Lo Prometo

Promesa incumplida.

- ¿Muerta? - dijo en un susurró apenas audible sintió que el aire se le iba de los pulmones y por segundos su corazón se detuvo, todo se volvió borroso, se desplomo en su silla había llegado muy tarde.

Eso tenía que ser una mentira, hace tres años que la buscaba desesperadamente, contrato varias agencias de detectives, pero todo lo llevaba a la nada, era imposible que desapareciera sin dejar rastro alguno. Su secretaria tuvo la brillante idea de llamar a su tío Edward White, que actualmente dirigía las empresas que por derecho eran de Mel, pero sus respuestas eran vagas o simplemente no contestaba, hasta que hace unos días había dicho que murió en un accidente y que lo dejáramos en paz.

- Si señor, cuanto lo lamento está enterrada en el pueblo de Vancouver junto a sus padres.

- ¿Hace cuánto ocurrió? ¿Cómo fue? ¡¡ES IMPOSIBLE!! -grito con tanto dolor, sentía que le arrancaban el corazón y no existía anestesia que calmara el lacerante dolor dentro de su ser.

- Hace tres meses, fue un accidente de auto, el informe policial dice que iba saliendo de una fiesta borracha y se estrelló contra un árbol fue tan fuerte que la joven quedo irreconocible. Su tío el señor White hizo una conferencia de prensa en Chile para dar informe a la empresa ya que ella era la dueña de todas las empresas White. - Cada palabra se le incrustaba como dagas era imposible que su pequeña haya tomado ese camino a su corta edad siempre demostró ser muy madura.

-Dile a Liz que compre boletos para Vancouver el vuelo más próximo, que cancele todas mis citas de la semana y las urgente le pase a McCall. Gracias John por todo el trabajo, puedes irte.

-Si señor-Observo como su jefe se encerraba en una burbuja de tristeza, esa joven tenía que ser muy importante para él. Hace bastante tiempo venían buscándola, y cuando por fin la encuentran es para enterarse que ya no estaba. Con los años de investigaciones que venían haciendo descubrieron que su tío era un ser muy codicioso y haría cualquier cosa por obtener más dinero, tuvo las sospechas que ellos tenían algo que ver con la muerte de la joven, pero no quería decirle todavía a su jefe para que no hago nada estúpido sin tener pruebas, pero todas las investigaciones apuntaban que la joven era una fiestera y descuidada. Por ese motivo la mantenían oculta de la prensa, seguiría investigando ya que algo no cuadraba en todo eso.

Dean observaba por el gran ventanal no podía creerlo ella no podía estar muerta, no volvería a ver a su pequeña abejita, no escucharía su voz, no iluminaria sus noches con su sonrisa. Sintió que su corazón se abría, lloraba por aquella niña que tanto quiso proteger y nunca lo logro, ahora ya era muy tarde, se había ido, jamás volvería. Recordar la primera vez que la vio era tan doloroso, ella ya no volvería a sonreírle así.

Inicio del Flashback

Observo por su ventana como una niña con un bonito vestido turquesa lloraba y trataba de limpiar su rostro con sus pequeñas manos, era en vano ya que las lágrimas salían sin control. No supo en qué momento decidió ir a tratar de consolarla, pero estaba ahí frente a ella, buscando la forma de hablarle sin causarle un susto.

-Si sigues llorando te vas a poner muy fea. - La observo como se levantada asustada, las lágrimas seguían cayendo por su delicado rostro.

- ¿Quién eres? - Lo miraba con algo de temor y recelo.

-Dean, tu nuevo vecino me acabo de mudar con mamá- Señalo la casa de junto. Una bonita casa de dos pisos color blanco.

- Melody White- Le paso su pequeña manito para presentarse. Vaya, tenía buenos modales para ser tan pequeña, estaría entre los 5 años máximo. Tenía unos bonitos ojos color café, su cabello era negro como la noche y poseía piel blanca, parecía una muñeca de porcelana igual a las que su madre coleccionaba.

-Un placer señorita White. Ahora, ¿por qué lloras? una niña tan bonita no debería llorar.

-No se lo digas a nadie, pero mi tía dijo que soy una carga que ojalá hubiese muerto con mis padres, solo quise ir al parque. Nunca salgo y no tengo amigos, me siento muy sola - Las lágrimas volvían a salir, sus ojos y nariz estaban rojos de tanto llorar.

La observo con mucha impotencia, había creído torpemente que se le había roto una muñeca jamás creyó que le pasara algo como eso. Odiaba que existiera gente capaz de herir a una pequeña niña, como puede existir gente con tan poco corazón, no sabía qué hacer, pero quería protegerla. Se arrodillo frente a ella y la atrajo para abrazarla fue lo único que se le ocurrió ni siquiera supo porque lo había hecho, pero su corazón gritaba que la resguardara de cualquier cosa. Era un completo extraño podía creer que trataba de hacerle daño, sintió como se aferraba a su playera tan fuerte y lloraba sin parar, la sentía tan frágil entre sus brazos.

- Escucha, no te conozco, pero puedo asegurarte que no eres una carga, sé que es muy difícil entender esto, pero se nota que eres una niña fuerte y valiente. Ahora debes levantar tu rostro limpiarlo y hacer oídos sordos cuando alguien te dice algo malo. – La sintió levantar su pequeña carita de su pecho, entonces se limpió el rostro, levanto el mentón y trato de poner la mejor sonrisa.

- Lo haré. ¿Serias mi amigo Dean? - Lo miraba con anhelo y expectación. Su ocurrencia le hizo sonreír de estar llorando aferrada a él, ahora le proponía ser amigos, no pudo contenerse y soltó una pequeña risa. - No te burles de mí. Si no quieres ser mi amigo solo dilo. - Exclamo muy indignada, se le puso roja toda la cara, no sabía si de vergüenza o enojo, pero se veía adorable.

- Por supuesto que quiero ser tu amigo, pero debes prometerme no llorar más, me entristece verte de ese modo Melody. – No sabía porque sentía esa necesidad de protegerla quería agarrarla y huir con ella a otro país.

Ella sonrió. Y esa sonrisa valió todo, sintió algo cálido dentro suyo y supo que haría todo por Melody White.



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En el texto hay: pasado, herencia, promesas

Editado: 16.01.2021

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