Paso del tiempo

Los años pasaron.
La vida cambió por completo.

No supe más nada de aquellos chicos del barrio.
Al parecer, se habían esfumado,
dejando esa melancolía del tiempo pasado,
de ese tiempo que creemos que nunca va a terminar.

Cada uno fue desapareciendo.
Quedaron solo momentos.

Hermosos momentos
que permanecerán en el recuerdo.

La alegría
perdida en aquellos años
donde el tiempo parecía mejor.

Sonreí con melancolía
a todos esos instantes en los que no teníamos obligaciones,
donde lo único que nos importaba
eran los amigos…
ese chico especial que creíamos imposible.

Lo amábamos en silencio.
Luego nos amamos juntos.
Luego lo lloramos.

Y todo…
sucede de nuevo.

Jamás olvidaremos al primer amor,
a esa persona tan especial
que ocupó uno de los lugares más importantes
en nuestras vidas.
En nuestro corazón.

El juego no cambia.
Lo que cambian… son los jugadores.

Siempre existió
y siempre existirá
ese chico que nos roba el sueño
y creemos que jamás podremos tener.

La primera vez.
Esa amiga que te acompaña en todo
hasta que algo las vuelve enemigas.

Ese chico que se enamora de su mejor amiga.
Ese ex celoso.
Esa chica mala que te complica la vida.

Pero sin ellos,
nuestra historia perdería sentido.

Sin ellos,
no existiría la entrañable adolescencia.

Y cómo no contar a esas amigas

que siguen siendo amigas
a pesar de los años,
a pesar de la vida.

El mundo no sería mundo sin ellos.
Y la vida…
perdería su sentido,
su armonía,
su equilibrio.

Se preguntarán si lo volví a ver.
Claro que sí.

Nos cruzamos en un bar.
Se acercó.
Lo recordé.
Lo amé.
Claro que lo amé.

Solo dijo:
"Quedaron cosas inconclusas."

Le respondí que sí.
Yo tenía 28 años.
Él, 29.

Luciano, casado con Melany.
Dos hijos.

Yo… juntada.

Pero esa…
esa es otra historia.