Las consecuencias de esa noche 2

Capítulo 5. ¡Celos! ¿Por qué?

Marian.

 

—¿Celos? En verdad crees que Carlos, tiene celos.


 

—Mi amor, qué hombre le reclamaría a su ex asistente por dejarlo y enojarse porque está con alguien más —miró a papá y sonrió. —en su subconsciente él siente algo por ti y sabes que significa eso mi amor —niego. —que pronto recordará todo ya lo veras —esas palabras solo me dan aliento para seguir con mi plan de conquista.

 

—No desaprovechare cada oportunidad que tenga junto a él.

 

—Solo ten cuidado con su ex-mujer, Marian, debes andar con cuidado.

 

—Descuida papá si ella tiene sus artimañas yo también tendré las mía.

 

Al llegar voy con los gemelos y aunque no me entiendan aun les habló de su papá, de lo guapo que me pareció, ellos muy atentos escuchan.

 

—Pronto conocerán a papá, por ahora deben permanecer ocultos, mamá se volvería loca si algo les llega a pasar —les digo a mis peque.

 

Aun no puedo creer que Carlos estuviera celoso de mi propio padre, bueno es lógico él no sabe que es mi papá, tal vez podría usar eso a mi favor no con mi padre, pero podría ser con alguien más. Sacudo mi cabeza.

 

—Marian nena, podemos hablar —asiento. 

 

—Dime.

 

—Estaba pensando en ponerte un asesor para que te guíe por ahora ya después se que podrás tú sola.

 

—Crees que lo necesito, se que no estoy tan familiarizada con tus negocios con Carlos,  pero he aprendido en estos tres meses.

 

—Lo sé nena y lo hiciste muy bien, pero no estaría mal que alguien te asesore.

 

—De acuerdo, para mí no hay problema.

 

—Bien mañana antes que vayas a Industrias Russo, te presentaré con él —asiento.

 

Al anochecer observó a mis peques dormir miro hacia la ventana y sonrió. Aún no puedo creer que Carlos haya sentido celos.

 

—Carlos, mi amor —digo para mí misma. —a pesar de lo que te haya hecho creer esa mujer no  ha podido sacarme del fondo tu corazón y no podrá reemplazar con su falso amor lo que en solo meses construimos mi amor —sonrió. —No veo la hora en la volvamos a estar los cuatro juntos —suelto un suspiro.

 

—Se que así será amor, estaremos juntos.

 

Al día siguiente después de atender a mis niños se los encargó a la nana, es una mujer muy bien preparada para cuidar de ellos, además de que es una persona de confianza de papá y sobre todo ha estado con nosotros desde que me fui con papá.

 

Salgo de la habitación y voy a tomar el desayuno, mientras papá atiende algunas llamadas. Al terminar con su llamada papá se me une para tomar el desayuno. En eso la puerta es tocada y uno de los guardaespaldas va a abrir.

 

—Señor, él joven Brand ya está aquí —dice al regresar.

 

—Pasalo al salón por favor —miro a papá y luego mi reloj.

 

—Tomó el primer vuelo de madrugada.

 

—Iré a despedirme de los niños —me levanto de la mesa y voy a la habitación.

 

Después de repartir besos a los gemelos y darle abrazos y no querer despegarme de ellos salgo de la habitación y voy al salón.

 

—Buenos días—saludo.

 

—Ella es mi hija Marian, Marian, él es Brand uno de los mejores técnicos que tengo en mi empresa —miró al hombre al igual que él a mí.

 

—Mucho gusto señorita Grinfford —me extiende la mano.

 

—El gusto es mío —digo tomando su mano.

 

—Nos vamos esta misma tarde debo viajar —anuncia papá.

 

—Te irás ya.

 

—Sí debo atender algunos socios para luego viajar a Italia —asiento.

 

Salimos del apartamento al entrar al auto Brand, me abre la puerta, le sonrió por su gesto.

 

De solo llegar al edificio de Industrias Russo, ya el corazón se me quiere salir, antes de salir respiro hondo y salgo del auto.

 

Nos adentramos en el elevador y subimos al piso de presidencia.

 

—Buenos días —saludó a Estefania.

 

—Buenos días Marian, buenos días señor Grinfford.

 

—Buenos días Estefania, el señor Russo se encuentra.

 

—Sí fue el primero en llegar, ya les digo que están aquí —Estefania, marca su extensión y da aviso a que estamos aquí.

 

Miró todo a mi alrededor, nada ha cambiado en estos seis meses, me pregunto cómo la está pasando Erick, al dejar a Estefania, con Carlos.

 

La puerta de la oficina se abre y por ella sale el hombre más guapo que conozco, él sonríe pero al ver al hombre que está para a mi lado su sonrisa se borra.

 

—Buenos días —saluda serio. —Síganme por favor —pide.

 

Lo seguimos hasta la oficina, no está muy lejos de la de él. Abre la puerta y se coloca a un lado para darnos el paso, soy la primera en entrar. La oficina es amplia al igual que la de él.

 

—Está es su oficina señorita Valenzuela —asiento.

 

—Compartiremos oficina, Brand.

 

—Por mí no hay problema señorita Marian —le sonrió y miró a Carlos. —señor Russo, él es mi asesor el señor Brand, Brand el es Carlos Russo, dueño de Industrias Russo.

 

—Mucho gusto señor Russo.

 

—El gusto es mío… bueno los dejo para que se acomoden —dice dando la vuelta.

 

—Muchas gracias señor Russo —él se detiene y gira hacia mí.

 

—No hay de que Marian —dice antes de salir.

 

Papá me mira y me encojo de hombros.

 

—Creo que ahora está más celoso.

 

—Ya para papá.

 

—Bueno, como te dije anoche alguno de mis hombres se quedarán aquí, si pasa cualquiera cosa ya sabes que hacer y a dónde ir.




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