Lasagna Para Cenar

Sesión #9: Bajo Control

Soy un caso perdido. Sigo haciéndolo una y otra vez, aunque no es mi intención, sin embargo, parece como si la vida me guiara siempre hacia él. Mi conciencia está dividida entre decirle u ocultárselo, aunque ambas opciones llevan al mismo resultado: La pérdida de su confianza. Y aunque mi mente deambule entre estas opciones, sé que en el fondo no sé lo quiero decir. Entonces sí, soy un caso perdido, pero este caso perdido intenta mejorar la vida del muchacho, no debería ser tan dura conmigo misma… Eso me sonó conocido. Ya lo resolveré, al menos esta vez puedo mantenerme despierta ¡Por fin pude dormir una noche entera! Mis antiguos vecinos al fin se largaron de una vez por todas. Mi nueva vecina no es para nada ruidosa, suele estar ocupada la mayoría del tiempo y una vez nos vimos al ir a la lavandería. Me sorprendió saber que…

 

—¿Doctora Sazo? —Pregunta mi recepcionista, asomándose por la puerta de mi oficina e interrumpe mi grabación—

—¿Pasa algo Natalie? —Suspiro y me levanto del sofá para verla—

—El joven Julian se encuentra aquí —Menciona de manera algo tímida y yo alcanzo a observar la silueta de Julian detrás de la joven—

—¿Ya es hora? —Digo sorprendida mientras reviso mi reloj— Digo… ¡Adelante! —Sonrío mientras voy a mi escritorio por mi libreta y mi bolígrafo—

—¿Ha dormido mejor, doctora? —Dice Julian mientras toma asiento en el sofá—

—Yo debería ser quien hace las preguntas —Respondo bromeando y tomo asiento frente a él— Pero sí, he dormido mejor, gracias ¿Cómo has estado tú? —Arreglo mis gafas y me preparo para tomar notas—

—Pues bien, bueno… Bastante confundido, si soy sincero —Suspira y se rasca la frente—

—¿Qué sucedió? —Pregunto, un poco sorprendida por su vaga respuesta—

—Es solo que llevaba varios días intentando salir con Emmeline para comer juntos o algo. Ya sabe, una salida de amigos —Cruza los brazos y aparta la mirada— Pero solo pude ayudarla a desempacar sus cosas

—¿Estás molesto porque nuevamente hablaste con ella entre cajas y plástico? —Menciono mientras ladeo la cabeza— Tal vez eres tú el que intenta mantener bajo control a Emmeline

—No solo eso me molesta —Responde de manera seca y me mira directamente—

—¿Qué sucedió durante la mudanza?

—Hablamos con Emm, simplemente quería saber qué planes tiene para el futuro. Pensé que tendría sentido ya que se mudó —Toma un largo suspiro y vuelve a jugar con su cigarro invisible— No importa, de seguro escuchó nuestra conversación y no tiene sentido que yo se lo diga. De todas formas, es su vecina. —Ahora lo dice verdaderamente molesto—

 

No supe como sentirme en ese momento. Por una parte, me ofende el hecho de que deje implícito que soy una metiche por estar en el momento indicado en el que algo importante dentro de su vida sucede… Pero por otro lado… Julian tiene razón. Sí escuché su conversación con Emmeline ese día. Las paredes son muy delgadas, por eso nunca invito chicos a mi departamento.

 

—¿A qué te refieres? —Pregunto sorprendida—

—Está bien, el fin justifica los medios ¿No? —Rueda los ojos y luego me mira fijamente— Ya que sabe lo que sucedió, dígame sus mejores consejos para que pueda pagarle por espiar mi vida.

—Julian, yo no espío tu vida —Aclaro firmemente— Además, lo que estás diciendo no es cierto

—¿Entonces tampoco leyó mi cuaderno? Porque las hojas en las que apunté mis pensamientos estaban ligeramente arrugadas y estoy seguro de que no estaban así cuando lo dejé aquí —Recalca con enojo—

—Por supuesto que no… —Me quedo en silencio por un momento y luego lo volteo a ver— 

—¡Deje de mentirme! —Se levanta del sofá notablemente frustrado— Se supone que este es un espacio de confianza y honestidad ¡Pero usted me acaba de decir las mismas palabras que yo le dije a Emmeline hace dos días! ¡Exactamente las mismas!

—Yo no hice nada de eso —Respondo sin poder verlo a los ojos, sintiéndome culpable— Y aunque lo hubiera hecho, no puedo simplemente opinar del hecho. Estás aquí para que me expliques como te sientes, que me digas que te molesta y que cosas podemos mejorar

—¡Bueno, pues ahora me siento traicionado! —Se queja, respirando un poco agitado— ¡Está evitando el tema porque sabe que tengo razón!

—Lo sé… Lo sé —Suspiro y me quito los anteojos— Mira, Julian… Tienes razón y te pido una disculpa —Cierro mi libreta y lo miro directamente— Sí escuché tu conversación con Emmeline, sin embargo, fue un accidente. Simplemente me encontraba arreglando unas cosas y el sonido de su charla atravesó la pared hacia mi departamento

—¿Y lo de mi cuaderno? —Pregunta molesto—

—Con el tema del cuaderno, asumo completamente la responsabilidad. Sin excusas. Tenía curiosidad y lo leí. Esa es la historia —Digo, sinceramente, algo nerviosa—

—¿Desde cuándo comenzó a hacer esto? ¿Cuándo empezó a entrometerse en mi vida? —Vuelve a tomar asiento, pero su sangre sigue hirviendo por la situación— ¿Soy un tipo de experimento para usted?

—Nada de eso —Niego con la cabeza y levanto las manos, mostrando mis palmas—

—¿Entonces me dirá que hizo todo esto para ayudarme? —Bufa con enojo y aparta la mirada— Siga repitiéndose esa mentira si la hace sentir mejor




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