Las Consecuencias de esa Noche.

☆ Capítulo 14. Nueva asistente. ☆

 

☆ Carlos Russo☆

 

—Qué estas siendo muy egoísta, o tal vez sea yo porque no quiero dejarte ir, voy aceptar tú renuncia, solo entrena bien a tu suplente —mientras tanto voy a estar muy vigilante, antes que ella se vaya, voy a descubrir que es lo que pasa, solo espero que Harry me consiga la información.

 

—No es así señor, le aseguro que yo le enseñaré muy bien a mi suplente.

 

—Eso espero, oh y una cosa tú te encargaras de entrevistar las candidatas.

 

—¿Qué?

 

—Sí Marian, tu quieres dejarme sin razón alguna así que veras todo lo relacionado con la entrevistas y el anuncio, ve con recursos humanos a que ellos te ayuden con todo lo relacionado.

 

—Es injusto.

 

—Injusto es que tu me dejes —la miro a los ojos y me cruzo de brazos.

 

—Bien me encargare de todo señor.

 

—Muy bien, con permiso —Sonrió se que va ser difícil encontrar una nueva aspirante, me detengo y regreso. —¡oh! Se me olvido decirte que te daré un listado de los requisitos que quiero que cumpla la nueva asistente, no quiero una que no sepa lo que hace.

 

—¿Una lista?

 

—Sí, te la traigo en media hora —Asiente sin decir nada.

 

Eso es lo que me gusta de ella, su eficiencia, su trato y muchas otras cosas. Me siento en la silla y la observo no se que demonios voy a escribir en mis pedidos, tal vez una asistente que sea eficiente, que no se me insinué, que esté pendiente a todo lo relacionado con el trabajo… y así empiezo mi lista.

 

La puerta es tocada levanto la vista y veo a Erick levantar la mano señalando unas carpetas, le hago señas para que entre.

 

—Dime que ya llego el certificado de mi divorcio.

 

—No, creo que eso le corresponde a Jefferson no ha mí.

 

—Pensé que traías la correspondencia.

 

—No, eso que es, ya estas haciendo tu lista de navidad.

 

—No, son algunas trabas para mantener a Marian en su puesto.

 

—¿Cómo así?

 

—A la señorita le dio la gran idea de renunciar y dejarme botado.

 

—¿Pero por qué? ¿qué le hiciste?

 

—No le he hecho nada, no seas tonto.

 

—Y porque se quiere ir.

 

—No lo sé, no entiendo, pero se que algo tiene que ver con su ida al medico.

 

—Estará enferma, no lo creo yo la veo bien, un poco pálida si, pero esta bien.

 

—No lo sé, no me quiso decir nada y lo mas raro era que ayer estaba no sé emocionada en querer hablar hoy conmigo, y mira con lo que me sale hoy —el teléfono suena lo tomo enseguida.

 

—Te dijo algo —Pregunto al que esta al otro extremo de la línea.

 

—Elizabeth no me quiso decir nada, ya sabes confidencialidad paciente doctor.

 

—Ya perdiste tu encanto.

 

—No, pero aun así ella no me dirá nada es la ética.

 

—Me vale su ética Harry, has algo y consigue algo maldición.

 

—Lo siento, pero no puedo —cuelgo.

 

—Maldición, que tipo de relación tienes tu con Elisabeth —Miro a Erick.

 

 —Ninguna, no voy caer en ese juego de antes.

 

—Bueno tendré que conseguir información de otra forma, no quiero una nueva asistente.

 

—¿Qué hay que hacer para que Marian se quede?, a mi tampoco me gustaría ver otra mujer ahí, pero si es sexy con gusto la acepto.

 

—¡Eres un idiota! —continuo con la lista al terminar son como diez pedidos. —¿Qué opinas es mucho pedir? —digo enseñándole la hoja a Erick, quien la toma y la lee.

 

—Es broma verdad todo esto es absurdo Carlos, la eficiencia la puede encontrar, pero esto te estas pasando.

 

—No la voy a dejar ir.

 

—No, con estas expectativas que tienes ninguna chica es capaz de ocupar ese lugar.

 

Me arreglo la corbata y salgo, me acerco a su escritorio y pongo la hoja en la mesa.

 

—Estos son los requisitos que debe cumplir la nueva asistente.

 

—Disponibilidad los fines de semana, que no este casada ni con hijos, que tenga al menos siete años de experiencia, señor eso es mucho pedir no cree, además tiene usted algo contra los niños.

 

—No, no lo tengo, pero quiero una asistente sin hijos, no quiero que a mitad de la mañana me diga que se tiene que ir porque su niño se siente mal o estuvo algún percance con su niñera.

 

—De acuerdo es bueno saberlo, y ¿por qué debo enseñarle durante mes y medio?

 

—Porque quiero que mi asistente este bien preparada, lo que se viene con los Ruso, no es igual a lo que tengo con el señor Ballakit.

 

—tratare de encontrar a alguien que reúna sus requisitos señor —la miro por leves segundos.

 

—Nadie podrá llenar ese espacio que estás dejando Marian.

 

—Agradezco que me tenga en alto, pero tampoco es que sea indispensable.

 

—Para mi lo eres Marian —me mira con esa mirada esos ojos que últimamente me encantan y me traen loco, sus mejillas se tiñen de rojo.

 

—Yo…

 

—No tienes que decir nada —voy de vuelta a mi oficina, solo espero que se tarde en conseguir la nueva candidata que ocupe su puesto.

 

♡ Marian Valenzuela ♡

 

Renunciar dios mío solo a mí se me ocurre, no sé qué haré después, pero algo se me ocurrirá.

 

Releo la lista que me entregó el señor Russo, es imposible encontrar una candidata que no tenga hijos y que tenga siete años de experiencia. Suspiro y esas palabras vuelven a resonar en mi cabeza “para mi lo eres Marian” esa sola oración hizo que mi corazón brincara de emoción, será que si le importo.




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