Latidos indecisos

capitulo II

En el transcurso del día, Cameron estuvo pensando en como regresar a traer su proyecto, pero por la prisa no sacó su billetera o por lo menos su pasaje de bus. La mayoría de compañeros no quisieron ayudarle con la excusa que estaba ocupados o no tenían vehículo, mientras preguntaba, un muchacho de otro curso escuchó que necesitaba ayuda, así que pensó que era una buena oportunidad para poder tener una buena plática con ella y conocerla a profundidad. Con amabilidad se acercó a Cameron y le ofreció su ayuda, sin pensarlo Cameron acepto, se dirigieron hacia el parqueo rápido y se subieron a una motocicleta. En menos de 30 minutos ya se encontraban en el complejo donde vivía Cameron. Con prisa entró al edificio y entró a su habitación (gracias a Dios, si se llevó las llaves), encontró a su perrito acostado a un lado de la cama, la bolsa donde estaban el resto de las donas a un lado y ahí se le ocurrió el nombre para el perro: Donita. Sin ponerse a pelear con Donita, tomó las cosas que había olvidado y con ellas el proyecto. Un poco de perfume se echó, se puso un abrigo ya que, no soportaba el frío puesto que no salió abrigada, un suéter fino fue nada más lo que tuvo a la mano.

Cuando bajó, el muchacho estaba esperando afuera, estaba revisando su celular y cuando vio a Cameron, se subió a la motocicleta, la encendió y antes de que Cameron subiera, decidió hablar.

-Pensé que ibas a ser diferente. No te miras como alguien introvertida.

-Lo sé, todos se sorprenden. Perdón si esperabas que escucharme hablar de mi vida a cada instante.

-Si las demás supieran que eres así, no tendrían problema con que sus novios te quieran hablar.

-Pues, que triste tiene que ser tu vida como para molestarte porque tú pareja hablé con alguien más. Celar de esa manera se me hace estúpido he infantil.

-Bueno, no deberías decírmelo a mi, sino a quienes te tienen envidia.

-No tengo tiempo para fijarme en los chismes de las demás, solo quiero estudiar, trabajar y vivir en paz conmigo misma.

-Me gusta como piensas. Si mi novia pensará así, no pensaría en dejarla.

-¿Me llevarás de regreso a la universidad o preguntarás demás?

Con la cabeza, le dio la señal para subirse a la motocicleta. En el camino de regreso no hablaron, ni dijeron nada sobre lo hablado.

En la universidad, Cameron estaba más aliviada con sus cosas ya en mano. Tenía que entregar varias tareas y la gran parte, estaban en su laptop.

La tarea la entregó a la hora que le habían dicho, entregó también las demás. Salvo la materia como muchos de nosotros. En ese momento, sonó su celular, vio el contacto, notó que era Casey y contestó.

«¿Vas saliendo de la universidad?»

«Si. Hoy fue mi día de mala suerte, pero ya voy de regreso a mi casa»

«¿Fuiste a hablar con el muchacho del supermercado?»

«No, pero ahora tengo que pasar a comprar la comida de Donita. Asi llamé al perro»

«Dejame adivinar ¿Se comió las donas que te quedaron?»

«Si, eso pasó. Olvidé guardarlas. Aunque me dormí tarde, llegué tarde a la universidad y para colmo olvidé algunas cosas en casa. Tuve que pedir de favor que me llevarán»

«Bueno, por como te escucho y lo que me dices, tuviste un día muy feo. Solo espero que si le hables al cajero. No pierdes nada, Cameron, si sale mal, no me vuelvas a obedecer en cuanto a citas sea»

«Eso espero. No tenía muchas ganas de hacerte caso la próxima vez. Bye»

Cameron caminó hacia el supermercado, justo iba saliendo el muchacho, así que se le acercó y con pena le habló.

-Hola, solo quería pedirte disculpas por cómo me comporté la vez pasada. No fue muy amable de mi parte.

-No te preocupes. El apenado soy yo, me gustaría compensarlo.

-Estaba pensando en un café, un cappuccino ahora no caería mal.

-Conozco una cafetería no muy lejos de aquí, si te gusta la idea yo invito.

Cameron afirmó con la cabeza y sonrió. El muchacho comenzó a caminar y Cameron luego se colocó al lado de él. En todo el camino no mediaron palabras, solo preguntas normales. El muchacho se miraba ligeramente incómodo, pero entendió la personalidad de Cameron. Cuando llegaron al café, se sentaron y ordenaron.

-El café es muy bueno, he venido aquí muy seguido desde que estoy trabajando en el supermercado. Me gustan sus postres y el café americano.

-Se mira agradable. Aunque no me gusta salir mucho, por lo general lo hago con mi amiga o sola.

-Bueno, por lo menos sé que tienes amigas. Ya es un gran progreso.

-Nos conocemos de hace años. No recuerdo cuantos, pero si tenemos años de conocernos.

En ese momento, llegó el mesero con la orden. Cameron tomó un sorbo de su café. En el resto de la noche siguieron platicando, Cameron se comenzó a desenvolver un poco más, habló mas de ella, sobre sus estudios, gustos y cosas un poco más íntimas. Salieron del café a eso de las 9:16, pues ya estaban cerrando el café. Una noche agradable. Cuando iban saliendo, Cameron le preguntó su nombre (no sé lo había preguntado en todo lo que hablaron) y el nombre de muchacho era: Manuel. Luego de caminar por varios metros, tomaron rumbos distintos.

Mientras Cameron iba de regreso a su departamento, comenzó a sonreír y a repetir el nombre del muchacho en su cabeza. Ahí se dio cuenta que, le había agradado mucho su compañía y no solo eso, sino que lo comenzó a ver atractivo en algunos aspectos.

Ya en su habitación, se desvistió y se metió a darse el baño que no se dio en la mañana. Relajante y reconfortante fue aquello. Cuando se fue a acostar, se metió a instagram a perder un poco el tiempo, como era común vio el montón de likes y comentarios, cosas que siempre eran habitual y volvió a recibir una llamada, era de nuevo Casey. Cuando contestó, con mucha alegría he intriga le preguntó sobre la cita.

«Cuéntame todo lo que pasó. Cuéntalo todo»

«Tomamos café, hablamos hasta las nueve. Es muy agradable, amable y sobre todo, me interesa de verdad»




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