Las Consecuencias de esa Noche.

Capítulo 21. Te amo, quiero una vida contigo.

♡♡ Marian ♡♡

 

Después que Carlos se marchara subí a la habitación, tome una ducha, me vestí y me senté a peinar mi cabello.

 

—¿Qué sientes tú por él Marian —sabía que este niño no se quedaría con lo que había escuchado.

 

Me levanto y me siento en el centro de la cama, palmeo la cama para que se siente.

 

—¡He!, me gusta, no te lo puedo negar, ¿cierto? —asiente, me mira pensativo.

 

—Creo que tú también le gustas, pero si no es así puedes hacer tú vida con otra persona, no importa que él sea el padre de tus hijos.

 

—Lo sé Lucas, pero en este momento solo me interesan mis pequeñajos y tú, no puedo creer que me dejarás.

 

—Deberías venir también —Niego.

 

—No puedo Lucas, Carlos necesita estar cerca de sus hijos ya bastante le quité al no decirle desde un principio de mi embarazo.

 

—¿Cómo se lo tomó? —Sonrió.  —verás el casi…

 

Le narré todo lo ocurrido con Carlos, de cómo su rostro pasaba de un color a otro al enterarse que sería padre y luego cuando se enteró que serian dos, es que debí fotografiarlo.

 

—Yo no quiero que sufras Marian, y menos ahora que no estaré aquí para ti.

 

—Estaré bien Lucas, ve a descansar.

 

—Esta bien descansa —nos damos un fuerte abrazo y beso.

 

Los días pasaron en un abrir y cerrar de ojos, todos estos días Carlos, no se ha despegado de mí, siempre está pendiente que si he comido, que no coma esto o aquello que le podría hacer mal a los bebés, se ha vuelto demasiado sobreprotector y mimoso, después de todo no renuncie y Estefanía se fue con el señor Erick que según le hacía falta una asistente.

 

Por otro lado hoy al fin se gradúa mi hermano, mi lucha y su esfuerzo valieron la pena, ya que el ocupa el tercer puesto de los estudiantes honorarios, estoy tan orgullosa de él.

 

—Si mamá estuviera aquí hubiera saltado de la alegría al verte al fin culminando una etapa más de tu vida.

 

—Lo sé, espero se sienta muy orgullosa de mí, quería darle el primer lugar, pero Jahidel es demasiado cerebrito para mí —Sonrió.

 

—No importa que lugar ocupes, estoy orgullosa de ti.

 

—Y yo también lo estoy —mi piel se eriza al escuchar su voz. —hola lamento la tardanza, pero me estaba encargando de unos últimos detalles.

 

—Apenas va a empezar —Le doy una miradita, y de solo verlo las piernas me tiemblan, para disimular lo que él provoca en mi, ayudo a mi hermano con su corbata. —estas muy guapo —digo secando una lágrima.

 

—Ya no seas tan sentimental o me harás llorar a mi también.

 

—Lo sé es que todo me da ganas de llorar.

 

—Esas son las hormonas —interviene Carlos.

 

—Iré a tomar mi lugar, te la encargo mucho —le dice Lucas mirándolo.

 

—Estará en buenas manos —le responde Carlos. —vamos a tomar asiento, te parece.

 

El acto de la ceremonia fue hermoso, Carlos en ningún momento soltó mi mano, y se lo agradecí, ya que cuando le tocó el turno a Lucas por poco y me lanzo a llorar,  verlo tomando su diploma fue un momento muy emotivo para mí al verlo.

 

—No llores —Carlos seca mis lágrimas.

 

—Es que estoy feliz —lo abrazo y soy correspondida.

 

—Que tal si lo esperamos afuera mientras él se despide de sus amigos —Asiento.

 

Salimos a la entrada del instituto, diez minutos después Lucas, sale con una gran sonrisa.

 

—Te despediste bien —lo molesto.

 

—Jaja muy graciosa —dice poniendo los ojos en blanco.

 

—Vamos que les tengo preparado una sorpresa, bueno son dos sorpresas —dice Carlos, lo miro con el ceño fruncido.

 

Subimos a su auto y el conduce a no sé dónde, aparca el auto en un lujoso restaurante, el valet parkin, se nos acerca y abre la puerta, Carlos es el primero en bajar, estoy anonadada, parpadeo incrédula al ver semejante lugar.

 

—Marian —su voz me saca del trance en el que me encuentro.

 

—Disculpa, ¿Qué hacemos aquí? —Pregunto atolondrada.

 

—Es un detalle de mi parte para celebrar el logro de tu hermano, no me vayan a rechazar por favor —Miro a Lucas, quien esta igual que yo.

 

—Gracias señor Russo —dice Lucas bajando del auto.

 

—Vienes —tomo su mano y salgo del auto con su ayuda.

 

—Bienvenido señor Russo, su mesa ya está preparada.

 

—Gracias —el hombre nos guía hasta un área apartada.

 

Carlos, retira la silla para que me siente, la mesa está llena de bocadillos, el hombre nos entrega la carta, con ver tantos platillos me da ganas de comer de todo…

 

Luego de pedir la comida nos deleitamos con el postre.

 

—Les tengo una sorpresa más para ambos —dice mirándonos a ambos, miro a Lucas. —y ni se les ocurra despreciármela, se lo importante que es tú hermano para ti Marian y por eso planee unas pequeñas vacaciones para ambos —me sonríe. —quiero que pases esta última semana con tú hermano lejos de la ciudad, del trabajo, relajados los dos, pero sobre todo compartiendo como la familia que son —se aclara la garganta. —además de eso llevaremos a tu hermano a la universidad, debo firmar unos papeles de arriendo y otros de la beca que patrocinare para Lucas, —abro mis ojos.

 

—¿Qué? —pregunto anonadada.

 

—Sí, quiero que Lucas quede lo mejor ubicado que se pueda, además la beca le acarreará un compromiso conmigo, no es así Lucas.

 

—Así es y te lo agradezco mucho Carlos —y este desde cuando lo tutea, claro esos fines de semana compartidos. —además tienes que cumplir con tu compromiso —estos que se traen.




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