Limit Breaker: Tokyo Dungeon

Capítulo XVIII: Rechazo

Dos días después en un lugar oscuro, donde ni el tiempo ni el espacio tienen influencia, Ichika flota, sin ropa y con haces de luz envolviéndola con su cabello moviéndose en el aire y las lágrimas fluyendo porque por fin se ha dado cuenta de que la muerte lentamente se la está llevando:

Ichika: “¿Acaso estaré así por siempre?” — se pregunta — “no es como si me estuviera quejando. Hasta podría acostumbrarme a vivir eternamente de esta manera… ¿huh?” — ve una luz que se acerca a ella con forma de ser humano que le extiende la mano para sacarla de esa perpetua y dolorosa oscuridad que intenta tragársela

Sus ojos se abren con dificultad y nota un techo blanco con luces apagadas. A pesar de que su vista está borrosa y no logra enfocar lo que desea ver, se da cuenta de que es la habitación de un hospital y siente varios cables con máquinas conectadas a ella.

La condición de ella había empeorado desde hace días y la decisión de Nekomina fue de mantenerla estable hasta que vuelve abrir los ojos:

Ichika: “¿Huh? ¿Qué es este lugar?” — pregunta en voz baja mientras se trata de acomodar — “una vez más he sobrevivido. Inclusive la muerte me ha abandonado” — se lamenta en voz baja

Nekomina: “Estas en un hospital privado y la muerte no te ha abandonado, sino que tu voluntad de vivir es mayor” — responde con calma

Ichika: “¿Qué?” — mira a su lado izquierdo y ve a Nekomina pelar unas manzanas — “¿Quién eres?” — se exalta

Nekomina: “Tranquila, hey” — la calma cuando ve que se quiere poner levantar de la cama — “Si que eres fuerte niña. La verdad que temíamos que no pudieras lograrlo, pero mírate nomas, después de casi tres semanas pudiste recobrar el conocimiento. Por cierto, soy Nekomina, líder de una de las facciones de los yakuzas”

Ichika: “¿Y-Yakuza? Auch…” — siente un gran dolor en su cabeza y recuerda cuando una roca voló hacia ella y la golpeó

Se sorprende al ver que una líder yakuza se encuentra sentada a su lado muy calmada, acompañándola a la espera de que pudiera recobrar la consciencia y así despertar de su coma. Eso le recuerda a Nekomina cuando sus hijos se enfermaban, ella permanecía muchas horas a su lado en la espera de mejoría. Ahora que es una líder de la mafia japonesa, su tiempo es corto y los asuntos de salud o escuela de sus hijos se ven ocupados por los negocios y en su lugar, la fiel secretaria que cumple función maternal con los niños.

Esto sin duda que mortifica a Neko, pero no olvida que sus hijos han sabido comprender que lo que hace su madre es lo mejor para ellos y las buenas personas de Tokio por lo que no han de quejarse y simplemente la alientan. A pesar de eso, Neko hace espacio a su apretada agenda para salir con ellos y disfrutar todo lo que pueden.

Del incomodo día a día sin las dos personas que más ama se puede crear espacios para evitar que esos lazos irrompibles se quiebren

El instinto maternal que yace en su interior florece nuevamente al querer cuidar a Ichika, viéndola como una hermana menor indefensa y a quien pretende velar por su seguridad, así como también evitar que siga sufriendo sus problemas de salud:

Nekomina: “Deberías seguir durmiendo. Cuando recuperes un poco la fuerza y te alimentes correctamente, podrás salir de aquí y conocer mi hogar como invitada de honor”

Ichika: “Yo…estaba con varias personas ¿Dónde están?” — pregunta, preocupada por sus conocidos y en particular uno

Nekomina: “Yujin pasea por Tokio, Kamal está en su cuarto…”

Ichika: “¿Y Kyubo?”

Nekomina: “Él…bueno, es algo muy complicado su caso” — se levanta de su silla

Ichika: “¿Por qué muy complicado?”

Nekomina: “Es un yokai, partiendo de eso su situación no es fácil. No confiamos en los yokais y siendo alguien que desea proteger a la ciudad y su territorio, me temo que no me voy a arriesgar”

Ichika: “Dime por favor donde lo tienen, necesito saber si está bien” — insiste nuevamente

La yakuza ve a los ojos a Ichika, cuanto dolor tiene no solo en su cuerpo sino en su espíritu, tanto que el deseo de abandonar este mundo es muy intenso. De inmediato descubre la profunda depresión que agobia a la chica y para aliviarla un poco opta por no revelar la ubicación de Kyubo y responde cortésmente:

Nekomina: “Perdón, pero por el momento no puedo decirte nada. En un rato vendrá una enferma para asearte”

Ichika: “Necesito al menos que me digas por favor si está bien” — dice en voz baja, pero liberando lentamente una abrumadora cantidad de energía que ni se da cuenta

La habitación entera empieza a temblar, moviéndose violentamente las maquinas, agrietándose las paredes y los vidrios resquebrajándose. Esto se traslada al edificio entero como si una fuerza natural estuviera actuando. Nada de lo que piensa ocurra en realidad siendo la fuente de tal fenómeno la incontenible ira que, sin intención, esa chica libera frustrada:

Nekomina: “I-Increíble, Yujin no mentía con que esta chica tiene demasiado maná acumulado, pero ¿es necesariamente de acumulación? Lo dudo. Esta chica tiene esa cantidad de maná natural, siendo un rango S+ puedo confirmarlo con seguridad” — piensa — “está bien, te voy a decir cómo se encuentra, solo cálmate ¿sí? Debes calmarte o vas a empeorar de nuevo”




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