Capítulo 15

La noticia del triunfo de Luz en el concurso de alta costura se extendió como la pólvora. Los millones del premio no solo le brindaron seguridad económica, sino que le abrieron las puertas a un futuro que antes solo existía en sus sueños más audaces. Sentada en su humilde habitación de la pensión, con su hija Sofía durmiendo plácidamente en una cuna improvisada, Luz contemplaba el cheque millonario, un símbolo tangible de su arduo camino recorrido.

—Berta— dijo Luz, su voz cargada de emoción, dirigiéndose a su fiel amiga que la observaba con una sonrisa de orgullo. —No puedo hacerlo sola. Tú has sido mi roca, mi apoyo incondicional. No podría haber llegado hasta aquí sin ti—

Berta se conmovió profundamente. —Hija mía, solo he hecho lo que cualquier amiga haría. Ver tu éxito es mi mayor recompensa—

—No, Berta. Es más que eso— insistió Luz. —Quiero que formes parte de esto. Quiero abrir mi propia fábrica textil, mi propia marca. Y quiero que seas mi socia. Tu sabiduría, tu bondad... son tan importantes como mi visión—

La propuesta dejó a Berta sin aliento. —Yo... Luz, no sé si estoy preparada para algo así. Yo soy solo una mujer mayor que dirige una pensión—

—No digas eso— replicó Luz con firmeza. —Tienes una inteligencia y una calidez que nadie más tiene. Serás el corazón de nuestro negocio. Juntas, crearemos algo extraordinario—

Con el apoyo mutuo y la determinación como motor, Luz dio rienda suelta a su ambición. Con la ayuda de asesores legales y financieros, adquirió un local espacioso en las afueras de la ciudad, un lienzo en blanco listo para ser transformado en el epicentro de su imperio. El proceso de reclutamiento comenzó, y Luz, fiel a sus principios, priorizó la contratación de mujeres en situaciones vulnerables, ofreciéndoles no solo empleo, sino también dignidad y oportunidades de crecimiento.

Berta, a pesar de sus reservas iniciales, se sumergió en el proyecto con una energía renovada. Su bondad innata y su aguda percepción de las personas la convirtieron en una pieza clave en la gestión del personal y en la creación de un ambiente de trabajo cálido y colaborativo. La fábrica, pronto rebautizada como "Textiles Luzos", comenzó a tomar forma, uniendo la visión creativa de Luz con la experiencia humana de Berta.

El nombre "LUZOS" nació de la fusión de la primera sílaba del nombre de Luz y la última de Sofía, un tributo a la nueva vida que había florecido en su seno. La marca prometía no solo moda, sino también historia, resiliencia y empoderamiento.

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Mientras tanto, Mateo continuaba su arduo camino hacia la recuperación. La terapia física se había convertido en una rutina diaria, marcada por el sudor, la frustración y, cada vez con más frecuencia, por pequeños pero significativos avances. La sensibilidad en sus piernas regresaba poco a poco, permitiéndole dar sus primeros pasos tambaleantes, apoyado en las robustas muletas y en la inquebrantable presencia de la doctora Selma.

—¡Vamos, Mateo! ¡Un paso más!— lo animaba Selma, su voz resonando con una mezcla de profesionalismo y una cálida admiración. —Estás haciendo un trabajo increíble—

Mateo, con el rostro contraído por el esfuerzo, lograba dar otro paso. Cada movimiento era una victoria, una batalla ganada contra la adversidad. La conexión con Selma se había fortalecido, trascendiendo la relación médico-paciente. Compartían risas durante las sesiones, conversaciones profundas sobre sus miedos y esperanzas. Mateo admiraba la fortaleza de Selma, su dedicación y la forma en que lograba infundirle optimismo incluso en los momentos más difíciles.

Una tarde, después de una sesión particularmente exitosa, Mateo se detuvo frente a Selma. La miró a los ojos, su propia mirada reflejando una mezcla de gratitud y un sentimiento nuevo, incipiente.

—Selma— comenzó, su voz teñida de una emoción contenida. —No sé cómo agradecerte todo lo que haces por mí. Me has dado una segunda oportunidad—

Selma le sonrió, sus ojos brillando. —Tú te has dado esa oportunidad, Mateo. Yo solo te he acompañado en el camino—

—Pero siento algo más— confesó Mateo, su corazón latiendo con fuerza. —Siento algo por ti. Y sé que esto puede ser complicado, pero... ¿quieres que intentemos algo más? ¿Que nos demos una oportunidad?—

Selma lo miró fijamente por un instante, una leve sonrisa jugando en sus labios. —Mateo, has pasado por mucho. Y yo... yo también he sentido una conexión especial contigo. Sí. Quiero intentarlo—

La noticia marcó el comienzo de una nueva etapa para Mateo, una relación construida sobre la adversidad y la esperanza. Sin embargo, en las noches tranquilas, cuando la soledad amenazaba con regresar, el recuerdo de Luz aún persistía, una sombra del amor perdido que, de alguna manera, coexistía con la nueva promesa que tenía frente a él.

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Los años siguientes fueron testigos del meteórico ascenso de Luz en el mundo de la moda. Su marca, "LUZOS", se convirtió en sinónimo de elegancia, calidad y empoderamiento. Sus colecciones, inspiradas en sus propias experiencias de vida, resonaron en un público global que buscaba autenticidad y significado en la moda. La fábrica textil creció, empleando a cientos de personas, muchas de ellas mujeres que, al igual que Luz, buscaban una segunda oportunidad.

Berta, convertida en la mano derecha de Luz, dirigía la parte administrativa y operativa del negocio con la misma bondad y sabiduría que la caracterizaban. La pensión "El Rincón de la Calma" seguía funcionando, aunque ahora administrada por personal de confianza, mientras Berta se dedicaba por completo a su rol de socia y mentora.

Sofía, ahora una adolescente vibrante y llena de talento, comenzaba a mostrar su propia inclinación por el diseño, siguiendo los pasos de su madre. La relación entre madre e hija era un testimonio del amor incondicional y del legado que Luz estaba construyendo.

La marca LUZOS se expandió internacionalmente, abriendo boutiques en las ciudades más importantes del mundo. Luz, la joven que había huido de una tragedia, se había transformado en una exitosa empresaria, una figura influyente en la industria de la moda, pero sobre todo, una mujer que había sabido convertir el dolor en inspiración y la adversidad en un trampolín hacia la grandeza...