~Mai~
―Me gustaría saber que pasa por tu mente.
A pesar de que no he sido usualmente silenciosa y he expresado mis palabras en voz alta, Gema se muestra sorprendida cuando toco su hombro. Me muevo hasta quedar por completo en su campo de visión. De nuevo tiene esa expresión melancólica, que últimamente encuentro en su cara. Es de imaginar que su mente debe estar a varios metros de aquí.
Camino hasta uno de los sillones, sin dejar de mirarla, ella también permanece en silencio, pero ha puesto su atención en mí.
―¿Y bien? ¿Me dirás que es eso que te tiene tan absorta? ―pregunto con aire inocente, aunque puedo darme una idea.
―La echo de menos ―suspira mirando por la ventana. Imito su gesto, permitiéndome disfrutar de toda la enorme gama de sonidos que mis oídos perciben.
Voces humanas en su mayoría, risas de niños, cosas siendo cambiadas de sitio, algunos animales, muchas más. Desde esta distancia es complicado identificar su voz, a pesar de que nuestros sentidos son más sensibles.
―Hable con Caden, parece que se ha adaptado muy bien y que disfruta de las actividades que hace con Kassia y los demás chicos. Sé que probablemente no quieres que lo diga y que no es de ayuda, pero ella está muy bien. No tienes nada de qué preocuparte, Gema.
Espero su negativa y que me dé una enorme cantidad de razones por las que me equivoco, pero no lo hace.
―Lo sé ―admite dejando escapar otro suspiro―. Pero nunca se ha ido por tanto tiempo y este lugar es demasiado tranquilo sin ella.
No puedo desmentirla, todos, incluso el mismo Edin lo hace. Y es que ahora ni Gema muestra ánimos para entrenar, eso nos mantenía entretenidos.
―Supongo que es lo que solía ser antes de que me convirtiera. ―Cómo olvidar cada que venía de visita y lo mucho que me parecía deprimente este sitio. Todo el mundo se movía con cautela, ningún sonido, ni voz.
Y no es que haga cambiado demasiado. No se puede hacer mucho con la decoración, los vampiros tienen un alto sentido de apego por las cosas tradiciones. De ahí que algunos aun vistan con viejos y elegantes atuendos en tonos oscuros. Elina e Irina son la excepción, al igual que Gema y yo. Nuestras vestimentas son más parecidas a las de los humanos, vestidos simples en tonos claros. Aunque la vestimenta de ellos si continúe siendo conservada, lo que es lógico, son autoridades y de alguna manera necesitan imponer su presencia. O eso me parece a mí.
―Si.
―¿Sabes que no significa que se quedara para siempre? ―pregunto con cautela, no queriendo ser brusca. Pero es que a todos, en especial a Armen le pregunta la melancolía que muestra desde que no está Lena.
Él hace su parte, sé que cuando están juntos ella se relaja, sonríe y parece reconfortada, pero no siempre puede estar a su lado. Además, como hermana e hija siempre se preocupó por nuestro bienestar, ¿Cómo podría no hacerlo por su hija? Lena pasó a ser parte fundamental de su vida.
―Sé que podría preferir hacerlo. ―Sí, es el temor que tiene la mayoría, incluida Elina. Todos suponen que al estar Abiel aquí, ella se sentiría incomoda, es posible, pero si algo he visto en Lena, es que no se íntima y que no huye.
Ella me recuerda tanto a mí, a lo que viví con Farah. Ciertamente, aquello no fue algo tan real o verdadero como con Edin. Fue un enamoramiento, algo mas como cariño o agradecimiento y que siempre le vi como mi opción. Eso mismo podría ser el caso de ella, aunque no siempre funciona igual.
―Lena es muy inteligente y si lo hiciera, seria porque es realmente lo que quiere, porque siente que es lo correcto, lo que le haría feliz. Y no es que no lo sea aquí, pero para muestra nosotras. ―Me mira sorprendida, pero continuo―. Dejamos a la mayoría de los que amábamos y con quienes crecimos, por seguir nuestros corazones, por estar con quienes nos hacen felices. Y es algo que con seguridad puedo decir, no me arrepiento.
―Tampoco lo hago.
―Como padres nada nos gustaría que siempre estar ahí para nuestros hijos, siempre mantenerlos seguros, pero es imposible. En algún momento, ellos tendrán que elegir por sí mismos, deberán tomar su camino. Así es la vida. Si el futuro de Lena esta en Jaim, así será y eso no significa que no volverás a verla.
―¿Sabes, Mai? ―pregunta con una pequeña sonrisa―. Agradezco poder contar contigo, siempre sabes que decir.
―No siempre ―admito con una mueca, que nos hace reír a ambas―. Edin me dijo que Josiah parece estar enamorado y como imaginaras, estoy ansiosa por saber más.
― ¿De verdad?
―Sí, pero me pidió que le dé tiempo. ¡Aunque es muy emocionante! ¿Cómo olvidar ese primer amor? ¿No crees? ―Su mirada responde mi pregunta. Claro que ella siempre tendrá presente a Armen.