alma quisiera retratar para siempre esa mirada hermosa que me mueve fibras que intentan mantenerse ocultas.
Me sostiene la mirada y en esos preciosos iris encuentro un oasis de deseo que me confiesa en silencio que este instante lo está disfrutando tanto como yo. Sin dejar de mirarla, una de mis manos acaricia sus beazos, mientras que con la mayor naturalidad, vuelvo a disfrutar de su boca. La acaricio suavemente, percibiendo como mi corazón late muy fuerte por notar lo mucho que está disfrutando este momento que estamos viviendo.
Ella no estaba entre mis planes, ni siquiera tengo claro como sucedió, pero de la nada aparece y todo lo sensato que creí ser se fue al carajo. .
Sentirla aqui cerquita de mi me tiene fascinado, verla y notarla tan perdida, hace que mi ansiedad por ella aumente y quiera atesorar este instante que según nuestros planes será efímero. Pero…
¿Cómo diablos podré olvidar algo así?, no sé cómo rayos voy a hacer para borrar de mi mente esta aventura tan loca, tan única y tan apasionada que estoy viviendo con ella.
Sigo encantando, sumergido en este momento con quien me ha sorprendido gratamente por lo apasionada que es. Literalmente deseo hacer mía hasta su sombra. No quiero cohíbirme en lo absoluto porque si esta será nuestra única vez quiero dejar por lo menos un pedacito de mi guardado, aunque sea en el rincón más alejado de su ser.
----࿐♡♡♡࿐----
—Me cuentas algo de ti, aunque sea algo pequeñito, muy poquito, nada relevante —Pido, abrazando a la chica que respira tranquila, bajo la sabana conmigo. No hemos dicho mucho después de nuestro encuentro, solo, sin decirnos una sola palabra, los dos estuvimos de acuerdo en quedarnos acurrucados en esta cama que nunca, desde que tengo este yate, se había sentido tan confortable.
—Mi vida es muy complicada ahora, prefiero no hablar de ello. Tal vez lo único que tengo para contar es que, el lunes, tengo una entrevista de trabajo, eso es muy importante para mí, porque necesito ese empleo, por eso no me puedo quedar a vivir con usted por un año en este yate.
Su comentario me saca una sonrisa. Me acerco un poco más anulando el mínimo espacio entre los dos y con confianza paseo mis labios por su espalda, percibiendo como su piel reacciona de inmediato a mi contacto.
—Si no fuera por esa entrevista ¿Pensarías en la posibilidad de quedarte todo ese año aquí conmigo? —Me siento tonto haciendo esa pregunta, cuando fui yo quien reiteró que este sería un encuentro momentáneo.
—Podría ser, ahora no suena tan descabellado ese plan —responde, girando su rostro un poco hacia atrás, y sus ojos se encuentran con los míos por un breve instante y me da un beso casto.
—¿En qué empresa tienes la entrevista? —No sé por qué diablos pregunto tal cosa, si su vida una vez regresamos a la ciudad no debe interesarme.
—Es mejor no decirlo, los dos acordamos algo, y… es mejor no saber nada del otro. —responde segura.
Su respuesta me remueve algo por dentro y un destello de decepción se teje en mí. Sea lo que sea que me esté pasando intento dejarlo de lado, me sacudo y vuelvo a lo importante.
—Sí, tienes razón, fue nuestro acuerdo. Eso me recuerda que nos queda el resto de la tarde y una noche entera juntos, aquí perdidos en medio de la nada.
—¿Ah si? Y… ¿Qué tiene mente? —inquiere coqueta, sonriendo muy lindo. Es una sonrisa muy expresiva que se acompasa con sus ojos para enloquecerme más.
Se está buscando lo que no se le ha perdido, porque en mi mente está tomando fuerza la idea de secuestrarla por ese supuesto año completo.