CAPÍTULO 12
Pensamientos y emociones
Ángel termina de comer y empieza a preparar el desayuno para los niños.
—No te preocupes, yo lo haré —dice Samantha, colocando su mano en el hombro de Ángel.
Él le pone la mano en la frente, notando la fiebre que aún persiste.
—Me preocuparé más si no regresas a descansar. Yo me encargaré hoy, tú solo acuéstate y recupérate —el tono de Ángel es tranquilo y sereno.
El corazón de Samantha se acelera por el simple contacto, y su voz empieza a temblar:
—Pe... pe... pe... pero yo...
Él va a ver a los niños, dejando en pausa la preparación del desayuno y a Samantha sin saber qué hacer.
Ella, resignada, regresa a la cama. Acostada y viendo fijamente al techo, sus pensamientos empiezan a alborotarse.
Voltea a ver a los niños, quienes, con la nariz congestionada, respiran por la boca mientras duermen como si nada.
Samantha nuevamente centra su mirada en el techo, un tanto enojada:
"¿Por qué no me deja ayudarlo?" Sus pensamientos intentan buscar la respuesta. "Bueno, si él fuese el enfermo, lo regañaría si intentase hacer lo mismo."
Suelta un leve suspiro y, con un tanto de frustración, seca el sudor que por la fiebre le inunda la frente.
"No me gusta sentirme inútil."
Ángel entra al cuarto de las niñas. Beatriz se despierta, pues la luz del sol entra directamente por la ventana, iluminando su rostro.
Sus ojos apenas pueden abrirse por la molestia del brillo.
Ángel va y cierra la cortina, pero ella le dice con ternura firme:
—Ábrela, por favor.
Él obedece, se sienta en la cama y les toma la temperatura a las tres con un termómetro digital.
Suelta una leve sonrisa al ver que la fiebre de todas ha bajado.
—¿Vamos a estudiar hoy? —pregunta Beatriz con los ojos entrecerrados.
Ángel, con una sonrisa y voz cálida, le responde, acariciando su rostro:
—Ustedes descansarán hasta que se recuperen, pero si te sientes aburrida puedo ponerles caricaturas en la tele.
—¿Puedes poner una de tus favoritas? —la voz de Beatriz se ilumina con un toque de emoción —Es que jamás he visto televisión y no sé qué hay.
Llega la hora del desayuno, y los niños comen su avena con fruta con un poco de dificultad por el dolor de garganta.
Luego de desayunar, los cinco niños se acuestan en los sofás, y Ángel les pone el primer capítulo de Pokémon antes de regresar a trabajar.
Oliver queda maravillado al ver a las nuevas criaturas, mientras Beatriz se enamora de Pikachu, riendo con cada descarga que este le da a Ash.
"Me alegro que les haya gustado. No sabía qué otro anime ponerles; los que veía en el orfanato no eran aptos para niños." Ángel se sumerge en sus pensamientos. De repente, llega una imagen a su cabeza.
Un niño y una niña viendo Inuyasha en un antiguo televisor. Su vestimenta llena de remiendos, las paredes un tanto descuidadas, pero con sonrisas en sus rostros cuya iluminación choca con el brillo de la pantalla al presenciar la pelea de Inuyasha y Sesshomaru.
Es regresado a la realidad por un mensaje. Al ver quién lo envía, suelta una leve sonrisa.
El mensaje es del contacto Chiro TV. Él lo abre con leve alegría, y arriba del mensaje recién recibido se puede ver que el último mensaje que intercambiaron fue hace más de un mes, cuyo contenido era:
"Ya estoy en el pueblo. Espero verte para agradecerte en persona." —enviado por Ángel.
Empieza a leer el nuevo mensaje con un leve hormigueo en el pecho:
"Hola, te pido disculpas por mi ausencia. Quería tomarme unas vacaciones, pero siempre posponía mi regreso. Respecto a lo de vernos en persona, quizá ya lo hicimos y no te has dado cuenta jejej. Solo bromeo. Bueno, estaré libre la próxima semana si quieres salir."
"Qué cambio tan repentino de actitud. Quizás las vacaciones la hicieron extrovertida." piensa Ángel, mientras empieza a responderle:
"Claro, dime qué día y veré si puedo."
Chiro TV le contesta adjuntando un archivo:
"Te envío estos videos para que les hagas gameplays con la edición :)"
Ángel queda confundido, pero se le escapa una pequeña y silenciosa risa.
"Ahora sí escribe tan torpe como siempre."
Abre el primer video, que es una grabación del avatar vtuber de Chiro TV, una chica de anime con cabello azul. De fondo, juega El bebé de amarillo.
"No se necesita ser un adivino para saber que gritará durante todo el gameplay. No entiendo por qué le gustan tanto los juegos de terror si es tan miedosa." Estos pensamientos, en lugar de causarle cualquier emoción negativa, parecen darle un poco de gracia. Esto aumenta con cada grito y susto que ella suelta, pues su voz suena dulce y tierna, pero exagerada al gritar.
Pasan las horas. Los niños ya han visto varios capítulos de Pokémon, y ha llegado la hora de preparar el almuerzo.
Ángel empieza a preparar pasta de coditos con salsa de tomate y, aparte, un poco de sopa de vegetales.
Mientras él cocina, Alya está sentada junto a él jugando con su plastilina. Entrecierra los ojos.
—¿Tienes sueño? —pregunta Ángel con calidez.
La niña niega con la cabeza, pero lentamente está perdiendo contra el sueño.
Él la carga en brazos y la lleva a la cama, diciéndole mientras la arropa:
—Duerme un rato, y cuando esté lista la comida te vengo a despertar.
Alya asiente en silencio y cierra los ojos, abrazando su peluche.
El día transcurre con normalidad. Samantha se levanta para almorzar, los siete unidos.
Oliver no para de hablar de lo mucho que le gustaron los Pokémon tipo roca.
Ángel, con emoción, les dice que en la actualidad hay más de mil Pokémon y que poco a poco los irán conociendo en la serie.
Beatriz, por su parte, dice con ternura que le gustaría tener un Pikachu de mascota y combatir con él.
Samantha, con una leve risa, le responde:
—Hay decenas de juegos de Pokémon. Quizás Ángel tenga alguno para que juegues.