Limit Breaker: Tokyo Dungeon

Capítulo XII: La Gata yakuza

Mientras tanto en la sede en Tokio del grupo yakuza llamado “Neko Toramine”, Nekomina busca entre pilas de hojas.

Esta mujer, que con empeño intenta cumplir con sus responsabilidades, es una cazadora y madre soltera, cuya convicción y fuertes valores morales ha hecho que se convierta en una líder respetable y poderosa dentro de los grupos de la mafia japonesa. Pero esto no siempre fue así.

Nacida en los barrios humildes de Tokio, Nekomina era hija de una ama de casa y un empleado del puerto. A pesar de haber vivido humildemente, ella jamás ha tenido una idea errónea sobre sus padres, jamás los cuestionó ni echó en cara nada. Inclusive en la escuela fue víctima de insultos y absurdas bromas sobre su condición social por parte de los niños. Habiendo llegado a la adolescencia, supo cómo afrontar esas difíciles situaciones y por supuesto nunca estaba sola. Desde la infancia hizo una amiga en su misma situación, Musume Inarinaki, actualmente conocida en el mundo entero como la cazadora japonesa más poderosa del mundo y una de los altos rangos mundiales.

Teniéndose una a la otra, jamás fue dolorosa la falta de amigos y el cómo sufrían de bullyng, nada les importaba más que la amistad que se profesaban incluso hasta el día de hoy que continúan de esa forma.

Lo más difícil de afrontar fue después de graduarse como Policía a la escasa edad de 21 años y habiendo despertado como cazadora donde nadie la consideraba para ningún puesto en la fuerza. En medio de ello, se encontraba en una relación con un hombre que trabajaba para una fábrica de maquinaria agrícola. En el comienzo de su noviazgo, durante la preparatoria, todo fue armonioso y romántico, hasta que el suicidio del amigo de él acabo por volver violento y con el nacimiento de los niños, esto empeoró al punto de que, en una ocasión, Nekomina fue amenazada con un cuchillo en la garganta por parte de él hasta que en un arrebato de enojo al ver a sus hijos llorar en una esquina, decidió defenderse y envolver a su esposo en hielo. Toma a sus hijos y escapa para nunca más volver.

Los días no hacían más que empeorar para ella, con su mejor amiga en el extranjero por una misión y sin nadie en quien confiar, Nekomina hizo lo que toda madre haría por sus propios hijos, ensuciarse las manos y en ese caso, entrar a la organización de los yakuzas.

Sin embargo, su condición de mujer en un país cuya perspectiva machista se redujo con los años, pero en las esferas más corruptas y de delincuencia esto aumentó sin parar. Pero esto no la detuvo y bajo peligrosas misiones que involucraba hasta el secuestro de empresarios, Nekomina logró entrar solo para caer a la realidad de ver a niñas y adolescentes siendo usadas para la prostitución, venta de drogas y muchas cosas que ni los mismos policías habrían imaginado, aunque estuvieran en esos negocios.

Asqueada con cada día que pasa y ella mancha su propio corazón, decide hacer algo para mejorar el mundo en el que crecerán sus hijos. Al cabo de 6 meses trabajando, como mesera, como masajeador con escasa ropa para los lideres yakuza, como asistidora en la limpieza de cuerpos, etc, se hizo de la suficiente experiencia y con ayuda de sus habilidades como cazadora, que ni los de la organización sabían, comenzó a masacrar a cada líder sin piedad y rescatar a los más vulnerables.

El tiempo pasa, exactamente 3 meses, y sin saberlo se había armado de un grupo enorme de interesados en seguirla hasta que finalmente forma un grupo lo suficientemente grande como para encontrarse cara a cara con los restantes lideres y sembrar el terror en ellas al descubrir que Nekomina así como cada uno de sus subordinados, es un cazador que, viendo los negocios y tratos inhumanos a los más desposeídos, vieron en ella un ser que puede cambiarlo todo.

Durante los próximos 4 años, Nekomina arrasó con cada grupo yakuza y dejo existir a otros para mantener un equilibrio, pero su meta a pesar de aun no cumplirse, pudo lograr con apoyo de Musume dejar a Tokio y los alrededores como un lugar limpio donde las niñas, y adolescentes puedan caminar de noche sin temor a ser secuestradas, violadas, drogadas y ser usadas como prostitutas, y a los niños y jóvenes ya no ser usados para robo, asesinato o consumir drogas. Todo gracias a una mujer con dos hijos que decisión enfrentarse a la más poderosa organización criminal de Asia y el mundo por una sed de justicia y valores que hace temblar inclusive hasta el día de hoy.

Roura, secretaria de mayor confianza de Nekomina, ve como busca toda la información posible sobre lo que sucede en los bosques, cerca de las montañas:

Roura: “Creía que no hacíamos negocios con empresarios. Sobre todo, si son investigados por corrupción”

Nekomina: “Y no lo haremos”

Roura: “¿Entonces porque aceptaste el trabajo?” — pregunta preocupada

Nekomina: “Ya lo veras” — responde sin apartar la mirada en su búsqueda

Un presentimiento desagradable preocupa a Roura por lo que pretende su amiga de hace tiempo. Aun así, confía en que es lo correcto ya que Nekomina no tiene mejores intenciones que luchar por los más débiles y con su revolución dentro de la más peligrosa organización criminal del mundo, está más que claro que lo firme en sus convicciones. Por ese mismo motivo es que se unió a ella en la cruzada por cambiar a los yakuza:

Roura: “Haaa” — suspira, rindiéndose ante la fuerte determinación de su amiga — “al menos dame algo para poder ayudarte con eso. Dame esa pila de hojas a tu lado”




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