Leave Me Lonely

CAPÍTULO 42

El aula en donde tomaban la clase de química orgánica con la profesora Gregoria estaba cerrado y sus compañeros de la sección A se estaban conglomerando a las afueras del aula, esperando a que la profesora.

Gibran no podía contener las lágrimas por más tiempo. Se asomó a las escaleras que estaban frente al salón de matemáticas y vio como Alejandro bajaba con Sandoval, tomados de la mano, mientras se reían de algo que habían dicho, siendo una pareja feliz, aunque en realidad tenían una relación disfuncional.

La felicidad le había durado muy poco. Parecía un sueño que unas horas atrás Alejandro lo había abrazado por la espalda y habían estado así por casi medio minuto. ¿Con qué intención lo había hecho? ¿Por qué le había pedido que regresaran al karaoke, si al final terminó cambiándolo por Sandoval?

Pero Alejandro era una persona en una relación, que lo hubiera cambiado por su pareja era algo normal, ¿no? Gibran solo era el amigo que ahora sabía que le gustaba y probablemente se había arrepentido de haberle ofrecido irse solos a un lugar en donde cualquier cosa pudo haber pasado habiendo sentimientos de por medio.

Mafer y Aolani se acercaron a él y cuando las tuvo enfrente se soltó a llorar. Abrazó a Mafer, que también lo envolvió en sus brazos, sin saber qué estaba pasando, pero preocupada por Gibran.

Aolani posó una de sus manos en su cabeza, intentando reconfortarlo. Sabían que el lugar era el menos indicado para hablar, así que lo llevaron hasta el balcón de ese segundo piso, ubicado frente El Cubo.

— ¿Qué fue lo que pasó? — Le preguntó Mafer mientras lo tomaba de las manos. Aolani se quedó muy cerca, intentando tapar con su cuerpo la vista a quienes iban dirigiéndose al salón.

Gibran estaba recargado en el muro de contención, limpiándose las lágrimas con la manga de su sudadera. Sus amigas le proporcionaron papel para que se limpiara la nariz y les dio las gracias, pero su voz era casi inaudible. Aún sentía un nudo en la garganta que le impedía alzar más la voz, pero aún así hizo el intento de contarles lo que había pasado.

— Le dije todo. Le conté todo lo que sentía por él, desde que todo comenzó.

— Eso es bueno, ¿no? — Aolani no estaba del todo convencida y la mueca de Mafer lo confirmaba.

— No, no sé qué fue lo que hice. La cagué — nuevas lágrimas comenzaron a brotar por sus ojos. Rápidamente las limpió con el papel e intentó concentrarse en hablar —. No sé por qué pensé que sería buena idea contarle la verdad, que pudo haber salido bien…

— Pero te sirvió para desahogarte. Estuviste callando por dos años y ahora debes de sentirte más tranquilo.

— Si debería sentirme tan tranquilo, ¿por qué me siento tan mal? ¿Por qué tengo la sensación de que acabo de cometer el mayor error de mi vida? — Inconscientemente estaba apretando su brazo izquierdo con la mano derecha. Las uñas se le clavaron y una alcanzó a dañarle lo suficiente la piel para sangrar pequeñas gotas.

Nuevamente fue envuelto por los brazos de sus amigas y lloró hasta que se sintió mejor.

Entraron tarde a la clase, pero aún no daba inicio ni habían hecho el pase de lista. Se sentó con sus amigas, Mafer a la derecha y Aolani en la izquierda. Carina, Andrés y César notaron sus ojos hinchados y le preguntaron si estaba bien, pero él se limitaba a decir que sí. No logró convencerlos, pero al menos captaron la indirecta de que no quería hablar.

Reunió su atención en el pizarrón y en las explicaciones del tema de Gregoria. pero no podía dejar de ignorar el lugar en el que se supone debería estar sentado Alejandro y recordó que la última vez que lo vio estaba riendo junto a Sandoval, bajando del edificio dirigiéndose a algún lugar.




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