Escena 8: Junio, tercer martes

Maggie apuró una última calada, antes de tirar el cigarrillo y aplastarlo con la punta del botín. Agradeció rápido y se despidió de la joven a su lado. Mientras apuraba el paso para alcanzar la esbelta figura que se perdía entre la gente, se maldecía por no haber llevado una chaqueta más abrigada. No es que las temperaturas de mediados de junio le hubieran tomado desprevenida, pero es que las chaquetas rellenas no lucían tan bonitas con el outfit que había escogido para verse más ruda de lo que realmente era. Ahora enfrentada a la realidad de haber estado más de 30 minutos esperando fuera del edificio, se daba cuenta de que una decisión tan superficial había sido estúpida.

La joven se detuvo junto a un pequeño auto rojo. No lucía del año, pero en definitiva no era un auto antiguo heredado como el que conducía Mati o reacondicionado como el de Joshua. Era un auto bonito, como el que compran los papás a algunas chicas al sacar su título.

Maggie se permitió darle un vistazo, antes de hablarle. No sabía exactamente con qué se enfrentaría y dado el porte y actitud de la joven, le parecía que sería una conversación difícil.

—Hola, disculpa…

La joven le dirigió una mirada de cuidado asombro.

Tras una segunda mirada, sopesó que quizás no era una joven inaccesible, sólo parecía estar a la defensiva.

—¿Sí?

—Eres América ¿cierto? —Maggie apuntó tras de sí—. En el Edificio me dijeron que eras tú.

Ella siguió con la mirada donde apuntaba Maggie y asintió desconfiada.

—Soy Margaret Araujo —explicó. Le pareció mejor usar su nombre completo, porque para ese entonces sentía que la joven era un poco snob y ese tipo de gestos seguro le resultarían más honestos.

—Hola —le saludó con claras intenciones de cortar rápido el diálogo, así que Maggie apuró la idea.

—Quería preguntarte… bueno más bien hablar contigo sobre alguien que quizás conoces…

—¿Va a ser largo? Porque no tengo mucho tiempo.

Maggie negó con la cabeza y lanzó la pregunta rápido. Pensó en ese sentido que una pregunta rápida la tomaría de sorpresa y sería más fácil sacarle información.

—Es sobre Santiago Arnau…

Antes de terminar de enunciar el nombre el rostro de América palideció y sus dedos amasaron nerviosos, el pequeño bolso que traía entre las manos.

—¿E-es sobre eso? —preguntó y su mirada se movió esquiva, como buscando un lugar donde refugiarla.

«¿Eso?»

América bajó de la acera y caminó hacia la puerta del auto. Maggie pensó acertadamente, que estaba huyendo de ella.

—P-pues dile a Santiago... —balbuceó y sacó las llaves del bolso.

Luego bajó la cabeza y se frotó la frente con los dedos índice y anular.

—...dile a Santiago que no volveré a molestarlo.

Parecía un poco avergonzada también.

—A ninguno de los dos.

Maggie pareció entender la equivocación.

—¡No vengo de parte de él! —exclamó cuando ella abría la puerta.

La mirada de América subió desconcertada.

—Sólo… estoy preguntando a chicas que fueron sus alumnas… ya sabes, acerca de él. No sé, lo que sea.

América pareció entender algo.

—Bueno… fui su alumna hace un par de años. En la época que me ayudó con la preparación de la prueba del título intermedio. Fue un lapso muy corto. Luego…

Se acomodó el cabello oscuro, tras la oreja.

—…fuimos amigos… cercanos.

Maggie alzó una ceja. Y en ese punto, no supo si era aconsejable contarle todo. No sabía si era de confianza.

—Tengo una amiga que salió con él, hace un tiempo… y bueno…

América le dirigió una mirada de entendimiento.

—Mira… —Torció un gesto de preocupación—. No quiero sonar antipática, pero prefiero no involucrarme en los "negocios" de Santiago.

—Claro…

—Puede llegar a ser muy complicado, cuando te involucras. Y esto es un consejo, para ti también —le dijo.

Maggie asintió.

América manteniendo una medida tranquilidad, continuó:

—Mira, yo… tengo mucho en donde deshilar por ese lado y bueno… valoro mi relación actual. —Elevó la mirada—. Pese a todo.

—Sí, entiendo.

—Me tengo que ir, lo siento.

Maggie la despidió con un gesto y con las manos en los bolsillos deshizo su andar. Ya había conseguido la información que quería.