Lasagna Para Cenar

Sesión #7: Sueños y Proyectos

Anoche tuve un sueño extraño. Caminaba por un campo lleno de flores blancas, el viento hacía volar sus pétalos y desordenaban mi cabello en el proceso, creando un torbellino de colores diversos frente a mis ojos. Dentro de ese hermoso caos pude ver una silueta a la distancia que me miraba fijamente. Intenté abrirme paso por el torbellino hasta llegar a ver la silueta por completo, descubriendo que se trataba de Julian y no me miraba a mí, me daba la espalda. Se encontraba parado a la mitad del campo floreado mientras miraba hacia el cielo en completo silencio. Al posar mi mano sobre su hombro, pude ver una sonrisa alegre al girar levemente su rostro y luego, sin previo aviso, me encontraba en el mismo cuarto oscuro en el que vi a Julian durante mi sueño anterior. Solo que, esta vez, estaba completamente silencioso y vacío, excepto por mí. Busqué alrededor y no pude encontrar a nadie, simplemente el silencio siendo interrumpido por el eco de mi propia voz al buscar a Julian. Fue entonces que desperté y me quedé ahí, viendo el techo de mi habitación por quien sabe cuánto tiempo. Lo primero que vino a mi mente al intentar interpretar mi sueño fue una imagen estática de Julian caminando con dolor dentro de sí. Quizá una forma de expresar que no ha sido un camino fácil, pero lo sigue intentando. Quizá me vi a mí misma sola en esa habitación al ayudarlo a salir, pero ¿Entonces por qué yo seguía ahí dentro? Fue entonces que giré mi mirada hacia el reloj en mi buró exactamente a las 12:51 PM ¡Se me hizo tarde para venir al trabajo! Pero esa es una historia que contaré luego, pues ahora Julian me espera fuera de mi despacho.

 

—Hola, Julian —Digo al abrir la puerta y luego de aclarar mi garganta—

—Doctora, creí que estaba ocupada… La escuché hablando dentro

—¡Oh, no! Simplemente grababa algunas notas de un caso de otro paciente

—Ya veo… ¿Puedo pasar? —Pregunta sin que yo me dé cuenta en ese momento que aún nos encontramos en la puerta—

—¡Ah, sí! Lo siento —Me alejo de la puerta y dejo que el chico tome asiento— ¿Qué tal ha estado tu semana?

—Bastante tranquila, quizá algo aburrida —Asiente, pero parece impaciente por decir algo—

—¿Qué hiciste durante estos días? —Cruzo las piernas para apoyar mi cuaderno en una de ellas al escribir—

—Me di cuenta que no le había comprado ningún regalo a Pan para navidad así que fui de compras y le conseguí una nueva cama —Dice algo alegre, pero sospecho que eso no es lo que quería contarme—

—¡Wow! Imagino que ahora es una gatita muy feliz —Exclamo sonriente y lo miro con calidez— Julian, no puedo evitar pensar en que quieres contarme algo más

—Tal vez soy un poco obvio —Suelta una pequeña risa y se acomoda el cabello— Es solo que… Estoy feliz

—¿A qué se debe tu felicidad? —Ladeo mi cabeza, arreglando mis gafas— No es que esté mal, claro

—Pues… ¿Recuerda el comic que siempre he querido escribir? —Se inclina un poco hacia el frente, sonriendo con alegría— Hace unos días empecé a hacer algunos bocetos y a escribir algunos borradores

—¡Excelente, Julian! Me alegro mucho por ti ¿Cómo te está yendo con eso?

—Es difícil, nunca había estructurado la historia de manera tan seria, tampoco había pensado demasiado en el diseño de los personajes —Suspira y recuesta su cabeza en el respaldo del sofá— Debí haber empezado a escribirla cuando se me ocurrió

—¿De qué trata tu historia? Si se puede saber, claro

—Eh… —Se rasca la cabeza, pensando al respecto— Todo esto lo pensé cuando tenía 16 —Ríe un poco, sintiéndose algo apenado— Hay un grupo de piratas que navegan por el mundo en su barco llamado “Morrigan”. Ellos buscan detener a una entidad demoníaca que liberaron durante una de sus expediciones —Se levanta de su asiento y empieza a hablar con bastante interés al respecto— Jackson, el capitán, guio a su tripulación hacia una isla misteriosa, la cual, todos los piratas sabían que estaba prohibida pues se hablaba de una terrible maldición que yacía en ella. Cuando el equipo del Morrigan irrumpió en la isla y saqueó el tesoro, esta entidad demoníaca comenzó a destruir la isla cercana y luego las islas cercanas a la primera. Así hasta que, Barracuda, un viejo pirata retirado, le cuenta a Jackson acerca de unas gemas antiguas que podrían aprisionar a la entidad de una vez por todas —Asiente orgulloso, viendo levemente hacia arriba—

—Eso suena… Bastante interesante, a decir verdad —Pienso por un momento, considerando honestamente que es una buena idea—

—¿Verdad? Lástima que es lo único que tengo —Suspira desilusionado luego de tomar asiento de nuevo— No sé cuántos personajes habrá en la tripulación, cómo serán ni cómo detendrán al ente… Es más ¡No sé cómo llamar al ente demoníaco! —Cruza los brazos con algo de frustración—

—He trabajado con artistas antes, a la mayoría de ellos les ayuda decir sus ideas en voz alta y contárselas a alguien de confianza para cambiar o complementar elementos en ella —Miro hacia mis notas y luego de regreso a Julian— También puede servir escribir tus ideas de forma desordenada y luego hacer un proceso de eliminación

—Creo que tengo mi libreta por aquí —Se acerca a su maletín y busca un cuaderno para tomar apuntes— Bien… No sé por dónde empezar

—¿Qué tal si tratas de decidir a donde llevar la historia? ¿Qué pasará cuando el capitán Jackson se encuentre cara a cara frente al demonio que liberó? —Intento ayudarlo mientras tomo mis propios apuntes—




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