Indira: “¿No eres muy joven para venir a estos lugares y plantarle cara a quien maneja los hilos del bajo mundo?” — pregunta al verla con más detenimiento y encontrarse con apenas una adolescente
Ichika: “…”— se queda en silencio. No hay motivo para negarlo lo que dice y eso le llama la atención. El que a una mujer tan peligrosa inclusive en la oscuridad del bajo mundo le cause cierta indignación que una adolescente pelee una batalla de adultos
Indira: “Chica de pocas palabras ¿huh? Lo respeto. No es como si me molestase la falta de respeto viniendo de una niña. A decir verdad, no quiero pelear contigo. Déjame terminar mi asunto con Neko y te dejaré ir. Inclusive permitiré irte con un poco de dinero y un caballo para salir del país” — le ofrece cordialmente
Sin embargo, la respuesta de Ichika se repite. Un silencio que aún no molesta a Indira, más bien le provoca un interés mayor por la chica. Al mismo tiempo, el enojo de pensar en donde estará Sryza y si se encuentra bien hace que su rostro cambie de expresión a una más amenazante:
Indira: “Te seré muy clara. Date la vuelta, vete de aquí y olvidaré que te atreviste a confrontarme. Se que eres fuerte pero no tenemos que acabar peleando a morir. Permítete seguir viviendo. O simplemente reza a tus dioses…japonesa…”
Ichika: “¿Sabes?” — deja escapar cabizbaja
Indira: “¿Huh?”
Ichika: “Todo lo que dijiste no tiene ningún sentido para mi… ¿volver a dónde? Mi gente se encuentra aquí… ¿seguir viviendo? Vaya estupidez…no me queda mucho tiempo de vida. ¿Qué es eso de seguir viviendo? ¿continuar la escuela? ¿graduarme en la universidad? ¿conseguir empleo? ¿pareja? ¿tener hijos y envejecer con nieto?” — aprieta sus puños mientras todo a su alrededor desprende hilos eléctricos y sus ojos se tornan de un color violeta claro — “Y para que sepas… ¡Me llamo Ichika!” — se impulsa hacia Indira
De un puñetazo en el rostro manda a volar a Indira contra el muro del castillo que aun intenta mantenerse firme.
A diferencia de la pelea contra Nekomina, donde los ataques eran equivalente en daño y poder mágico, el golpe que le da Ichika a Indira es tan fuerte y agresivo que ni estar dentro de la zona maná evita el dolor. Usualmente las zonas maná no solo aumentan la capacidad ofensiva del usuario sino también llevan la defensa y resistencia más allá de los límites. Siempre y cuando no se acumula el daño porque al desaparecer la zona maná todo ese daño impacta en el cuerpo.
Indira sale de entre los escombros de la pared con el rostro herido y de su boca correa hasta abajo un hilo de sangre, manchando sus dientes y un poco desorientada. Se da cuenta de que no enfrenta a una cazador común y corriente:
Indira: “Lo entiendo, lo entiendo” — camina tambaleándose — “a decir verdad nunca imaginé que una mocosa como ella tuviera tal fuerza y domino elemental. Si la subestimo podría acabarme sin darme cuenta. Ella…es mucho más peligrosa que Neko. De eso n o tengo ninguna duda” — piensa al verla tan frágil, pero emanando una imponente presencia — “creo que te he ofendido así que me disculpo por eso” —le dice — “por cierto, golpeas demasiado bien para ser alguien que parece frágil” — se quita la sangre con su mano
Ichika: “No quiero seguir peleando. Por favor ríndete” — la mira a los ojos sin temor
Indira: “Usualmente las personas que me dan ordenes o hacen ese tipo de peticiones mientras me observan con esos ojos tan feroces me obligan a querer…” — invoca sus cuchillas sostenidas por sangre. Para darle un efecto psicológico se las muestra a Ichika — “cortarlos en pedazos”
Ichika: “¿Eso haces con todos? ¿amenazas y todos hacen lo que quieres? ¿de eso se trata todo?” — se muestra indignada — “tanta violencia…tanto dolor…tanta perdida… ¡¿el mundo no es lo suficientemente doloroso como para que aun exista algo así?!” — grita enfurecida
Indira: “Te daré una pequeña enseñanza para que tengas presente cuando te elimine. El mundo nunca fue diferente a lo que es hoy actualmente…solo que aquellos que antes no podía elevar su voz ahora puede sostener la espada y doblegar a los que manejaban todo a su antojo. Indira y Neko somos el producto de eso mismo. Comenzamos como herramientas de distintas organizaciones con un mismo fin y luego acabamos siendo las lideres. Si, con distintas filosofías, pero con una misma misión…lo dejaré a tu criterio eso ultimo”
Ichika: “Aunque sea verdad lo que dices no aceptaré que buenas personas sean las víctimas. Eso está mal…”
Indira: “Suenas como los típicos idealistas. Mi familia fue asesinada cuando era joven y mi corazón está lleno de ira y resentimiento, pero jamás desee dañar a nadie hasta que me di cuenta de que tienes que ensuciarte las manos para mantener a raya a cualquier que decida oponerte. Solo para esperar a esa persona que…lo cambie todo de ti…” — piensa en Sryza y no evita sentirse preocupada. Sin embargo, se da cuenta de que es lo mejor el que se vaya con el grupo de Nekomina
Ichika: “¿De qué estás hablando?”
Indira: “Solo estoy divagando. Continuemos con esto. Me intrigas mucho”
Indira saca de su cintura dos kukri, arma famosa de los gurkas y en manos de la élite resulta en una feroz picadora de carne. En sus inicios más tempranos, Ichika aprendió a usarlo mientras combatía con grupos revolucionarios nepaleses. Durante ese hecho mató a 14 enemigos siendo la primera vez que no mataba a gurkas sino personas con ideales opuesto.
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Editado: 06.10.2024