Bueno, ha pasado algo de tiempo, he crecido un poco más, un poquito más...
Ya aquí creo que me encontraba en tercero de primaria, donde las cosas comenzaron a ser diferentes en mí y en darme cuenta como mi comportamiento fue cambiando poco a poco sin que yo pudiera notarlo.
Bueno, aunque siendo una niña eso no interfería en mi curiosidad y en sentirme extraña por algunas situaciones que poco a poco estaban manifestándose en mi mente y en mi forma de actuar, pero bueno aquí aun no tenía alguna idea del mundo, aún no lo tenía claro, durante mi primaria en estos años muchas cosas comenzaron a cambiar, en primer lugar me gustaba demasiado pasar el tiempo con mis primas, prefería estar cerca de ellas, pero no era para jugar a la casita o cosas parecidas, cuando estaba con ellas tenía más que nada un sentimiento de quererlas proteger, más que otra cosa, en cuidarlas y en ver que se encontraban bien.
También algo raro que me ocurría y que aún tengo recuerdos claros de esto era que cuando jugaba a las princesas y a los dragones, cuando me imaginaba todo un mundo esto era tan diferente al resto, ya que yo no era la típica princesa que esperaba la ayuda de un apuesto príncipe azul, mientras me encontraba en la última torre más alta del castillo, encerrada en una habitación pequeña mirando por la ventana como me rescataban, no era esa clase de chica, si no que yo las veces que jugaba a esto cada una de ellas recuerdo ser yo aquel "príncipe azul", me ponía una capa, y con un trozo de madera (la cual era mi espada), defendía a toda costa mi lucha por conseguir llegar aquella torre en donde yo debería de rescatar a esa princesa en apuros, en donde yo era la heroína de esa princesa, recuerdo que al rescatarla la ponía a salvo y ella me agradecía o me hacía honores delante de su reino, cuando partía de mi misión siempre tenía a alguien que rescatar y proteger, claro cada uno de los rescates siempre estaba yo y alguna princesa, a mí no me parecía raro ser la "heroína" en lugar de "la princesa", me parecía de lo más divertido enfrentarme a los peligros que me rodeaban, ser la valiente, claro que esto solo me sucedió cuando era una niña.
Aquí en lo personal no tenía problema alguno con las personas que se encontraban a mí alrededor, no hablaba sobre mis juegos, sobre mis cosas, eso era realmente lo último que me llegaba a importar. Pero bueno con el paso del tiempo iba creciendo y esto estaba cambiando y más aún cuando conocí a las tres personas que serían mis mejores amistades durante toda la primaria y de estas dos eran chicas y uno era un chico, me gustaba pasar más tiempo con mi amigo porque él no hablaba sobre vestidos, música romántica, muñecas, maquillaje ni a donde fueron de compras con su madre, estas pláticas me aburrían tanto, me llegaban a resultar muy desesperantes, prefería irme con mi amigo él hablaba de autos, de luchas, de rock, de fútbol o de como ayudaba a su padre en arreglar su camioneta cosas que a mí me llamaban mucho la atención, recuerdo que en mis dos últimos años de la primaria mis dos mejores amigas se comenzaron a separar de mí, poco a poco ellas encontraron nuevas amistades que con el tiempo se convirtieron en sus mejores amigas, y al ver que llegaban al salón y no me hablaban o me dirigían la palabra muy poco sin duda alguna me ponía triste, sentía como una parte de mí se sentía cada vez más sola y desconfiada, en como mis dos mejores amigas me dejaron en como ellas se alejaron y hasta el día de hoy se olvidaron de mí, amigos podrían ir y venir y con ninguno me sentía tan mal como me ocurrió con ellas, pero en fin es algo de pasado que considero importante destacar, el resto de mi primaria fue realmente aburrida, ¿saben? mis compañeras de mi salón siempre me hablaban de como un chico se les hacía muy guapo o que algo tenía que les llamaba la atención, y a mi realmente nunca me llego esa etapa, mi primaria fue algo tranquila yo continuaba con mis comportamientos que me hacían sentir cómoda, que me hacían sentir yo.