Lesam. El Poder de Nicole

Capitulo 5

Día 5. Viernes.

David, Nicole y Falista se despertaron con una buena resaca y en un alojamiento cedido por Irya. Y es que anoche, ante el aburrimiento, se fueron a un bar de copas para divertirse un poco. Pero claro, como aquello era otro mundo y otra fecha, ya no se usaba el alcohol, si no un néctar mucho más potente que les dejó K.O. inmediatamente.

– ¡Chicos, despertad! – Jake entró corriendo y empezó a dar todas las luces del sitio.

David abrió un ojo y la resaca le retumbó la cabeza, así que uso su poder decreto para quitarse esa sensación, haciéndoles lo mismo a sus dos compañeras.

– ¿Qué tal estáis? – Preguntó David a las chicas y seguidamente se puso en pie –. No pensé que ese néctar fuese tan…

– Dejaos de cháchara, Irya está afuera. Tiene que comunicarnos una cosa – les advirtió Jake y al instante éste salió de la casa. Siendo seguido por los tres con una cara de sueño total –. Perdón, ya estamos.

Jake se apartó a la derecha y David lo hizo hacia la izquierda, pudiendo ver por fin a Irya. Que era alta, delgada, pelo rizado, tenía una cara bonita, ojos azules, llevaba un tatuaje espectacular en el brazo izquierdo y vestía con un traje imperial que le daba superioridad.

– Me has hecho dudas muchísimo, Jake – comentó Irya mirándole a él y pasando de los demás –. Si de verdad va a haber una guerra… Si de verdad piensas que todo esto puede acabar… Necesitaremos néctar curativa – anunció –. Para nuestra gente – aclaró –. Así que para que acceda a ayudarte, tenéis que conseguir néctar del enemigo, ¿lo has entendido? – Pausó –. Cuando lo consigáis y me lo traigas… Empezará lo demás…

– Gracias Irya – Jake hizo una reverencia –. No la defraudaré.

– Espero que así sea, porque si no… – Miró a los tres –. Los usaré como esclavos – soltó –. Sobre todo al guapo…

Los tres abrieron los ojos de par en par ante esa declaración, pero como aun estaban dormidos, no fueron capaces de gesticular ni una palabra.

– Vamos, chicos – Jake les señaló –. Tenemos trabajo que hacer, seguidme y no os perdáis – pausó –. Y gracias por su atención, Irya.

– Espero que no me falles…

Jake abandonó la entrada de la casa en dirección a la calle e inmediatamente David le siguió corriendo para no dejarle escapar.

– ¿Nos has vendido? – Le agarró de la camisa y le paró por completo en cuanto perdieron de vista a Irya.

– No os he vendido – se intentó defender –. Solo os he incluido en el seguro…

– ¿Y eso no es vendernos? – Falista se entre puso entre los dos para amenazar ella a Jake –. ¿Y tú no te has incluido, verdad?

– Irya es una persona difícil de roer… Tengo que sacrificar cosas para hacerla entrar en razón.

– ¿Y eso incluye personas qué están a tú lado, no? – Preguntó Nicole también mosqueada.

– Era lo único que podía hacer, lo siento. No se me ocurría que más hacer – se excusó él.

– ¿Y no se te ha pasado por la cabeza el hablar con nosotros? – Masculló David –. A lo mejor te podíamos haber ayudado, ¿no crees? Se ve lo mucho que confías en nosotros…

– Yo no… Nunca pensé en…

– Excusas, solo son excusas – exclamó Nicole –. Parece que solo nos quieres usar.

– Perdón – suspiró Jake –. Llevo tantos años aquí… Que en cuanto he visto una oportunidad de poder volver, me he vuelto loco… – Pausó –. Perdonadme, no volverá a suceder.

Los tres se quedaron en silencio con la sensación de que por mucho que se disculpase, no lo iban a perdonar.

– ¿Qué es eso del néctar curativo? ¿A qué enemigo hay qué quitárselo? – Preguntó David para volver un poco a la misión en sí.

– El néctar curativo es un líquido que ayuda a cicatrizar las heridas de manera rápida y sencilla. Lo producen unas abejas en unas plantaciones no muy lejos de aquí que las lleva… El enemigo – pausó –. Es así como Irya llama a la gente que no estaba de acuerdo con ella y desertaron de aquí para poder vivir su vida.

– Entiendo que magos, ¿no? – Agregó David.

– Sí, claro – admitió Jake –. Tienen una ideología muy particular… De hecho, deberíamos de estar yendo para allá, seguidme. Hay que salir de la ciudad – se movió rápidamente para abandonar ese lugar y así poder alejarse de ellos.

– Peor hay un plan, ¿no? – Soltó David antes de que se fuese muy lejos.

– La verdad… – Se paró en seco para mirarles otra vez –. Es que no… Nunca he ido a esa zona, así que no sé cómo son las plantaciones ni como es el terreno enemigo.

– Entonces, primero analizaremos el terreno y luego idearemos un plan, ¿entendido? – Propuso David.

Jake asintió y sin decir nada se marchó de allí corriendo,  no teniendo más remedio que seguirles lo demás con pensamientos de inseguridad.

Salieron de la ciudad de la misma manera que entraron, con la cueva. Seguidamente regresaron por el mismo camino de ayer, rodearon el coche y continuaron andando hasta llegar al rio. Lo cruzaron por donde menos concurría y siguieron en línea recta hasta llegar a una zona de pinos. Lugar en el que giraron a la derecha para continuar esa hilera de arboles hasta llegar al último.




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