Lo que fuimos en Saturno

Capitulo 7

Enséñame el arte de olvidar cómo se debe, para aliviar la pena, que me pesa y que me tiene con cadenas enterradas hasta las sienes.

-Deyvid Benedith.

Hilary

 

-quiero cuatro vueltas alrededor de la cancha-ordeno el maestro de deportes provocando murmullos de parte de todos.

Inicie a trotar y Max me alcanzo,  iba trotando -casi corriendo- mientras escuchaba musica por su teléfono,  el cual llevaba en una de sus manos. Tenia una camisa sin mangas en color azul con la insignia del instituto en el lado izquierdo del pecho y un short amarillo dejando a la vista sus músculos bien definidos, se miraba tan bien con el sudor recorriendo su cuerpo,  empapando los mechones de su cabello y haciendo que se pegaran en su frente. 

¡joder se mira tan bien!

-mas rápido Meri, no llevas ni la mitad de la primera vuelta.

¿Mas rápido?,  si estoy corriendo lo más rápido que puedo incluso estoy empezando a sentir que no puedo respirar y el me dice que valla más rápido.

Lo fulmine con la mirada y cerré los ojos,  correr a ciegas es mejor asi no sabes cuanto te falta y como dicen ojos que no ven corazón que no siente.

-yo no tengo nada que demostrar,  mejor apúrate tú o los del equipo de baloncesto estarán muy decepcionados al ver que su capitán tiene poca resistencia.

-yo tengo la mejor resistencia del instituto-aseguro.

-si cla..claro lo.. que..digas-dije entre jadeos por el cansancio.

Se adelanto hasta estar frente a mi y siguió corriendo de espaldas.

-hagamos una apuesta-propuso con una sonrisa picara en los labios-si termino las cuatro vueltas antes que nadie vendrás conmigo a la fiesta que habrá hoy.

Uhg fiesta entre semana, traducido eso quiere decir alcohol,  chicas súper buenas teniendo sexo con tíos igual de buenos,  la verdad paso.

-n..no gracias.

-déjame terminar,  si ganas prometo que te llevare a acampar.

Me detuve un momento para tomar aire flexionando las piernas,  con las manos en las rodillas y la espalda encorvada,  respirando por la boca. Es tentadora la propuesta,  siempre he querido ir a un campamento y ver las estrellas tumbada en el césped pero si el gana yo tendría que ir a esa estupida fiesta.

Entonces no dejes que gane.                                                  Como si yo pudiera evitarlo,  si camino por obra y gracia del Espíritu Santo.                                                                         Inténtalo,  recuerda que el que no arriesga no gana.                                                                                                    Bien,  lo hare que el Santo de las causas perdidas nos ampare.

-acepto la apuesta-le dije y ni siquiera había terminado de hablar cuando el aumento la velocidad dejándome atrás,  carajo,  aquí es donde me arrepiento de haber aceptado, empecé a correr nuevamente en un estúpido y patético intento de alcanzarlo pero el parecía el rayo mcqueen , dejo atrás a todos los demás.

En la primera vuelta el iba en la cabecera y yo hasta el final pero en la segunda disminuyo la velocidad lo que yo aproveche y lo alcance.

-prepara tus cosas que nos vamos de campamento-le grite dejándolo tras de mi y el rio a carcajadas sin dejar de correr.

Yo seguí corriendo lo más rápido que podia, ya saben cuando haces mucho ejercicio asi es, en la tercera vuelta me estaba comenzando a cansar,  en la cuarta sentía que no daba para más mis piernas se sentían como gelatina y justo cuando faltaba media vuelta tuve que detenerme porque sentía que en cualquier momento me desmayaría.

Me deje caer de espaldas en el amplio y bien podado césped, Max paso por mi lado,  sonriéndome de forma perversa, ese maldito, por fin pude entender el porque  había bajado la velocidad en la primeras vueltas, estaba reservando la energía para la ultima vuelta,  sabia que en ese momento todos estarían cansados.

¡Es un puto genio!,  me senté impulsándome con los codos y..

Llego de primero, ganando la apuesta,  en cuanto lo hizo salto,  se paro con las piernas separadas, agitando los brazos y grito a todo pulmón la frase de que decía su futbolista favorito ( Cristiano Ronaldo):

-¡¡Siuuu!!-se volteo y me señalo con su dedo índice.

Que no lo diga por favor-le suplicaba a todas las deidades del cielo.

-paso a las ocho por ti,  prepárate-finalizo dando una vuelta y moviendo el trasero de lado a lado al igual que sus brazos en su baile de la victoria,  lo que me hizo reir por lo gracioso que se miraba.

Si vemos las cosas desde un punto de vista positivo por primera vez había hecho todo lo que el maestro pidió pero si lo vemos desde un punto de vista negativo tendría que ir a una fiesta,  una fiesta,  nunca en mi vida había ido a una,  espera..

¿Qué se supone que debo   ponerme?.                                                                                            Bueno podría ponerme mi suéter negro,  pantalones blanco y unos convers negros,  no esta nada mal.                                                                                                        -levantate-Max estaba frente a mi extendiéndome ambas manos,  la luz daba directo en su rostro,  haciéndolo parecer un Ángel o mejor dicho un demonio que te incitaba a pecar,  acepte sus manos y me impulse para ponerme de pie.

Nos dirigimos a los vestidores,  éramos los últimos en ir, estábamos en los corredores del instituto cuando me resbale gracias a que habían lavado el piso y no habían puesto un rotulo de piso mojado,  estuve a microsegundos de caer cuando el brazo bien trabajado de Max me detuvo sujetándome de la cintura haciendo que nuestros labios chocaran suavemente.

Dios,  sus labios estaban entreabiertos y rojos,  ambos nos quedamos estáticos, sin separarnos ni un milímetro,  con nuestros labios unidos pero sin besarnos,  el no quería soltarme y yo no quería alejarme.

Dicen que entre los siete pecados capitales esta la lujuria,  si era asi ambos ya estábamos condenados al infierno eterno porque este deseo no nos dejaría hasta ser consumido y yo ya no tenia ni fuerzas,  ni ganas de resistirme.




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