Lía y Eríck una coincidencia deliciosa capítulo 4

Lía y Eríck: capítulo 4 algo que no debía decir

La tarde empezó tranquila, igual que siempre. El restaurante estaba casi vacío y Lía limpiaba la barra sin mucho entusiasmo, hasta que Erick entró como si el día no pudiera comenzar para él sin verla primero.

-Hola -saludó con esa sonrisa que ya se le hacía familiar.

-Hola -respondió ella-. ¿Lo de siempre?

-Lo de siempre -dijo él, recargándose en el mostrador como si ese fuera su lugar reservado.

Mientras esperaban la comida, platicaron como siempre: tonterías, cosas simples, pero con esa comodidad que nace sin permiso. Era raro... pero bonito.

Cuando el pedido estuvo listo, Lía se lo entregó. Erick tomó la bolsa y dijo:

-Entonces, nos vemos mañana.

Y ahí pasó.

-Yo descanso en dos días... -soltó Lía, sin pensarlo.

Apenas terminó de decirlo, se arrepintió. ¿Por qué lo decía? ¿Con qué intención?

Erick se detuvo, sorprendido al principio, sonriendo después. Pero esta vez no solo se rió. Se quedó mirándola... con otra intención.

-¿Descansas en dos días? -repitió, bajando un poco la voz.

Ella solo asintió, incómoda con ella misma.

Él dio un paso hacia el mostrador.

-Entonces... ¿te gustaría salir conmigo ese día? -preguntó con calma, sin dramatismo, pero con seguridad-. Nada raro, solo... verte cuando no estés trabajando.

Lía abrió los ojos, sintiendo el corazón brincar.

-Yo... no sé por qué dije eso -susurró, nerviosa.

-Quizá porque querías que lo supiera -respondió él, con una sonrisa suave-. O quizá porque tú también quieres verme fuera de aquí.

Ella se quedó helada. No sabía qué contestar. No sabía ni por qué su boca había decidido confesar su descanso.

-No tienes que responder ahora -agregó él-. Solo piénsalo.

Y se fue, igual que siempre... pero esta vez dejándola con un nudo gigante en el pecho y una pregunta que no sabía si quería responder.