“Una mujer que no podía quedar embarazada, lloraba todas las noches con el deseo de concebir, pero con el paso de los años las oportunidades se volvían imposibles. El dolor se volvía eterno, y en situaciones desesperadas se toman decisiones desesperadas: La mujer visitó un brujo.
Duró semanas probando todo lo que dicho individuo le indicaba, hasta conseguir lo que tanto anhelaba, ignorando las advertencias que vagamente le contaba.
Un monstruo se generaba en su vientre a la espera de salir, y el deseo insaciable que traía consigo despertaría con más ímpetu de noche, para dicho caso, el brujo le había entregado una sábana con bordado misterioso para que pudiese dormir en paz".