Letters to love (cartas hacia el amor)

05

Recuerdos de mierda solo sirven para arruinar el día de la gente...

Cuando la clase termino decidí ir a ver la práctica, tal vez búrlame de gente persiguiendo un balón me ayudé, entre y fui a las gradas, me senté a esperar que empezara la práctica.

...

—¿Eso es verdad? —camine para quedar frente a ella. —¿Es verdad?

Ella paso su mano por su cara como si estuviera frustrada.

—Obvio, en serio eres tan fácil de utilizar. —sonrió. — no sé porque creíste que alguien estaría contigo, eres de los raritos de la escuela por favor... nadie estaría contigo

 

Nadie estaría contigo

Maldita mujer desquiciada me dejo loco, le voy a demostrar que si hay interesados en mi, saque mi cuaderno y mi bolígrafo para escribir, Maia lo dijo y los demás también lo querían decir no tiene por qué ser igual, no quiero seguir rompiéndome la cabeza con los putos recuerdos de mierda, le voy a responder al chico de las cartas.

 

 

 

 

—no se escribir una puta respuesta...vaya mierda.

dije para mí mismo mientras bajaba las escaleras para volver al gimnasio a ver la practica, estaban todos dispersos por la cancha, el entrenador no había llegado así que no tenían nada que hacer me senté en las gradas nuevamente, algunos se estiraban, otros hablaban, otros jugaban con los balones.

—Si viniste —dijo Daniel frente a mi unos cuantos escalones abajo.

—no tenía nada que hacer

—Me viniste a acompañar? Eso es muy dulce de tu parte.

—En tus sueños, nunca te acompañaría es solo que no hay nadie más en la escuela y los de música no dan clase hoy.

—Ay no tienes que poner excu —Ángel lo comenzó a jalar de la camisa. —¡Oye! No sé si estas ciego, pero estoy hablando.

—me importa una mierda, venimos a entrenar no a socializar—dejo de caminar y volteo. —Además no creo que le importe, ni le caes bien. —me miro—¿Te importa?

—En lo absoluto llévatelo. —dije mientras me acostaba y sacaba mis audífonos.

—no le importa así que iremos a entrenar.

—Eso es muy grosero, yo venía de buen samaritano

Lo que me dijo me saco una sonrisa ¿Buen samaritano? Claro, voltee mi cabeza para ver la cancha, aunque no soy fan del básquetbol, pero algo entiendo, el entrenador había llegado así que imagino que por eso vino Ángel, todos estaban amontonados en una esquina escuchando al entrenador en un comento todos se pusieron en sus posiciones, estaban divididos al parecer jugarían un partido de entrenamiento.

 

 

 

 

 

Estaba en la entrada del gimnasio esperando que Daniel saliera, la practica duro un rato más de lo esperado, pero fue entretenido, tengo que admitir me sorprendió que Daniel fuera como el "rey de la cancha" la verdad era muy bueno, así que no sirvió de nada venir pensé que me podría burlar, pero eso no sucedió.

—Disculpa que te tardara más de lo esperado. — dijo acercándose a mi mientras se agarraba el hombro. —Maldito sea Bruno me empujo muy fuerte y ahora me duele el puto hombro.

—me sorprende que no te agarras a puñetazos. —dije comenzando a caminar a la salida.

—No soy mi hermano, yo no golpeo o molesto sin razón —se excusó mientras me seguía.

—Dile eso a mi yo de hace tres años, nunca te hice nada

—Si exageras, si acaso te moleste dos semanas y te golpee por un reto

—El mismo reto dos veces, déjame pensarlo...no definitivamente tenías algo contra mi ahora no se si fuiste a misa o que, pero mínimo podemos hablar—aunque no quiera— ya el que jode es tu hermano

—éramos más pequeños, además en ese momento intentaba caerle bien a mi hermano.

—Wow el amor de hermanos, yo que tenía que ver con eso

—No se mi hermano te tiene rabia por eso todos los años se turnan para joderte

—Y que le hice? — dije frenando en los estacionamientos del colegio.

—Yo que sé, tampoco soy el mejor amigo de mi hermano como para saberlo. —se detuvo un momento mirando los alrededores—imagino buscando el carro. —Ven esta acá. — dijo yendo a el carro.

—Si veo a tu hermano le voy a preguntar directamente—lo seguí.

—No vivo con él, solo voy con mi papá los fines de semana

—¿No nos vemos los fines de semana verdad?

—Para tu suerte no.—abrió la puerta del carro y subió.

Alabado sea el señor, no tengo que verle la cara al otro hermano.

—subes o te dejo? —pregunto una señora que estaba al volante.

Subí al carro y mire a Daniel dándole a entender que me diga quién se tardó unos segundos y luego entendió.

—Mamá Alejandro, Alejandro mi mamá

que presentación de mierda 

—Hola, un gusto señora

—Lo llevamos a su casa o viene con nosotros?

—Viene con nosotros

 

 

 

Ya habíamos llegado a su casa, todo el camino fue tranquilo la madre de Daniel solo preguntaba como nos fue en la escuela y que queríamos comer, es una señora muy amigable.

—Daniel en 10 minutos viene tu hermana junto con tu hermano, yo iré a la oficina por unos papeles, la tarjeta está en la mesa pidan lo que quieran de comer y me guardan algo.—la señora Gonzales busco su bolso en el comedor.—Cualquier cosa llamas a tu hermana—se acercó a Daniel y le dio un beso en la frente.— Me voy te quiero, cuidas a tu amigo—la señora me miro y me dio una sonrisa.—Siéntete como en casa.—ella camino a la puerta y salió de la casa.

—¿Bueno, que quieres comer? —me pregunto mientras sacaba su teléfono. —puedes sentarte donde quieras.

—Lo que quieras. —me fui a sentar en el sillón.

—Pediré lasaña—menciono mientras marcaba un número y se iba a la cocina.

No iba a exigir después de todo era la primera vez que venía, si acaso nos conocíamos por ahora todo estaba tranquilo por suerte

—Que soda quieres? —pregunto asomándose por la puerta




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