Otro año más en el que conocía nuevas personas, medianamente buenas, todo iba bien, hasta que un chico entró, no supe como, no lo vi venir, -a diferencia de los dos chicos que me habían gustado antes, a los 13 y a los 15- los otros tuvieron algo que me llamó la atención desde que los conocí, este no, lo noté, si, pero nunca pensé que me llegaría a gustar, tuve que esperar meses después para poder darme cuenta, fue como un flashback en el que reviví todo los momentos compartidos con él, en el que analicé todo lo que sentía y como mi cuerpo reaccionaba a su alrededor, a su tacto, todo en cuestión de segundos y la realidad me cayó de golpe, sentí miedo y ansiedad, tanto que entré en un pequeño ataque de ansiedad, sabía que no estaba bien, que él sería mi perdición, algo dentro de mí decía que iba a ser algo más grande que lo que había sentido en el pasado y temía no poder recuperarme esta vez, así que decidí esconder los sentimientos por él, hasta que se pasaran, pero no pasó. Por otro lado era consciente que mi físico era lamentable, no era el físico que le gustaba a los hombres, pero siempre tuve esa consciencia anorexica que se negaba a aumentar un par de kilos solo para gustarle a algún chico, así que ignoré cada comentario sobre mi cuerpo, aún cuando iban como cuchillos directo a mi corazón y ni siquiera venían del chico que me gustaba, por lo que no entendía como podía importarme algo que dijera un completo desconocido -o conocido- del cual no necesitaba su aprobación, pero no lo podía evitar, estaba rota, me fui rompiendo desde que comencé a tener uso de razón, siempre por las cosas que me rodeaban o decían, odiaba ser así de débil y sentimental.