Linaje del Mal

20. ¿Me ves cara de imbécil Sebastian?

 

Sebastian 

 

Mierda, esto no era parte del plan. Ver al gran Charles Corvus, alias mi padre, después de mucho tiempo me ha tomado por sorpresa, pero no me deja en shock. Se que se encuentra molesto aunque no se si es porque Andromeda está aquí conmigo, o porque Graham está muerto. Wow. Graham está muerto, mi hermano está muerto.


—    Padre, antes de qué explotes- 

—    Señor Corvus- 


Decimos Mitch y yo simultáneamente.


—    Cierra la boca Sebastian y tú también Mitchell. —me interrumpe, había olvidado  sus encantadores modales— Si algo les enseñé a ustedes tres, fue que se alejaran de esta bruja y todos los Ivanovas. Ahora mírense, Graham esta muerto y el niño desaparecido.


Clava su mirada en Andromeda como si esto fuera su culpa, no lo es. La locura de Graham lo llevo a la tumba.


—    ¿Cómo sabes que Graham murió? —eso sale como un susurro y me siento apenado.

 

—    ¿Me ves cara de imbécil Sebastian? Cuando Lydia me dijo lo qué pasó sabía que uno de los dos iba a morir, era inevitable.


Es increíble como puede decir eso tan normal, como algo que siempre vió venir, pero no me sorprendo. Él siempre fue así con nosotros dos y un ángel con su princesita Lydia. Supongo que nos quería hacer más rudos.


—    Ahora, alguien lléveme a ver a mi hijo.


Mitch le hace un movimiento para que lo siga y eso hace mi padre con Lydia colgando de su brazo. Andromeda y yo no demoramos en seguirlos después de unos segundos en un silencio incómodo. Salimos al patio trasero que lleva al bosque, caminamos por unos diez minutos hasta que llegamos al lago donde está el cuerpo de Graham en una balsa. Lo quemarán en el lago.


Mi padre se agacha cerca de la balsa y le da una suave caricia en el rostro a Graham. Veo a Lydia limpiarse unas cuantas lagrimas mientras trata de mantener la compostura. Puedo escuchar a mi padre llorar, bajo, pero llora. 


—    Mira a donde te llevo tu odio por nosotros Graham. —nunca había visto a mi padre tan sentimental con Graham o conmigo, me pregunto si la única vez que será un padre amoroso es cuando yo también esté en mi ataúd— Lo que le hiciste a tu hermano y a tu sobrino fue horrible Graham, pero te perdono hijo puedes descansar.


Le da un beso en la frente, lo cubre de nuevo con la tela, tira un fósforo en la balsa y la empuja alejándola de la orilla mientras se prende en llamas. Por alguna razón todos los recuerdos que tengo con Graham me vienen a la mente. La vez cuando me caí de mi bicicleta y no podía caminar así que el me cargó de regreso a casa, cuando dejo que el perro lo mordiera a él en vez de a mi, cuando quemé la casa del árbol y dejo de verme como su hermano menor, cuando me enseñó a manejar y no aguanto ni cinco minutos conmigo en el carro, cuando me llamó diciéndome que tenía a mi hijo y confesó que mató a su madre, mi amiga. Cuando un pedazo de madera le atravesó el pecho y lo mató. Lo mató, lo mató, lo mató.


Lo mató.


Siento que me falta el aire y empiezo a sentir lágrimas formarse en mis ojos, tengo que salir de aquí.


—    Necesito whiskey. —le susurro a Andromeda y desaparezco entre el bosque.


Llego a la casa y me dirijo a la estantería llena de alcohol y tomo la primera botella que encuentro. Tomo un trago de la amarga bebida y pienso en lo diferente que pudieron haber sido las cosas. Tomo otro trago cuando una mano me aprieta el hombro. Volteo y veo a mi hermana, la única persona de mi familia que todavía me demuestra su afecto y cariño. 


—    Tengo una pregunta Bastian —no espera mi respuesta y continua— si Dahlia no lo hubiese matado, ¿lo habrías hecho tú?


Ella si que sabe como dejarme mudo. 


—    No lo sé Lyli. 

 

—    Yo si, se metió con tu hijo Sebastian eso no se hace. 


No le respondo, pero pienso que probablemente no lo hubiese matado. Lydia se sienta a mi lado y se sirve un trago. 


—    No entiendo por qué me odiaba tanto.

 

—    Eras diferente Bastian, lo diferente suele darnos miedo. 


Nos quedamos en silencio por unos minutos cuando se levanta y me da un abrazo que no sabía que necesitaba.


—    Encontraremos a tu hijo Bastian. —me lanza una de sus encantadoras sonrisas que siempre convence a todo el mundo— Después de todo quiero conocer a mi sobrino.

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.