Lesam. El Poder de Nicole

Capitulo 6

Día 6. Sábado.

La fosa se encontraba en mitad del océano y no tenían ni idea de cómo era la estructura del edificio. Pero lo que si sabían, era que la única posibilidad de poder acceder, era desactivando las alarmas. Alarmas que se encontraban en lo profundo del mar según les contó Jake. Por lo que tendrían que bucear, y no solo eso, si no que tendrían que ir de noche para intentar pasar desapercibidos.

 

– ¿Cuánto falta para llegar? – Susurró David al que dirigía el bote mientras observaba como los demás revisaban los trajes de buceo.

– Os tengo que dejar aquí, no puedo acercarme más – susurró el hombre deteniendo la pequeña embarcación.

– ¿En dónde está el… – David se calló de golpe cuando adaptó sus ojos a la visión nocturna, viendo a unos 500 metros, una especie de helipuerto que estaba apoyado en una columna enorme que se hundía en el mar –. Vale…

– ¿Lo ves? – Le susurró Nicole.

– Sí, a unos cuantos metros en esa dirección – señaló hacia delante –. Menos mal que la marea está tranquilo…

– ¿Estás seguro de qué ahí abajo están los controles de la alarma? – Preguntó Falista una vez más.

– Eran los rumores, no creo que sea mentira siendo el lugar el que es…

– Caer ya ala gua, por favor – les metió prisa el hombre –. Corremos peligro…

David se puso la máscara de buceo y fue el primero en tirarse al agua, hundiéndose un par de metros para ir lo más pegado a la superficie posible.

Costó bastante tiempo llegar hasta el soporte del helipuerto, ya que no estaban acostumbrados a ese esfuerzo físico tan importante. Así que cuando llegaron allí, salieron a la superficie para descansar unos minutos. Aunque se mantuvieron en silencio todo el rato por si las moscas.

Entonces, en cuanto Jake estuvo preparado, volvieron a sumergirse en el agua. Pero está vez lo hicieron de verdad y fueron descendiendo metros en la oscuridad pegados a la columna para no perderse…

La tensión y el agobio aumentaban por cada segundo que pasaban, ya que aquello no les parecía que tuviese fin. Aunque lo peor estaba por venir, ya que un monstruo enorme y de color verde, apareció de la nada y los golpeó pro sorpresa, haciendo que cada uno de ellos saliese disparado hacia un lado.

– Mierda… – Susurró David intentando estabilizarse de nuevo, observando que era el único que se había quedado cerca de la columna.

Intentó mirar hacia arriba en busca de sus compañeros, pero no puso hacerlo, ya que el monstruo se abalanzó sobre él de nuevo. Esquivándolo por fortuna al moverse rápidamente hacia la columna.

– ¿Qué es eso? – Masculló y vio como Nicole le hacía señas mientras se acercaba a él, dándose cuenta de que les habría faltado un sistema de comunicaciones en los trajes de buceo.

Antes de que pudiese entenderla o hacer algo, el monstruo fue a por ella. Pudiendo ver a la perfección que era una especia de animal formado por algas de mar o algo así. Aunque lo más importante fue lo que vio a continuación, ya que cuando el monstruo se giró para ir a por Jake, observó que el animal tenía una especie de aparato electrónico pegado al cuerpo de una de las algas, lo que significaba que le estaban controlando.

– ¿Estás bien? – Nicole llegó a él.

– Quédate aquí, tengo una idea – David agarró a su amiga y la empujó hasta la columna.

– No puedes usar magia, nos detectarán – agregó ella.

– Lo sé, lo sé. No pretendo… – David se auto interrumpió cuando vio que la bestia se dirigía hacia ellos. Momento en el que David se lanzó hacia la bestia por sorpresa de todos, logrando agarrarse a una de las algas del cuerpo.

El animal se vio sorprendido por aquel movimiento y empezó a girarse de un lado para otro para intentar desprenderse de él. Pero no lo logró y David mantuvo las embestidas como pudo, aprovechando cada resquicio de descanso para poder avanzar entre las algas hacia el aparato electrónico. Llegando hasta allí tras una lucha de varios minutos, momento en el que lo arrancó de cuajo y lo tiró hacia el mar, haciendo que la bestia se relajase al completo.

– Ya está, ya está – susurró David acariciándole durante unos segundos. Solo hasta que la bestia se moviese para descender y quedarse así cara a cara hasta que el animal emitió un ruido. Momento en el que se marchó de allí y se perdiese de vista en la oscuridad del mar.

– ¿Estás bien? – Falista apareció tras él.

– Esa pregunta os la tengo que decir yo – se giró hacia ella –. Vamos – agarró a Falista y se acercaron hacia la columna, dónde ya estaba Jake junto a Nicole.

– ¿Qué ha sido eso? – Preguntó Nicole a Jake.

– Nunca imaginé que tuviesen una criatura acuática protegiendo el lugar… – Reconoció él –. ¿Cómo lo has…

– Vi el aparato y lo supuse al instante – explicó David –. Ahora, por favor, continuemos descendiendo… Hemos gastado la mitad del oxigeno por culpa de esto y no me gustaría quedarme sin aire…

– ¿Crees qué habrá otra…

– ¡No, por favor! – Soltó David –. Espero que no…




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