Bushiha, mejor conocido como el pueblo de los cazadores, es un sitio famoso por ser lugar de descanso para los cazadores que regresan a Tokio y descansar después de arduas misiones. También es un sitio de turismo por sus relajantes centros de spa, baños termales y templos dedicados al budismo.
Sin embargo, durante meses se ve acosado dicho lugar por el extraño y perturbador fenómeno de la niebla purpura, venenosa para animales y plantas, pero inofensivo para los humanos. Debido a las problemáticas que enfrenta la prefectura, el gobernador de Tokio decidió no prestar ayuda y dejar al pueblo de apenas 2000 habitantes a la espera de lo que se diga en los próximos meses con argumentos científicos sobre la niebla.
Mientras tanto, sus habitantes sobreviven como pueden con los escasos ingresos y el apoyo mutuo para superar tal crisis.
Desde hace unas semanas, todo cazador o grupo de cazadores que llega recibe la petición de explorar e investigar como detener ese fenómeno y así recuperar sus vidas normales, pero la realidad es muy distinta, ya que todos los que han acepto esa misión nunca han regresado, perdiéndose entre la niebla o mucho peor:
Yujin: “Eso es lo que me explicó el dueño de la posada” — explica mientras caminan dentro del bosque y se alejan del pueblo
Ichika: “Ahora sabemos un poco más de lo que estas personas están pasando. Tenemos que ayudarlas”
Kyubo: “Me da igual esta gente, solo recuerda que a la primera señal de peligro nos volvemos e incendiamos el bosque entero”
Yujin: “E-Entiendo tu preocupación ¿pero es necesario llegar a tal extremo?” — se exalta, preocupado por el radical pensamiento del yokai
Ichika: “Lo quieras o no haremos esto” — reafirma su decisión frente a un Kyubo sorprendido por el cambio tan repentino en ella.
Kyubo: “Ichika…”
Ichika: “¿Sí?”
Kyubo: “¿Qué te paso en pocas horas?”
Ichika: “¿Heh?” — exclama sin entender
Kyubo: “Nada, olvídalo” — sonríe — “¿tienes miedo?”
Ichika: “Un poco, si, no voy a negarlo, pero pienso en esas personas del pueblo y lo que he perdido por la niebla y me hace sentir con tanta impotencia que el temor es nada a comparación”
Kyubo: “A pesar de todo te tiemblan las manos” — piensa en silencio mientras observa el gesto corporal, encontrándola encogida en hombros, pero con la firmeza de continuar, algo que le encuentra admirable
Yujin se desvía unos metros hacia los arbustos que emanan una misteriosa luz proveniente de flores extrañas que se encuentran adheridas con sus raíces sobre los tallos de la vegetación y tronco de los árboles. Cuidadosamente arranca una y la guarda en su bolsillo:
Kyubo: “Yujin”
Ichika: “¿Pasa algo? ¿te sientes bien?”
Yujin: “Si, es solo que tengo un hobby por coleccionar plantas, jejeje. Disculpen por retrasarlos” — sonríe
Kyubo: “Esta bien. Sigamos”
Yujin: “Entendido” — regresa a la caminata mientras que mira de reojo como los arbustos se pudren
A medida que se alejan del pueblo ingresan a lo más profundo del bosque, la atmosfera se torna densa, humedad en su máximo, y una sensación como si alguien los estuviera vigilando. Definitivamente han llegado al territorio de quien es el causante.
La sombría zona obliga a subir la guardia de Yujin y Kyubo para proteger a Ichika, mientras que, sin saberlo, ella desprende pequeños hilos eléctricos que golpean las zonas donde enemigos vigilan al grupo, obligándolos a escapar despavoridos. Tanto Kyubo como Yujin se percatan de lo que ella acaba de hacer, pero para no ponerla nerviosa guardan silencio.
Incluso si ellos le dicen, sería lo mismo que nada porque lo principal es entrenarla y la situación por el momento no lo permite o al menos hasta que cumplan con éxito el cargo del pueblo.
En el camino se encuentra con decenas de cadáveres de animales a lo largo del lugar. El estado de los cuerpos es deplorable, nauseabundo y peligrosamente toxico si se entra en contacto. Ichika cubre su nariz y boca, ya que el hedor es tan fuerte que la impulsa a querer vomitar. Kyubo y Yujin no son la excepción y cubren sus narices mientras que el coreano se acerca a el cadáver de un pequeño roedor para analizarlo visualmente:
Yujin: “Dios santo”
Kyubo: “¿Qué pasa?”
Ichika: “¿Encontraste algo Yujin?”
Yujin: “Ni en todos mis años encontré algo similar en un cadáver de animal. Es como si este cadáver estuviera siendo carcomido lentamente por la niebla”
Ichika: “¿Eso tiene algún tipo de lógica?”
Yujin: “En lo absoluto. Un predador que haga tal cosa no existe porque solo se está produciendo por la niebla misma”
Kyubo: “Y aun no encontramos a lo que venimos a buscar. Siento que puede ser una pérdida de tiempo”
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Editado: 06.10.2024