—¡Pero déjame hablar!
Daniel bajaba las escaleras persiguiendo a Alejandro.
—¡dos meses! ¡dos meses estresado y me voy a enterar que fue por nada! deja de joder voy a mi casa—volteo su cabeza y dijo—Vete no te me vuelvas a acercar
—siguen con lo mismo?—Pregunto Camila a Nathan y Camila, los cuales estaban sentados en las escaleras viendo esa persecución
—Sep, desde el lunes—respondió Nathan—van como cinco días así
—¿Saben por que?—pregunto curiosa Camila.
—soborno
Nathan respondió rápido, no podía decirles a las chicas la verdad porque seguramente Camila iría por una venda para sus puños y Maia por su bate de metal.
—¿Soborno?
Lunes
Eran las dos de la tarde—hora de salida—, la buena memoria es algo que carece Alejandro asi decidió ir preguntar a su profesora.
—Disculpe venir en su justo ahora pero ¿Podría saber la fecha de la presentación?
—Presentación? La única presentación que tiene el equipo es a final de año para los graduando
La maestra en ese momento se dio cuenta que arruino toda la mentira por la que le habían pagado.
—¿Ha que se refiere?
La señora soltó un suspiro en forma de rendimiento
—No se ni porque me preocupo por no decírtelo, me pagaron para que tengas practicas con Daniel, no había ninguna intención maliciosa por eso acepte.
—Gracias profesora....nos vemos...
Salí del salón desconcertado y, ¿enojado? Al final, las primeras semanas me las pasé peleando y haciendo algo que ya no quería. Quería dejar la clase musical y tal vez solo quedarme a enseñar a los más pequeños porque, aunque al inicio era divertido, Emilia y sus otros novios molestaron tanto que arruinaron el sentimiento. ¿Cuántas canciones arruiné? ¿Cuántas experiencias perdí solo por un par de personas? Para algunos puede parecer una ridiculez, pero para mí, esa relación básicamente me rompió y no logré entender qué era una verdadera relación.
—Solo espero no sea por eso—dije con un suspiro.
Lo único que pasó por mi mente en ese momento fue que Daniel quería hacerme algo. Lo que vi reforzó ese pensamiento: Daniel estaba riendo con Emilia y hablando con ella, ¿parecían amigos? Entre las risas logré escuchar:
—No seas tan malo con el, es algo idiota —decía entre risas.
—mmmjajaj ni me lo digas
Una presión en el pecho se hizo presente, un nudo en la garganta que no lo dejaba hablar agarro su teléfono y le escribió a su mamá y hermana que iba a llegar un poco tarde, monto un taxi y fue al parque que se encuentra a una hora, al llegar se sentó e intento pensar, pensar en la razón para eso... pero simplemente no lograba igualar sus pensamientos con sus sentimientos, la frustración lo hizo que se comenzaran a aguar los ojos, presiono el costado de sus audífonos y pidió.
—Llamar a Nathan
Se escucho "llamando a Nathan", pocos segundos marcando y respondió.
>Que paso mi amor ¿Qué necesitas?
Vienes al parque, el que tiene el lago<
El nudo en la garganta que tenia en ese momento hacia que su voz se
>Estas bien? te escuchas raro
¿puedes venir?<
>Dame veinte minutos, yo veré como llego ¿Quieres helado?
De cereza<
>bien, voy para allá
Nathan estaba preocupado, estar años con Alejandro hizo que se diera cuenta de que necesita, a veces un helado otras a veces un abrazo o simplemente presencia, pero su principal preocupación era
¿Qué lo había puesto así?
Alejandro no se deja afectar tan fácilmente, con los años aprendió a ignorar lo que decían no se le venía ningún motivo para que se pusiera así
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—Me dijeron que hay tortugas en el lago
Nathan extendió su mano y yo la agarré para impulsarme y abrazarlo. En ese momento, comencé a llorar. Nathan solo pudo devolver el abrazo e intentar calmarme.
—¿Quieres tu helado?
asentí
—¿me quieres decir que paso después del helado ?
asentí
—¿Fue malo?
—No lo se... siquiera se porque lloro
—Okay...—se aparto un poco y lo miro a la cara con una sonrisa—Que tal...si nos sentamos, vemos lo patos mientras comes tu helado y hablamos cuando termines.
Ambos nos sentamos en el césped, Nathan saco el helado de la mochila y me lo dio.
—Tiene trozos d-
—Si, Si tiene trozos de cereza
—Gracias
—¿Por el helado? son cuatro veinticinco te compre del caro
—No pendejo, por venir...gracias
—¿por que no vendría? tu hiciste lo mismo por mi cuando aparecí en tu casa
—pero eso fue una vez...ya esta es como la cuarta vez que te tengo que llamar desde que nos conocemos
—Eso no importa, además nada me cuesta llevarme la moto de mi mamá claro mientras no me agarren los linces
—Deberías esperar a cumplir los dieciocho, ya solo te falta unos años
—díselo al trafico
Reí, hasta que vi que ya me había acabado el helado. Esto lo notó Nathan.
—No tienes que decirme
—no estaría resolviendo nada...—solté un suspiro—recuerdas a Emilia ¿no?
—como olvidarla después de lo que te hizo
—y sabes que estuve pasando tiempo con Daniel
—si, creo que dijiste algo de una presentación
—pues resulta que no hay presentación, le pago a una profesora para que hiciéramos equipo juntos
—¿Por que haría eso?
—Okay...primero todo esto es una suposición que enserio espero no sea cierta—suspire—lo vi hablando con Emilia hace un rato...y se que el es amigo de el que le de la gana, pero lo que escuche me hace pensar en como toda nuestra amistad pudo ser mentira.