Lo que fuimos en Saturno

Capitulo 3

 

Si tan solo pudiera hablar con la luna…

Le pediría que alumbre tu camino.

Cuando las tinieblas invadan tu mente y cuando el miedo desgarra tus sentidos.

-Clairel Estévez.

 

Hilary

Llego corriendo al aula de clase porque aunque faltan diez minutos para que inicien soy muy puntual, digamos que me guio por el principio chino que dice que llegar a tiempo es llegar tarde y estoy a poco de llegar a tiempo.

Entro y para mi sorpresa casi no hay nadie dentro,  me encamino hacia mi pupitre y para una sorpresa mayor en mi paleta hay una nota junto con una rosa blanca, ruedo los ojos,  ¿que imbécil se esta haciendo el gracioso ahora?.

Tomo la nota,  empiezo a desdoblarla- Te has convertido en mi tema de conversación favorito,  en mi pensamiento mas frecuente, en mi sueño mas deseado. Andrés Ixtapan

Termino de leer la nota,  no tiene nombre de quien la escribió ni nada mas que la frase y la verdad es que me da igual quien la haya escrito y puesto en mi pupitre junto con la rosa porque ninguno de ellos es Max. El color de la rosa esta bien feo,  siento como si hiciera representación a la muerte,  si fuera azul seria mejor pero su aroma es maravilloso,  la acerco a mi nariz y empiezo a olerla. Max entra viéndome como si fuera un extraterrestre.

-¿Quién te dejo eso?- dice señalando con su dedo índice la rosa y la nota que aun siguen en mi mano.

Me encojo de hombros y pongo la rosa en el pupitre-no sé,  cuando entre estaban en mi pupitre

El me mira como analizándome y me extiende su mano derecha-déjame revisar la nota probablemente sea una broma

Se la entrego sin refutar porque la verdad yo pienso lo mismo,  el la lee y parece sorprendido,  incluso molesto.

-tírala a la basura-me ordena pero mi bujía se prende en una idea que talvez no sea la mejor pero quizás me ayude, ponerlo celoso.

-no- digo decidida- me gusto mucho el detalle y creo que realmente esa persona puede estar enamorada de mi.

Sus ojos destellan rabia y peligro pero se que jamás me haría daño a mi-¿enserio crees que es eso y no un hijo de puta que quiere verte la cara de idiota?

Me quedo atónica por sus palabras jamás,  desde que tengo memoria me había dicho asa,  sus insultos nunca pasaban de decirme tonta.

-Enserio crees que nadie puede llegar asentir algo por mi-digo con la voz apagada,  casi apunto de soltarme a llorar-tu también me vez como algo insignificante- no se lo preguntó , lo afirmo porque es lo que me ha dado a entender.

El parece darse cuenta de su error y se me acerca-Meri yo..-no lo dejo terminar

-deja de llamarme de esa maldita forma quieres- digo empujándolo con todas mis fuerzas sintiendo el sabor salado de mis lagrimas,  no es fácil ver como la persona que amas piensa que no eres suficiente para merecer el amor alguien.

Logro apartarlo no porque tenga mucha fuerza que digamos sino porque lo tomo por sorpresa el empujón,  salgo corriendo y a lo lejos escucho su voz llamándome,  necesito un baño,  un maldito baño para poder sacar todas mis lagrimas sin que nadie mas me vea.

Lo encuentro y me encierro en el durante lo que tarda la primera clase,  una hora,  luego me seco las lagrimas y vuelvo a clases pero esta vez no me siento junto a Max como suelo hacer siempre,  me siento junto al lado de Enmanuel Cooper,  tiene como dos años de estudiar en este instituto y aunque nunca le he hablado me cae bien por el simple hecho de que nunca ha intentado molestarme.

Me siento y sus ojos azules me miran con intriga, son muy hermosos pero no son los verdes de Max-Hola- digo tratando de alivianar el ambiente,  el solo sonríe ya que el maestro entra por la puerta.

Las clases terminan y me la pase muy bien al lado de Enma,  salgo y empiezo a bajar las escaleras que están fuera del instituto, pero cuando estoy apunto de llegar a la ultima me toman del brazo con suavidad haciendo que me voltee,  para ver esos ojos verdes que me vuelven loca.

-perdona-dice desesperado- yo nunca quise decir que no fueras suficiente para que alguien se fijara en ti- coloca su mano en mi mejilla- cualquiera se volvería loco por ti,  eres inteligente,  graciosa, noble y bonita,  muy bonita.

Quizás en otras circunstancias me habrían alagado sus palabras pero ahora no,  había dañado lo poco que me quedaba de orgullo.

-te perdono, ahora tengo que irme- digo apartando su mano de mi mejilla

-yo te llevo-dice tomando mi mano pero la suelto inmediatamente

-prefiero caminar

Llego a mi casa después de una maldita hora a pie,  creo que debería conseguir una bici, mamá, según me dijo la empleada salió con sus amigas y papá en el trabajo,  subo a mi cuarto,  hago mis tareas y veo películas de romance que me hacen llorar como una Magdalena.

La semana se me pasa volando entre la escuela, las salidas con Max,  porque si, ya las cosas están como antes,  digamos que se planto fuera de mi casa toda la tarde para que lo perdonara y no tenia tan mal corazón como para dejarlo ahí mas tiempo así que le dije que todo estaba olvidado,  las cartas y las rosas siguen estando en mi pupitre todos los días,  Max ahora me apoya a saber quien es.




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