Lo que fuimos en Saturno

Capitulo 8

No sé en qué momento me enamoré de ti, Un día simplemente me sentí tuyo mientras te veía a los ojos.

-Andrés Ixtepan

Max


Maldita botella-repetía una y mil veces en mi mente.

Ahí estaba encerrado en un baño con una chica que a pesar de estar muy, pero muy buena no me causaba ni un mal pensamiento,  ella se acerco a mi intentando besarme pero aparte el rostro antes de que sus labios tocaran los míos si la bese antes fue para que Hilary se diera cuenta de que yo no soy la persona que necesita en su vida y se alejara de mi porque yo no puedo hacerlo.

Cada puta vez que sentía su mirada fingía ver a cualquier mujer que se me atravesara aunque realmente me daban completamente igual,  eran mujeres con buen cuerpo pero con cabezas vacías,  ninguna era como ella que era la demostración viviente de que la belleza y la inteligencia pueden ir de la mano.

Me pegaba directo en los cojones el darme cuenta de que ya no la miraba como mi hermanita sino como mujer y aun más me acojina saber que la deseaba,  que el solo ver su sonrisa llena de timidez y con esos hermosos hoyuelos me ponía cachondo,  joder me sentía enfermo por desearla a pesar de que no llevábamos la misma sangre.

Ella era la única persona que podia anestesiar el dolor que Miriam había dejado en mi y me hacia dejar de pensar en ella cuando estaba cerca pero cuando se iba los recuerdos volvían a atormentarme de manera cruel.

-¿Te sientes bien?-pregunto Samanta sacándome de mis estúpidos pensamientos y devolviéndome a la realidad,  esa en la que ella quería que tuviéramos sexo.

-No,  quiero salir-y que no te me acerques.

Samanta se me acerco aun más haciéndome retroceder hasta que sentí la pared a mi espalda y intento tomar mi miembro entre sus manos,  las cuales quite inmediatamente sujetándolas con las mías.

-Creí que querías divertirte.

Intento zafar sus manos y se las  solté.

-Si quiero, pero no contigo.

-Pues tú te lo pierdes,  idiota-espeto enojada.

Por mi parte la ignore y camine hacia la puerta cuando estaba por girar el pomo ella volvió a hablar diciendo algo que me helo la sangre completamente:

-¿Enserio crees que le gustas a la cuatro ojos,  Holbrook?-soltó sus palabras llenas de veneno.

Ella lo sabía.

Sabía que me sentía atraído por Hilary y no es que me avergonzara de que alguien lo supiera solo me sorprendió que lo supiera cuando yo había sido muy discreto o eso pensaba,  gire mi cuerpo para verla a los ojos.

-Ese no es tú problema,  asi  que no te metas.

Ya me tenía hastiado de su actitud y quitando su mano para abrir la puerta.

En cuanto salí del baño lo primero de lo que me percate fue que Hilary no estaba,  me acerque con pasos rápidos a Luca quien estaba empinándose una cerveza mientras reía de no sé que con el resto de personas que conformaban el circulo-unas trece personas aproximadamente-en cuanto me vio paro de reir.

-¿Donde esta?-le pregunte por ella sin rodeos  y el tomo un trago de cerveza,  rio.

-Se ha ido,  el -Mons-trui-to se -ha -ido-respondió arrastrando las ultimas palabras y con la vista perdida.

Seguramente se había drogado.

Si estaba ebrio eso basto para que todo el alcohol que estaba en mi sistema desapareciera y sentí mi enojo subir, el hijo de perra la dejo irse sola cuando sabia que era su primera vez tomando y que lo más probable es que no supiera como regresar a su casa,  me valía cien kilos de mierda que el también estuviera ebrio.

Tome el cuello de su camisa levantándolo y el me miro asustado,  era la primera vez que me había visto enojado.

-¿Como que se ha ido?-indague hecho una furia y el abrió sus ojos lo más que se podia,  pálido.

Todos los presentes también se asustaron al pensar que lo golpearía.

-Dijo que se tenia que ir,  le dije que no lo hiciera, pero no me hizo caso,  parecía que quería llorar-explico rápidamente con miedo de que mi puño impactara su cara en cualquier momento.

-Ya déjalo,  estas fiestas no son para alguien como ella-grito Samanta de quien no me había percatado que estaba tras de mi.

-cállate de una puta vez esto no es contigo.

-He..hermano ya r..relájate-trago saliva-El monstruito debe de estar por ahí-hablo otra vez Luca,  tratando de quitar mis manos del cuello de su camisa y lo levante más, bruscamente,  haciendo que el tuviera que pararse para poder respirar.

-Deja de llamarla asi y más te vale que aparezca sin ni un rasguño,  marica de mierda-digo soltándolo y haciendo que caiga de culo.

La busque en toda la casa,  en el jardín delantero y trasero pero no la encontré,  me pase ambas manos por el cabello desesperado,  si algo le llegaba a pasar jamás me lo perdonaría,  había sido un completo hijo de puta.

Abandone la casa casi corriendo para ir por mi auto,  daría una vuelta por los alrededores de la cuadra con la esperanza de encontrarla pero cuando iba a subir la vi dormida en la acera,  con  la espalda apoyada en el auto.




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