Lo Que Juramos

Capítulo 11: "Mi regreso"

La familia de Leo y Malena, aprovecharon las fiestas navideñas y de fin de año para ponerse de acuerdo en la fecha de la fiesta de compromiso de sus hijos, siendo el 14 de febrero la fecha elegida para este evento.

Malena fue la más feliz con la fecha elegida, por el contrario, Leo, al escuchar la fecha en que se realizaría su compromiso no pudo evitar recordar a su primer amor, y ello produjo en él un sentimiento de nostalgia, a pesar de ello, estaba consciente que su presente y futuro era Malena, pues él creía que nunca más podría volver a ver a Eli, por ello, él debería de verse feliz al igual que esta, pues él creía que Malena no merecía ser traicionada, ni siquiera con el pensamiento.

El mes de febrero llego y Malena se encontraba organizándolo todo para su pedida de mano, mientras Leo estaba inmerso en su trabajo en la empresa de su padre y organizando un nuevo recital de piano a nivel nacional, sin imaginar lo que el destino le estaba preparando.

—Los chicos entristecieron al saber que volvías a Metrópoli — decía Paulina, mientras una sonrisa se plasmaba en su rostro.

—Pues así quisiera quedarme un tiempo más no puedo hacerlo, le prometí a mi padre que regresaría en cuanto terminará el curso al que me inscribí tras graduarme, y este ya termino, por ello ya no hay motivo para quedarme más tiempo acá, debo regresar para trabajar junto a mi padre la constructora de la familia — respondió Eli.

—Claro, comprendo, además recuerda que yo voy contigo — dijo la otra joven.

—No lo he olvidado, es más hable con mi padre de ti — contesto la castaña.

—¿De mí? — agregó Paulina, intrigada.

—Sí, creo que podrías trabajar con nosotros — acotó Eli.

—Me encantaría ello…

—Lo imaginé, por ello le hice la propuesta a mi padre y el acepto — dijo la castaña.

— ¿Entonces?...

—Trabajaras en la constructora de mi familia — respondió con una amplia sonrisa en su rostro Eli, al tiempo que añadía — También hable con Clarisa.

—¿Le dijiste que al fin nos conoceremos personalmente? — agrego Paulina.

—Si, y como ya debes imaginarlo, se puso feliz, es más quiere que le ayudemos con los preparativos de su boda — respondió Eli.

—Pero si para ello aún falta como 8 meses — contesto sonriendo la otra joven.

—Cierto, pero ella quiere ir buscando todo con tiempo....

—Claro — dijo Paulina, haciendo una breve pausa para añadir — Aún me acuerdo cuando me la presentaste por videollamada, fue muy divertido.

—Si es cierto, y desde entonces se hicieron buenas amigas...

—Así es, y hablando de amistad, ya que justo llegamos para días cercanos al 14 de febrero, ese día podríamos festejar nuestra amistad ¿No lo crees? — agrego Paulina, mientras la castaña entristecía al recordar esa fecha.

—Claro — expreso Eli, con melancolía, mientras pensaba — «14 de febrero, el día en que hicimos aquella promesa»

—¿Dije algo malo?...

—No amiga, claro que no, solo estaba pensando que esa fecha es buena para decirnos nuestros apellidos — respondió Eli, con una sonrisa forzada.

—Si, yo también lo creo — contesto Paulina, sin notar la mirada entristecida de su amiga, pues ella la disfrazo bastante bien con su forzada sonrisa.

Días después Eli y su amiga abordaban el avión con destino a Metrópoli, el lugar donde conoció la amistad, a su inocente primer amor, y también el dolor de la separación.

—«Llego el momento de mi regreso, después de 5 años vuelvo a mi país, ¿Cómo estará?, ¿Habrá cambios? Lo único que me entere por Braulio, era que Malena anda de novia con el hijo de un multimillonario. Braulio ha sido tan bueno y paciente conmigo, a veces me da tristeza no poder corresponder a sus sentimientos, pero yo no puedo hacerlo, no lo amo de la manera que él quisiera, yo lo quiero, lo quiero mucho, pero como aún hermano, nada más, aunque tampoco podre llegar amar a ningún otro chico, ello lo tengo claro, muy claro. Si bien he salido y tenido romances pasajeros, con ninguno de los chicos con los que he salido he podido olvidarte» — pensaba la castaña, mientras miraba a través de una pequeña ventana el avión despegar.

Tras algunas horas de vuelo, el avión procedente de Crocrentad, aterrizaba en suelo de Metrópoli, en donde en una sala de espera se encontraba un apuesto joven de cabello rubio. Luego de algunos minutos, ya habiendo el avión aterrizado, el momento de bajar del mismo llego.

Elizabeth y Paulina, luego de bajar del avión fueron por sus maletas, y tras de ello, se dirigieron a la salida del lugar, todo ello podía ser visto por una gigantesca pantalla que se encontraba en la sala de espera.

—Ya llego — pronunció Braulio, al ver a la castaña y a su amiga, a través de la pantalla.

El joven sin pensarlo mucho, fue inmediatamente a su encuentro, al igual que otras personas que se encontraban en el lugar, esperando también a sus familiares.

—Eli — dijo Braulio, al estar cerca de la castaña.

—Braulio — expreso la joven abrazándolo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.