Limit Breaker: Tokyo Dungeon

Capítulo IV: ¡Concede mi deseo, por favor!

Kyubo la observa para ver cuál es la reacción de Ichika. Sin embargo, no se esperaba que ella actuase tan inesperadamente natural, casi como si no le importara la revelación del joven yokai.

En cambio, la joven sacerdotisa se queda mirándolo con curiosidad mas que temor o sorpresa. Tímidamente intenta acercarse con sus ojos puestos sobre las múltiples colas y cuya intención es tocarlas al verlas muy esponjosas:

Kyubo: “Ni se te ocurra” — la detiene — “son demasiado sensibles al tacto y una mera humana no se acercará a ellas ¿está claro?” — le advierte mientras oculta sus rasgos yokais

Ichika: “S-Si, perdón. Es que ver un yokai tan tierno o al menos con esos rasgos. Lo siento”

Kyubo: “Cielos. Eres demasiado interesante pero también complicada de entender”

Ichika no niega esas palabras y se queda callada. Kyubo se acerca a la joven mientras espera a que la comida está hecha y se sienta a su lado con las rodillas hacia arriba y la mirada al frente, siempre alerta de que nadie los ataque y también frente a las necesidades de salud de la chica:

Kyubo: “Hace unos momentos me llamaste yokai ¿Qué se supone que es esa palabra?”

Ichika: “Es como le decimos en mi mundo a los monstruos de mazmorra o al menos aquí en Japón”

Kyubo: “Ya veo, entonces soy algo así como un monstruo japonés ¿eso quieres decir?”

Ichika: “Bueno, tienes rasgos de una divinidad común en este país. No seria raro que te confundan con una ¿verdad?”

Kyubo: “Sería extraño que no me teman, aunque me importa un bledo”

Ichika: “¿Puedo saber porque…?”

Kyubo: “Antes de preguntarme eso” — coloca su dedo índice en los labios de la chica, interrumpiéndola en el proceso — “mejor pregúntate porque aun no te he devorado” — sonríe al decir eso — “seria un error tomarme por un aliado sin siquiera saber que soy o mi propósito”

Ichika: “Entonces solo estoy reducida a un pedazo de carne. Nada más”

Kyubo: “Si lo pones de esa manera”

Se pone de pie y regresa a donde se encuentra la olla con el estofado ya cocido:

Ichika: “Tendrás que comer un poco mas si quieres salir de aquí mañana. Te aconsejo que vengas conmigo sin resistirte. Mejor que ser atacada, asesinada y devorada por las bestias de por aquí” — le aconseja con una extraña mirada a la que ni ella puede llevar la contraria, casi hipnotizándola

Sin oponerse a él, Ichika se acerca como puede y toma cucharadas de la olla, comiendo la carne del oso y bebiendo el caldo para recuperar las energías que ha perdido por el gran esfuerzo en el templo y la enfermedad que sigue haciendo estragos en su débil cuerpo.

Luego de un rato, ambos se vuelven a sentar en el suelo, satisfechos por la gran cena que han tenido. La lluvia no cesa y a pesar de que las frías temperaturas hacen que la cueva parezca una nevera, Ichika se envuelve en las sábanas que Kyubo le colocó arriba:

Kyubo: “Te preguntaré algo humana y se honesta”

Ichika: “¿Huh? ¿Qué cosa?”

Kyubo: “Lo que hiciste en el templo fue magia de rayo ¿acaso eres una cazadora? ¿Qué rango eres? ¿Qué clase eres?”

Ichika: “Yo…no tengo idea”

Kyubo: “¿Acaso me tomas por tonto o ignorante? Se de la existencia de humanos con poder para vencernos”

Ichika: “Te digo enserio. No tengo idea”

Kyubo se da cuenta de que ella dice la verdad. Lo nota en sus entristecidos ojos. Ojos que no mentirían, aunque sintieran la presión de hacerlo.

Por alguna razón siente que ambos son similares, aun con las diferencias tan claras que salta a la vista. No insiste en que le diga y se queda callado unos segundos hasta que ella rompe de nuevo con el silencio:

Ichika: “Es irónico ¿no? Hace unos días estaba comiendo con muchas personas que me querían y ahora siento mucho miedo por tantas cosas. Tu, mi enfermedad, mi situación, todo va cuesta abajo”

Kyubo: “Tu enfermedad. Quiero saber de qué se trata”

Ichika: “No hay mucho que decir. Es una enfermedad terminal. Comenzó cuando cumplí creo que 12 años. Empezó con dolores de cabeza, brazos y piernas, mis ojos y nariz pierden sangre cuando me expongo a mucha tensión y según me pronosticaron, de aquí a 2 meses mis órganos colapsaran hasta explotar. Una bonita manera de dejar este mundo que solo me ha quitado todo” — dice con una sonrisa forzada y lagrima en sus ojos

Kyubo: “Ya veo” — se queda callado una vez mas unos momentos — “ahora entiendo. Lo que te queda es simplemente morir de la forma mas miserable posible” — dice en tono de burla

Ichika: “Si, supongo” — responde a desgano

Kyubo: “Deberías tomarlo como una broma. Eres aburrida, además de extraña e interesante”




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