Lo que fuimos en Saturno

Capitulo 4

Mas no lo maté con armas,  busqué una muerte peor:

¡Lo besé tan dulcemente que le partí el corazón!

-Alfonsina Storni

 

Hilary

 

Termine de leer la frase y entro Oliver,  uno de los jugadores de básquetboll del instituto, era de ojos color miel,  piel blanca,  cabello café y buen físico, digamos que es era crush de casi todas las chicas del instituto a excepción de mi.

-¿Veo que te gustan los detalles que dejo para ti cada día?- dice acercándose a mi con una sonrisa

Lo mire extrañada y crece los brazos por encima de mi pecho.

- ¿Por qué lo haces?-le pregunté directamente.

-Pues porque me gustas- contesta con simpleza.

Me reí amargamente.

Me quiere ver la cara de estupida.

-¿De verdad crees que soy estúpida?-inquirí elevando una ceja-¿Cómo te vas a fijar en mi? –le dije señalándome con una mano.

El se acerca mas a mi en un estúpido intento de ponerme nerviosa.

-No creo que seas estupida, al contrario, creo queres inteligente,  divertida, bonita y me gustas.

Estuve apunto de responder cuando Max entro acompañado de Luca ( su mejor amigo o amiga, porque es gay).

 Ambos se pararon en seco al ver la escena y yo solo me dediqué a ver a Max.

-¿Porque no salimos mañana al cine?- propuso Oliver volviendo a captar mi atención. 

-No me dejan salir entre semana- conteste deseando que desistiera su idea de invitarme a salir.

-Entonces el sábado-rebatió.

Dios, pero que chico tan estresante.

-Eh,  yo..,  pues- no encuentre la escusa perfecta para decirle que no,  nunca he salido con un chico y no me gustaría que sea él el primero.

-Bien,  paso por ti a las ocho- dice interrumpiéndome y dándome un abrazo que me toma por sorpresa,  se va y yo me quedo sin saber que acaba de pasar exactamente.

Luca y Max se paran frente a mi con gestos sorprendidos

- ¿Mis ojos me engañaron o ese era Oliver?-cuestiono Luca sin poder creerlo.

-Yo creo que si era,  ¿Qué quería Hilari?- pregunto Max.

Lo miro a los ojos no queriendo contestar.

-Era el quien dejaba las cartas y las rosas, además  me ha invitado a salir-le explique lentamente.

Los ojos de ambos se abrieron de par en par y pasaron unos minutos sin reaccionar

-Oliver, el que puede tener a cualquier chica o chico del instituto,  te invita a salir a ti- repitió Luca como si fuera la locura mas grande de la historia,  le hice mala cara y Max le dio un codazo-Sin ofender, ósea tu eres simpática pero ¿no les parece raro?

Pues claro que me parecía raro, llevaba estudiando aquí varios años y mágicamente hasta en ese momento se dio cuenta de que existía y me invitaba a salir, aun así preferí seguir con esto talvez si me enamoraba de el pueda olvidar a Max de una vez por todas.

Max me miro y sonrío como todo un galán.

-Probablemente le gustabas desde hace mucho tiempo, pero creía que lo rechazarías y hasta ahora tomo el valor de decirlo.

Le sonreí cálidamente, aunque no lo creía.

-Seguramente-afirme.

 El maestro de física entro haciendo que todos entrarán y Luca se va a su lugar.

-Buenos días clase- dijo el maestro,  haciendo que todos respondieramos al unísono-El día de hoy les dejare un proyecto,  el cual tendrán una semana para pulir y me lo presentaran el lunes que viene en una feria científica- empieza a anotar en la pizarra los datos que debe cumplir el proyecto-Será en parejas y es un experimento  con base a cualquiera de los temas ya recibidos,  tienen la termodinámica y muchos más.

Todos anotamos y seguimos con las clases,  se llega la salida y me fuí con Max a su casa para avanzar lo más que se pudiera con el proyecto.

Llegamos y subimos directo a su cuarto,  su madre no estaba en casa por lo que estábamos solos. Deje mi mochila en la cama,  me quite los zapatos y me sento en ella.

-¿Por qué no quieres salir con el? – pregunto de repente y lo mire sin saber a que se referia.

-¿De que hablas?-le pregunté confusa.

El ruedo los ojos y se cruzó de brazos.

-No te hagas la tonta,  bien sabes de que hablo-me reprendió.

Odio que me conozca tan bien.

- Tengo miedo, si- le conteste irritada.

Sus cejas se fruncieron y arrugo la nariz de forma graciosa.

-¿Miedo de que?

Desvíe la vista a mis manos sin querer contárselo.

- No lo se-me encogí de hombros.

Max se acerco y tomo mi mentón obligándome a mirarle a los ojos.

- Meri,  dime- pidió con su natural suavidad, pero de forma segura.




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