~Mai~
―No tienes nada de qué preocuparte, Lena estará bien ―aseguro, queriendo reconfortar a Gema.
Aunque se ha esforzado en aparentar que no le afecta su anuncio imprevisto al terminar la cena, no puede evitar que se le note. Nunca se ha separado de ella y sé que eso le inquieta.
Adora a su hija, siempre ha tratado de protegerla de todo y de todos, de hacerle estar segura y feliz. Puedo comprenderla demasiado, para mí fue muy difícil separarme de Caden, cuando se mudó a Jaim. En ese momento, me angustie y constantemente me aseguraba de que estaba bien. No estaba muy conforme, a pesar de saber que era por un buen motivo. Aunque tal como su padre lo afirmó, ahora él disfruta estar ahí.
Yo no tuve problemas para adaptarme a vivir aquí, pero ellos son distintos y tienen otro tipo de necesidades. Yo amaba salir a los campos todas las mañanas, convivir y ayudar a todas las personas cercanas. Todo lo que los humanos necesitan y que ahora no requiero al estar al lado de Edin.
―Lo sé ―responde suspirando. Aferro sus manos, dándole una sonrisa comprensiva. Mi hermana y su instinto protector. Se preocupa por todos, pero en especial por ella y obviamente, por Armen―. Quiero lo mejor para ella, pero eso no quita que me preocupe.
―No debes temer ―digo con suavidad―. Del mismo modo que Josiah está con ella, puedo garantizarte que Caden lo hará. No estará sola.
―Él tiene muchas responsabilidades. Sé que está al frente de Jaim, aunque aún no toma por completo el mando.
Los mandos. Ciertamente, pronto ambos asumirán el control de las ciudades. En un par de meses que cumplan la mayoría de edad, al igual que Lena. Su padre confía tanto en ellos, que no puedo hacer menos que apoyarlos. Y aunque temía que no les gustaría o aceptarían, por todo lo que implican, quieren hacerlo por voluntad propia.
―No importa. ―Agito la mano restándole importancia―. Ambos adoran a Lena. ¿Olvidas cómo se disputaban ser quien la cuidara cuando eran niños? Prácticamente, la volvían loca. ―Mencionarlo hace que sonría y se relaje un poco.
Algunas ocasiones me resultó difícil entender el proceder de Gema, pero he visto de primera mano, que ninguna de sus actitudes es con el afán de molestar. Ella actúa como cree que debería. Solo eso.
―Pobre de mi hija, siempre terminaba siendo arrastrada por los rincones, por alguno de ellos.
―Y que lo digas. Aunque la culpa era de Elina que les metía ideas… ―¡Rayos! No debí mencionarla. Me aclaro la garganta, cambiando ligeramente mi postura―. ¿Sabes que no tiene la culpa? ―pruebo cautelosa. Edin aseguró que está furiosa con ella y justo en este momento él y Armen están hablan con Elina.
―Sé que le contó sobre Abiel.
―Hizo bien, Gema. ―Me mira mal, pero no me acobardo y continuo―. Odiaba que me ocultaran cosas, que me dejaran fuera de lo que ocurría y que me afectaba o incluía, como si pensaran que no era capaz de entender. Y asumo que es lo que le ocurre a Lena.
Todos han querido protegerla desde que se dieron cuenta que comenzaba a tener interés por Abiel. Lo distanciaron de la residencia y relevaron de estar siempre junto a Edin, creyendo que eso ayudaría a frenar la situación. Él obviamente no protestó, pero eso no detuvo a Lena, quien sabía como seguirle y pareció tener el efecto contrario. Pasó de ser un romance infantil a un enamoramiento más intenso. Cuando una chica se enamora, hace hasta lo imposible por ver a esa persona especial y conseguir llamar su atención. Aunque no piense que esté perdiendo la cabeza. Yo mejor que nadie lo sabe.
―Pero… nunca ha sido esa la intención ―balbucea un poco sorprendida. ¡Ay, Gema! A veces se te escapan esos detalles.
―Claro que no, pero es como se percibe. Y no es algo agradable.
―Lamento haber sido tan horrible contigo ―susurra pareciendo arrepentida. Algo que no pretendía. Yo no le guardo ningún reproche.
―No digas eso ―pido dando un golpecito en su brazo―. Entiendo porque te preocupaba tanto lo que pasaba entre Edin y yo, pero yo sabía que estabas equivocada y que no era un error.
―Me alegro haber estado equivocada y ver lo feliz que eres, Mai.
La abrazo con fuerza, porque sé que es sincera. Ahora se lleva mejor con Edin, aunque no puedo decir lo mismo que con Pen. Es un pillo y disfruta tomándole el pelo.
―Lo soy ―confirmo separándome ligeramente―. Así que confía en Lena. Recuerda lo fuertes y decididas que éramos cuando teníamos su edad.
―No puedo asegurarlo ―niega con una sonrisa forzada―, yo… hice muchas cosas torpes o incorrectas.
Reprimo una sonrisa. Sé a lo que se refiere, en todo este tiempo, Irina me ha contado algunas de ellos. Pero no creo que deba avergonzarse, Armen la adora. No creo que él opine lo mismo, respecto a que fueron equivocas.