Las Hijas del Bosque: Nostralis - Libro 1

Capítulo 21: Astrid, la sirenita.

El aire tenía ese olor húmedo y denso que solo existe después de una batalla. A cada paso, sentíamos el peso de lo vivido, pero también la urgencia del presente. Habíamos decidido regresar a Nostralis, al menos por esta noche. Necesitábamos descansar.

Cuando alcanzamos los límites del bosque, la silueta de la ciudadela se recortaba en la penumbra. Y, frente a ella, figuras armadas se movían en la niebla.

—Soldados de Erwin —murmuró Liora, entrecerrando los ojos.

—¿Están… patrullando la entrada? —preguntó Milo, frunciendo el ceño.

—Más que patrullando. Esperando —respondió Varian—. Saben que volveríamos.

Nos ocultamos entre las sombras de los árboles. La luna filtraba su luz a través de las ramas como si también tratara de esconderse.

—No podemos entrar —dije, sintiendo un nudo en el estómago—. No voy a permitir que destruyan lo que queda de nuestro pueblo.

—¿Entonces qué? ¿Damos media vuelta? —preguntó Rebecca, con un dejo de ironía en la voz.

Mire a Liora, debatiendo mentalmente lo que haríamos.

—Iremos directamente a la Resistencia. —dije segura, lo que necesitaba ahora el grupo era una líder y estaba lista para serlo. —Al sur del Valle Estelar, en las ruinas de las primeras torres “La Garganta de Mirvahn”. Rhydan nos dijo que era un punto seguro, es hora de encontrarnos con la Resistencia.

Caminamos toda la noche, bordeando los riscos, cruzando bosques dormidos y viejos caminos olvidados. Nadie habló, pero no era un silencio incómodo. Era un silencio compartido, tejido por la necesidad de respirar, de procesar, de curar.

En un momento, Milo se acercó a mí, con el rostro más serio de lo habitual.

—¿Estás bien? —preguntó con suavidad, como si temiera romper algo dentro mío.

—No lo sé —le respondí con sinceridad—. Aún estoy tratando de entender qué significa todo esto, ser hija de Caelum. Me estaba empezando a acostumbrar al ser hija de una Primordial. No esperaba serlo de dos.

Le mostré una sonrisa sarcástica, pero realmente mi cabeza necesitaba descansar un rato y no había tiempo.

—La vida continua y no puedo parar un segundo a respirar, porque un maldito reino nos persigue y quiere mi cabeza. —volví a hablar con cansancio en mi voz— Sin contar la parte en la que no solo uno, si no que ahora dos pueblos dependían de mí.

Milo me miro con comprensión, y asintió suavemente.

—Puedes descansar todo lo que quieras, nos tienes a nosotros aquí para respaldarte un rato. — respondió con una sonrisa tranquilizadora. — Siempre estaremos para ti As.

Le agradecí con una sonrisa y mire al resto de mis compañeros de viaje, todos asentían y me daban ánimo para seguir. Un apretón de mano me hizo bajar la vista, era Aiken, quien en todo el trayecto no había soltado mi mano.

—Todos nos sentimos un poco perdidos en esta batalla. — murmuro Aiken mirándome. — Recordar a mi padre y ver su traición, entender que no soy como el, es como si tuviera que volver a aprender quién soy.

—Yo tampoco lo tengo claro —confesó Milo—. Siempre creí que no tenía magia, que mi único valor era lo que podía razonar. Y ahora… el agua me responde. Me llama por mi nombre. Es abrumador.

—Pero también es hermoso —dije tratando de darme animos.—. Que algo dormido se despierte en ti. Que te recuerde que hay más de lo que te dijeron que eras. Saber que estamos destinados a hacer grandes cosas… Es casi mágico.

Caminamos en silencio otro rato. Fue Liora quien, más adelante, rompió la quietud.

—Nunca pensé que lo volvería a ver —dijo de pronto, sin mirar a nadie—. Rhydan. Creí que había muerto. Cuando desapareció… sentí que una parte de mí se apagaba también.

La miramos con atención. Liora rara vez mostraba vulnerabilidad.

—¿Y ahora? —preguntó Varian con delicadeza.

Ella suspiró.

—Ahora tengo miedo. Porque no lo conozco, no se quien es, ni que ha vivido. Es un completo desconocido en el cuerpo de mi hermano. — respondió Liora con la voz rota. — Pero lo que mas miedo me da, es volverlo a perder. No sé si podría soportarlo otra vez.

Milo se acercó y le puso una mano en el hombro.

—No estás sola esta vez. Y él tampoco.

Liora asintió, mordiéndose el labio para no llorar. Luego se giró hacia mí.

—Cuando la luna me revelo este destino… — murmuro viéndome a directamente a los ojos. — No espere que doliera tanto…

—¿La luna te mostro que Thomas no era mi padre? — pregunte sorprendida.

—La Luna me mostro todo, menos la batalla final. —volvió a hablar mas calmada. Varian la abrazaba por los hombros intentando que no se desmoronara ahí mismo. —No puedo revelar lo que ya se, pero no me faltan ganas.

La conversación se apagó en murmullos.

Al amanecer, cuando los primeros rayos de luz teñían el horizonte con tonos dorados, llegamos.

La Garganta de Mirvahn se abría como una grieta majestuosa entre los riscos del sur. Las antiguas torres de vigilancia eran solo esqueletos de piedra ahora, cubiertas por enredaderas y musgo, pero aún firmes. Desde lo alto, una figura nos esperaba.

—Tardaron —dijo Rhydan con una sonrisa apenas esbozada—. Pero están enteros. Me alegra verlos.

La Resistencia estaba reunida allí, al abrigo de las ruinas. Alrededor de una fogata, un grupo diverso de rostros y energías nos recibió.

—¿Jenna…? —murmuré, incapaz de creer lo que estaba viendo.

La voz que me respondió fue tan familiar como inesperada.

—Vaya, vaya… ¿Quién dejó abierta la puerta del internado? —dijo sin levantarse, una ceja alzada y una sonrisa torcida—. Oh, espera. Eres tú. Mi compañera de cuarto favorita.

—¿Qué… qué estás haciendo aquí? —pregunté, aún atónita.

—¿Yo? Lo de siempre. Salvar al mundo en secreto, vigilar a adolescentes testarudas, eso —respondió, sacudiendo la mano como si fuera lo más obvio del universo.

—¿Estás diciendo que… estabas en la Resistencia desde antes?

—Ay, Astrid —dijo con un suspiro dramático—. Siempre tan observadora. Claro que sí. Mientras tú te debatías entre descubrir tu poder o morir de vergüenza en clase de teatro, yo me encargaba de que no te envenenaras por accidente.



#3043 en Fantasía
#539 en Ciencia ficción

En el texto hay: reinos, magia, bosque jovenes aventura

Editado: 25.10.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.