Lo bonito de un día nublado

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Volteó alarmada a ver a Simón, quién la tranquilizó con una sonrisa. No le gustaba la idea de que la separaran de su amigo, pero sabía perfectamente que debía de acatar órdenes,se repitió mentalmente que esto no afectaría su amistad, igual y hasta les tocaba juntos nuevamente, se sintió ridícula después de darse cuenta de que tal vez no los separaran. Le sonrió de vuelta a Simón y después caminaron juntos a la puerta del salón para formarse como el resto de sus compañeros.
La orientadora empezó a llamarlos por número de lista y les indicaba sus nuevos lugares, cuando le tocó su turno a ella estaba nerviosa, se empezó a imaginar distintos escenarios que no le gustaron mucho. Y si le tocaba cerca de alguien muy ruidoso, o que transpirará demasiado, o una de las chicas que se sentaban al final de la clase y que siempre se estaban bañando en loción o pintándose y con sus vocecitas chillonas, o peor aún, que le tocará enmedio de todas ellas, o cerca de algún chico vulgar, incluso le daba miedo que la sentaran hasta atrás de la clase. La única forma de soportar todo aquello, era que Simón estuviera a su lado. Si el estaba cerca podía aguantar estar rodeada de todas las clones o de los chicos insoportables, rezaba para que le tocará junto a Simón. 
La orientadora le dijo su lugar, ella abrió los ojos como platos cuando siguió con la mirada el lugar a donde el dedo incide de su orientadora señalaba. «ya mejor llévame Diosito» se dijo para sí misma. Le habían asignado un lugar en una de las filas de enmedio pero hasta el final, en la silla del lado izquierdo se encontraba Melanie, la clon número uno. Un la silla de enfrente se encontraba Weston, el típico chico guapo,arrogante,creído y patán. En la silla de su lado derecho estaba vacía, y Simón aún no había entrado, si corrían con suerte ese lugar lo ocuparía él. 
Siguieron entrando sus compañeros, y a dos filas de su lugar en una silla de enmedio le tocó a Simón, los separaban ¡Dos filas!. Convencería a alguien para intercambiar lugares, no era mucha la distancia pero se sentía, unos compañeros después, alguien se sentó a su lado, le daba miedo voltear, no quería que fuera otra de sus pesadillas andantes. La orientadora acabo de acomodarlos y se fue, si no fuera por el cambio de lugares, podría decirse que nunca estuvo ahí.

 



#40727 en Novela romántica

En el texto hay: despedidas

Editado: 20.03.2019

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