Lazos de familia: Entre amores y engaños

CAPÍTULO 9

CAPÍTULO 9: La venganza de Abby

Todo comenzó a ir mal después de eso.

Abby habló con James, y tal y como Caleb había dicho, él no se disculpó. Admitió haber mentido y dijo que la culpa era de Abby por creer que de verdad un chico de 18 nunca había estado con nadie. Jamás había visto a Abby tan molesta. Todas sabíamos que por dentro estaba sufriendo, pero cuando tratábamos de animarla, sólo respondía que todo estaba bien y que olvidaría a James en cuestión de días. Y definitivamente se dedicó a intentarlo.

Apenas una semana después, supimos que Abby tenía pareja nueva. Un chico de 19 que había llegado al pueblo hace sólo 2 meses, por un trabajo temporal en la empresa constructora de los padres de David. Todas lo habíamos visto por ahí un par de veces, pero ninguna había hablado con él antes, ni siquiera Abby. Y ahora, de repente, estaban saliendo. Aunque Abby nunca lo llamó su novio, supimos que se escondían para besarse en algunas obras en construcción, y unos días después de comenzar su relación, lo llevó a una de nuestras reuniones en la vieja casona.

Todos nos sorprendimos mucho, pero definitivamente quién no se lo tomó nada bien, fue James, que si hubiese sido por mí, ni siquiera estaría ahí.

Después de lo que le había hecho a Abby, las chicas y yo habíamos planeado conseguir el apoyo de los chicos para decirle que no volviera a acercarse a nosotros. Pero Abby no lo permitió. Insistió en que sería darle demasiada importancia al asunto y a James. Así que allí estábamos, todos juntos pretendiendo que nada había pasado aunque la tensión podía cortarse con un cuchillo.

Caleb, sin embargo, era quién peor lo estaba pasando. Tan pronto como Abby confrontó a James, se hizo evidente que alguno de los chicos del grupo había hablado, y la opción más probable era Caleb. No éramos la única pareja del grupo, pero sí habíamos sido amigos durante mucho más tiempo que el resto. Era lógico pensar que Caleb me había contado, y que yo le había contado a Abby. A mí me tenía sin cuidado si James pensaba eso –después de todo era la verdad–, pero Caleb se veía increíblemente incómodo.

Cuando Abby llegó esa noche, de la mano de su nueva pareja, Caleb inmediatamente miró a James, quien miraba a Abby, quien miraba a su pareja, quien nos miraba a todos, probablemente sintiéndose igual de incómodo que Caleb. Yo por mi parte, desde donde estaba sentada, saludé a Abby y a su acompañante –a quien presentó como Ian–, mientras le daba un discreto codazo a Caleb en las costillas para que dejara de mirar a James. Una vez que todos nos presentamos para Ian y le preguntamos algunas cosas sobre él, cada quién volvió a lo suyo.

David continuó sirviendo las bebidas, Rebeca continuó besándose con su novio, Lea conversaba con Janelle, que parecía más interesada en conversar con Matt –con quien llevaba teniendo una relación intermitente desde hace un par de semanas–, y Caleb y yo simplemente observábamos al grupo, ambos con nuestras bebidas en la mano sin poder dar trago alguno.

Al principio, yo no sabía en qué pensaba Abby cuando trajo a Ian sin siquiera dejarnos echar a James del grupo primero. Pero todo me quedó más claro cuando de repente la vi apartarse del grupo, del brazo de Ian, para meterse en uno de los cuartos de la hostería –casualmente, el mismo que habían usado con James la vez que se acostaron–. Esta vez, fui yo quien inmediatamente miró a James, y pude ver que estaba furioso.

Esta era la venganza de Abby. Y esperaba que todo este asunto terminara ese día. Pero James no se quedaría de brazos cruzados, lo supe cuando se levantó bruscamente para irse sin decir palabra alguna. Quizás Abby no tenía miedo de lo que sería capaz de hacer, pero yo sí. James definitivamente era del tipo que odiaba sentirse humillado por una mujer, y buscaría su propia forma de vengarse. De eso estaba segura.




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