Lesam. Las No Vacaciones en Hawai

Capitulo 5

Día 5. Viernes.

Había sido una noche un tanto extraña, ya que los dos estuvieron discutiendo qué medidas tomar, no llegando a ninguna conclusión. Aunque lo que sí que habían decidido, era ir a la comisaría a preguntar al sheriff. Entonces, dependiendo de esto, llamarían o no al ministerio.

– Todo esto me da mala espina… – Reconoció David cuando ambos abandonaron la playa y accedieron a la calle del pueblo.

– Bueno, estamos a un paso de averiguar quién es… – Comentó ella.

– A un paso o a dos… O a muchos, no lo sabemos – masculló David con la mirada puesta en el suelo –. Lo que no entiendo de todo esto… ¿Es el por qué hacerlo en esta isla? ¿No sería mejor en una isla grande? Dónde hay más víctimas y en donde es más fácil pasar desapercibido.

– Quizás haya algo que no sepamos… Algo mágico, a lo mejor… – Respondió Emily –. O quizás solo sea para terminar lo que empezaron hacer años.

– No sé, es todo tan… Raro – admitió –. ¿Crees qué el sheriff habrá logrado algo?

– Esperemos que tenga el informe de la autopsia. Con eso sabremos algo más…

– ¿Y de verdad piensas qué el sheriff nos lo va a decir? Después de todos los prejuicios que tiene sobre nosotros… – Refunfuñó él.

– He traído el perfume de la verdad – soltó ella de golpe.

– ¿Qué? – Se paró de golpe para mirarla –. ¿No irás a…

Y de repente, ambos escucharon un grito que provenía de la tienda de alimentación de Bryan. Aunque lo que más les llamó la atención, fue que el grito no era de él, si no de una chica. Así que ambos corrieron hacia la tienda y se adentraron de manera apresura al interior. Encontrándose entre dos pasillos, a Noah sentada justo al lado del cuerpo inmóvil de Bryan.

– ¡Noah! – Gritó Emily mientras corría a su lado –. ¿Qué ha pasado? ¿Estás bien?

David se acercó al cuerpo de Bryan y lo primero de lo que se percató, fue del ya conocido tatuaje que tenía en la frente, lo que significaba que había vuelto a suceder. El misterioso asesino se había llevado a otra víctima.

– Mierda… – David se llevó las manos a la cabeza –. ¡Otra vez, no! – Se dio la vuelta para apoyarse en la estantería.

– ¿Has visto algo, Noah? – Le preguntó Emily.

– No – negó ella –. Acabo de entrar en la tienda… Yo… Me lo he encontrado así…

– No pasa nada, Noah – Emily puso sus manos en los hombros de ella para consolarla –. ¿Por qué no salimos a fuera a tomar algo de aire? Hace un día estupendo.

Noah, que estaba completamente perdida, tan solo asintió con la cabeza. Así que Emily la ayudó a ponerse en pie y seguidamente se la llevó a la calle. Dejando a David solo en el establecimiento.

– ¿Qué sé nos está escapando? ¡Mierda! – Dio un golpe lleno de furia en la estantería y a continuación se giró de nuevo hacia el cuerpo. Percatándose al instante de otra cosa, y es que el cuerpo se encontraba ya algo pálido, por lo que lo asesinaron anoche –. ¿Y si le mataron ayer por la tarde? – Susurró –. Como ocurrió con Jorge… – Se agachó para ver el cuerpo de cerca.

– ¿Un modo operandis? – Soltó una voz justo detrás de él, reconociendo al instante quien era.

– ¡Sheriff! – David se levantó de golpe –. No he tocado nada – levantó las manos y se giró hacia él.

– Más te vale, ya que a diferencia de Jorge, quizás estemos en la escena del crimen – comentó el sheriff mientras se quitaba el sombrero –. ¿Por qué siempre aparecéis dónde no debéis?

– Solo ha sido casualidad. Íbamos a verle cuando escuchamos los gritos – intentó explicar David –. Así que entramos corriendo…

– Todo lo que decís… Me resulta sospechoso… – Le miró con los ojos abiertos –. ¿Por qué querríais verme?

– Solo queríamos preguntarle si sabias algo de la familia de Jorge… – Se inventó David, ya que si decía la verdad justo cuando había ocurrido el segundo asesinato, podrían levantar más sospechas aún.

– ¿Sabe algo de lo qué le ocurrió a Jorge? – Preguntó Emily entrando deprisa en la tienda –. Bryan tiene la misma marca… ¿Ahora me cree acerca de la secta?

– ¿De verdad creéis lo de la secta? – les miró a ambos –. Yo pienso que es un loco que está intentando simularlo… ¿No veis la cantidad de fallos que comete a la hora de hacer el crimen? – Pausó –. ¿No sería mejor ocultarlo? ¿O es qué quiere qué veamos sus desastres? ¿Con qué fin? – Masculló –. Sea como fuese, esto se está yendo de las manos, será mejor que llame a la guardia nacional…

– ¿Qué? No se atreverá a hacerlo…

– Eso me temo, será lo mejor para todos… No solo para mi, si no para el pueblo – explicó el sheriff –. Creo que ellos podrán resolver todo esto… Así que hasta que lleguen… Será mejor que todo el mundo permanezcan en sus casas… – Anunció.

– ¿Crees qué es lo mejor? – Preguntó ella –. Confinarnos…

– Por la seguridad de todos…

– ¿Aviso a la población, señor? – Apareció el ayudante por la puerta.

– Sí, será mejor avisarles. Adelante – el sheriff asintió con la cabeza y al instante el ayudante se marchó por dónde vino –. Vosotros también os vais – miró a los dos.




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