~Josiah~
―¿Has hablado con Lena? ―Aparto la mirada de las páginas del libro que sostengo y observo a mi padre. Asiento con un movimiento de cabeza, sin estar seguro que espera escuchar―. Todos están preocupados por ella.
Suspiro.
―Lo sé, yo también. ―Aunque me molesta un poco no estar obteniendo nada de su parte, no ha dicho mucho y siempre que trato de tocar el asunto de Abiel, se cierra por completo, negándose a hablar―. He tratado de animarla, incluso sugerí salir a dar una vuelta por la ciudad y entre otras muchas cosas, pero continúa negándose.
Desde luego que todos esperaban que me escuchara, incluso yo lo creí, pero no es así.
―¿Sabes lo que pasó? ―Sacudo la cabeza, cerrando el libro, desistiendo completamente de seguir con la lectura.
―No me gusta verla deprimida ―admito―, pero respeto su silencio. Se ha comportado evasiva cada vez que trato de tocar el tema.
Por su expresión, deduzco que él conoce el motivo para su confinamiento voluntario. No obstante, también intuyo que no me lo dirá. Mi padre es muy perceptivo, prácticamente nada escapa de su buen oído, pero también le gusta mantenerse al margen, excepto cuando la situación lo requiere. Es la primera vez que interviene respecto a Lena y sé que en parte se debe a que tiene relación con Abiel.
―Es posible que decida a pasar unos días en Jaim.
―¿En Jaim? ―pregunto sin poder evitar sonar sorprendido, realmente no tenía idea de que lo estuviera considerando. Lo que confirma que a toda costa desea evitar a Abiel. La cuestión es ¿Por qué? Siempre ha sido lo contrario. Me inquieta un poco, aunque tengo presente que él nunca la lastimaría, no de manera deliberada y de ser así, ni mi padre o el señor Regan se quedarían de brazos cruzados, por no mencionar a mi tía.
Que complicado es ser Abiel. Se pensaría que no es tan malo que lo evite, pero irse a Jaim implica que seguramente Klaus no lo tomara como un respiro y eso traerá problemas en otro sentido.
Mi padre sonríe, ladeando el rostro. Gesto que me confunde.
―Parece que últimamente no pasas demasiado tiempo aquí, para estar al tanto. ―Frunzo el ceño, pero creo saber a qué viene eso.
―Lo sabes ―afirmo, sin mostrarme alarmado. Si no lo supiera me extrañaría mucho más.
―Si. Tú y esa chica.
―Airem ―aclaro tensándome un poco ante la indiferencia que trasmite su tono. Alguna vez escuche que no se llevaba muy bien con Farah, porque él estuvo interesado en mi madre. Sin embargo, eso ha quedado en el olvido o al menos eso espero. Esta es la primera vez que pienso en ello―. Ella es una chica interesante.
Entrecierra los ojos, como si quisiera señalar algo, pero suspira desviando la mirada hacia el exterior.
―Supongo que no le has contado a tu madre, de lo contrario me lo habría dicho.
Mi madre. Conociéndola estaría planeando toda una celebración y contándolo a todos. No es que quiera que sea un secreto, pero…
―Sinceramente prefiero no hacerlo ―confieso.
―¿Por qué? ―luce sorprendido. Me encojo de hombros. Adoro a mi madre y sé que sería la primera en apoyarme, pero quiero ir despacio.
―Porque es algo que está comenzando y sinceramente, prefiero no ser el centro de atención.
Sin duda, que la atención esté centrada en Lena ha ayudado a que pase desapercibido. Tal como suele decir, es prácticamente imposible mantener un tema fuera de alcance de ellos.
―¿Por ella o por ti? ―murmura pensativo, dando unos golpecitos en su barbilla. Supongo que está tratando de averiguar cuáles son mis intenciones y que tan lejos hemos llegado. A pesar de ser su hijo, quiere evitar que pueda aprovecharme.
Me gustaría decirle que no tiene nada de qué preocuparse, mi madre siempre nos inculcó respecto y saber valorar a una mujer. Es lo que intento hacer con Airem, aunque su actitud directa me pone las cosas complicadas.
―Por ella, obviamente. ―Me remuevo ligeramente, recordando su sonrisa coqueta―. Si las cosas no resultaran, no quiero que se resulte afectada.
Ella es muy guapa, no tendría problemas para encontrar a alguien más. No me gusta pensarlo, pero aun no es algo serio.
―¿Qué te hace pensar que no funcionara? ―De nuevo me encojo de hombros. Airem es una chica intrépida y decidida, que no se intimida ante nada. Si se convierte en mi mujer, tendría que quedarse en Cádiz, bajo el cuidado de la guardia y la atención de todos. Podría no gustarle o bien, podría solo estar pasando el rato.