Prologo

“Recordar es fácil para el que tiene memoria. Olvidarse es difícil para quien tiene corazón” Gabriel García Márquez

Los humanos son algo mucho más complejo que cuerpos que experimentan reacciones químicas y posteriormente las asocian a sentimientos, son seres vulnerables, les aterra sentir como sensaciones desconocidas se apoderan de ellos y les imposibilita mantener el control sobre sí mismos. Algún tiempo atrás el amor era algo irrelevante y carecía de sentido alguno, pero incontables eran las jóvenes almas que buscaban probar tan solo una vez, esa maravillosa sensación de sentirse atrapados en un remolino violento de pesares inexplicables y al mismo tiempo, como unos pequeños pajarillos que apenas habían comenzado a volar lejos de quienes fueron sus maestros, de quienes les vieron crecer y de la única casa que habían conocido en todas sus vidas.

Cuenta una vieja leyenda japonesa, que todo ser humano se encuentra unido a otro mediante un hilo rojo, atado al meñique, y que este hilo puede estirarse, enredarse de formas inimaginables e incluso tensarse, pero sin importar que, jamás podrá romperse. Siglos pasados, en el corazón de una provincia lejana ubicada en algún lugar remoto del mundo, un grupo de jóvenes se encontraron, luego de marcharse de sus hogares con la esperanza de conocer algo mucho más grande que los horizontes que acostumbraban a ver cada día de sus vidas, para explorar aquel mundo que se encontraba atravesando esas infinitas barreras impuestas; sin siquiera saberlo burlaron al destino y sus vidas se cruzaron de tal manera que, fueron condenados a perderse y encontrarse en esa vida y todas las siguientes.

¿Alguna vez han puesto en duda cuanto tiempo le lleva al amor perecer en manos del olvido? En esta historia, aprenderán que un corazón que ha amado jamás podrá permitirse el olvido y que la memoria siempre es buena amiga cuando se trata de dejar atrás aquello que tanto nos hirió en un pasado.